31.5.10

"Argentina es más que fútbol y tango; tiene muchos matices"

Junto a compatriotas residentes en Euskadi, la argentina Stella Maris García ha celebrado estos días el bicentenario de la independencia de su país en un acto abierto al público

El martes pasado, Argentina celebró el bicentenario de su independencia. Ante la presencia de invitados internacionales, autoridades públicas y periodistas del mundo entero, el país se visitió de fiesta para conmemorar el aniversario de la Revolución de Mayo, un hito histórico y decisivo en su consolidación como república.
La diáspora no fue la excepción: a pesar de la distancia, los residentes en Euskadi se sumaron al festejo. De la mano de ARVAS (la Asociación Argentina en el País Vasco), el día 25 se celebró un acto en Bilbao para recordar los sucesos de 1810 y explicar a los asistentes su génesis e importancia en el contexto latinoamericano. «Fue el primer paso hacia la libertad y la autonomía de nuestro país pero, también, el inicio de otros procesos revolucionarios en el resto del continente», explica Stella Maris García, presidenta del colectivo. Lo apunta a modo de resumen, aunque podría explayarse durante horas.
Licenciada en Historia, Stella Maris era docente cuando vivía en Buenos Aires. «Trabajaba en Secundaria, pero con alumnos adultos», detalla. Y le encantaba su profesión; no así la situación económica, de la que terminó «totalmente cansada». Con la excusa de la crisis, «los institutos privados pagaban el 85% del sueldo docente básico, que ya era magro de por sí», recuerda. Como muchos otros argentinos, en 2001 emigró.
«La situación no era buena y ya había indicios de la debacle que vendría, así que me planteé seriamente emigrar», cuenta. En ese entonces, su hija «usaba pañales», tenía menos de dos años, y Stella Maris evaluó sus opciones. «Tuve suerte -señala-, porque pude usar mis ahorros». Escapó del 'corralito' por los pelos.
Aunque vive en Bilbao desde hace años, su destino inicial no fue Vizcaya, sino Toro, una hermosa localidad de Zamora que no llega a los 10.000 habitantes. Para ella, que venía de una provincia con más de quince millones, fue un gran cambio... que agradeció. «Fui allí porque tenía una familia de conocidos. Me encantaba la vida en Toro, el entorno rural, la tranquilidad y la gente. El único problema era laboral: al ser un pueblo tan pequeño, tenía pocas perspectivas de crecer», relata Stella, que empezó a trabajar como empleada doméstica.
Desde Toro a Bilbao
La falta de expectativas la impulsó a ampliar sus horizontes y contemplar la posibilidad de mudarse a otra localidad; a un lugar más animado y con más gente. «No tenía en mente ningún sitio en concreto, pero sabía que no iría a ciudades como Madrid o Barcelona». En esa etapa, conoció a Ramón, un zamorano que vivía en Bilbao, que estaba de vacaciones en su tierra y que le habló muy bien de la villa. «Por aquel entonces, éramos amigos. Hoy en día somos pareja», añade ella con una sonrisa.

La capital vizcaína la cautivó desde el primer momento. «Me enamoré. Me pareció preciosa, y eso que vine en noviembre y llovía», recuerda. Se terminaba 2003 y Stella Maris comenzaba otra vida. «Homologué mi licenciatura, me inscribí en la UPV y seguí formándome en inmigración. Trabajé durante un par de años en la Dirección de Inmigración y ahora estoy en el paro». Lejos de quedarse quieta, Stella aprovecha este 'paréntesis forzoso' para hacer un máster en migraciones internacionales y dedicarle más tiempo a ARVAS.

«La asociación existe desde 2004, pero se ha consolidado en los tres últimos años -explica-. Nuestro principal objetivo es afianzar los lazos con el pueblo vasco y dar a conocer la cultura de nuestro país, que es muy rica y variada». Dicho de otra manera, busca escapar del estereotipo. «Argentina es más que fútbol y tango; tiene muchos matices», subraya Stella Maris. «Aunque es difícil desmarcarse de esa imagen», la intención de ARVAS es «mostrar otras cosas, como la música del litoral, el chamamé o el mate, y dar clases de historia a los niños, para que sepan de dónde provienen».

