18.9.08

"El que emigra es quien tiene que adaptarse, no al revés"

Yudis García tiene 28 años y es cubana, aunque vive en Euskadi desde hace casi una década. El paso del tiempo ha dejado un matiz bilbaíno en su acento y, también, en su modo de pensar. Aquí ha formado una familia, ha hecho buenos amigos y se ha forjado un puesto en el mercado laboral. «Mi casa y mi vida están en Bilbao. Cuando estoy lejos, me siento fuera de sitio», dice.

La historia de Yudis García empezó hace diez años en Cuba, cuando conoció a un bilbaíno que había ido allí de vacaciones. Ella asegura que no hubo un flechazo como en las películas, pero lo cierto es que un año después se casaron. «Llevábamos varios meses de novios, escribiéndonos y llamándonos por teléfono, hasta que un día mi marido le enseñó una foto mía a su padre y le dijo: 'Tengo novia y me voy a casar'. Imagínate la situación; el hombre se quedó a cuadros», relata con una sonrisa.

Yudis sabe que, al contarlo, «más de uno podría pensar mal». Los matrimonios por conveniencia existen. Sin embargo, señala que no es su caso. «Hace nueve años que estamos juntos, tenemos dos hijas, trabajamos los dos... No creo que nadie a estas alturas ponga en duda que nos casamos por amor», expone. Por otro lado, destaca que la familia de su esposo siempre los apoyó. «He tenido mucha suerte. Nunca hubo un comentario negativo, al contrario. La relación con mis suegros es muy buena».

Tras casarse en Cuba y cumplir con numerosos requisitos legales para salir de la isla, Yudis y su marido viajaron juntos a España. «Aterrizamos en Madrid y vinimos hasta aquí en coche. Era noviembre y hacía frío. Recuerdo que venía mirando el paisaje y que todo era diferente. Tenía la sensación de que Bilbao era un lugar oscuro y, al principio, sentí un poco de tristeza. Cuando llegas a un sitio distinto tienes que aprender de nuevo. Supongo que a todos los inmigrantes nos pasa lo mismo».

Pero esa depresión inicial, muy común entre la población extranjera, le duró poco: Yudis encontró la solución en el trabajo. «Si vas a un país que no es el tuyo y te encierras en tu casa a 'comer televisión', lo llevas crudo. A los dos meses de llegar, conseguí mi primer trabajo y, desde entonces, no he parado. Estar activa y conocer gente nueva te ayuda muchísimo a asimilar el cambio».

Tenía entonces diecinueve años y ninguna experiencia, pero sí «mucho entusiasmo y empeño», dos cualidades que mantuvo con el tiempo y que le sirvieron para progresar en el sector de la hostelería. Desde hace seis años, trabaja en el hotel Miró como camarera de piso donde, además, es la encargada del departamento. «El ascenso supone más responsabilidad y me gusta. Es bueno sentir que aprecian tu trabajo, que has logrado hacer cosas por ti misma y que has avanzado», subraya.

Justos por pecadores
Para Yudis, su vida es «completamente normal», como la de muchos extranjeros «que vienen a trabajar y que no les interesa meterse en problemas. A veces hay recelo hacia los inmigrantes y es una lástima porque, al generalizar, pagamos justos por pecadores. Yo no soy diferente a una persona de aquí. Voy a trabajar, voy al parque con mis hijas y, si alguna noche mis suegros se quedan con las niñas, el mejor plan con mi marido es ir al cine», explica. «Eso sí, el que emigra es quien tiene que adaptarse, y no al revés».

Lo dice con la convicción de quien ha echado raíces en un sitio diferente. Y lo nota cuando viaja a Cuba. «Cuando voy a visitar a mi familia, me doy cuenta de que he cambiado. La vida aquí es mucho más rápida y me he acostumbrado a este ritmo. En mi país, todo va mucho más lento y me pongo nerviosa. Me fui hace tanto tiempo y han pasado tantas cosas desde entonces que a veces no sé de qué hablar con mis amigos o, peor aún, si hablan muy rápido no les entiendo». Por supuesto, Yudis echa de menos el ambiente familiar, aunque tiene muy presente que su vida está en Bilbao. «Si estoy allí mucho tiempo, empiezo a sentir ganas de volver a casa. Es raro, pero, allí siento que soy de otro lugar».

1 comentario:

Anónimo dijo...

Laura me parecio un muy buen articulo el de evitar robos en cajeros automaticos que comparto plenamente le agrege algunas recomendaciones y situaciones que sucedieron en el peru,
saludos.