24.5.10

Tres años sin vender el piso: qué aspectos potenciar

Dar a conocer las cualidades de la casa y diferenciarse del resto es útil, pero para sellar la compraventa hay que ajustar el precio del inmueble

La crisis es evidente en las fachadas de los edificios, donde cada vez hay más carteles de pisos en venta. Portales, ventanas y balcones funcionan como enormes tablones de anuncios para empresas y particulares que intentan atraer la atención del comprador. Es un método tradicional y sencillo, un primer paso que, hasta hace un tiempo, funcionaba bien. Pero la coyuntura general ha cambiado. Hoy los vendedores deben dar a conocer las cualidades de la vivienda y diferenciarse del resto. Además, deben ajustar el precio, ya que éste es el factor decisivo para sellar una compraventa.

Atinar con el precio
La recesión económica, unida a la devaluación de la vivienda, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el aumento de los inmuebles que se venden, ha trastocado la dinámica en la compraventa de pisos. Ya no son los propietarios, sino los posibles compradores, quienes controlan la situación: deciden cuándo, cómo y dónde van a adquirirlo, ya que tienen un abanico de ofertas más amplio, tanto de inmuebles como de precios. Buena parte de los titulares necesitan vender sus viviendas con urgencia y hay posibilidad de regateo.

El sistema del cartel en el balcón resulta obsoleto. Por un lado, aporta escasa información sobre el inmueble. Por otro, se pierde entre otros posibles carteles colocados cerca. De ahí que muchos anuncios estén colgados desde hace años. Ante este panorama, un poco de marketing casero puede ser de gran utilidad. Bastan dos estrategias básicas: dar a conocer las cualidades del producto y diferenciarse del resto. Las cualidades del piso y el modo de contarlas pueden inclinar la balanza e incidir en la decisión final del comprador. No obstante, hay un aspecto previo que no se puede desconocer: el precio. Hoy es el factor más importante de un inmueble y que logra llevar a buen fin la compraventa.

Antes, la financiación no era un problema y era posible pagar un sobreprecio para conseguir un piso con determinadas características. Hoy es difícil lograr dinero y el crédito está supeditado a un porcentaje de la tasación (el 80%), con lo cual el factor precio resulta determinante. Los dueños deben comprender que su piso ya no vale lo mismo que hace tres años, ni dos, ni uno: vale menos. Y, en esa línea, o se ajusta el precio o será difícil venderlo, por mucho que se intenten potenciar las cualidades del inmueble.

Aprender a vender
Si el piso tiene buen precio y los compradores pueden pagarlo, pero no se vende, algo falla. La razón estriba en que a pisos iguales y precios iguales, el comprador elegirá el inmueble que esté mejor conservado y más equipado. Aquí es donde el dueño puede trabajar para mejorar la calidad de su oferta.
  • Canales de venta. Como primera cuestión, conviene ampliar los canales de venta, identificar cuáles son y aprender a utilizarlos. Además del cartel en la ventana o en el vecindario, destacan los periódicos y las inmobiliarias. Pero no son las únicas vías. Internet es una herramienta muy poderosa, con varias ventajas. Entre ellas, la gratuidad. Es posible informar de manera exhaustiva del piso y recibir visitas de un público más amplio, incluso de otras ciudades.
    También hay que saber descartar los canales inútiles o poco adecuados. Entre otros, los folios pegados en las cabinas telefónicas o en las paradas de autobuses.
  • Datos, detalles y organización. Los datos que se brindan sobre el inmueble son fundamentales. Hay que saber seleccionarlos y jerarquizarlos para aportar una información completa, clara y ordenada sin caer en los excesos, que abruman al comprador. Conviene comenzar por lo básico y ponerse en el lugar del otro.
  1. Datos básicos. Esta información jamás debe faltar: ubicación del piso, metros, antigüedad, número de habitaciones y baños, si es exterior o interior, la altura, si hay ascensor y sistema de calefacción. Por supuesto, también debe indicarse el precio y, si se ha rebajado, destacarlo.
  2. Detalles. Tras delinear la ficha básica del inmueble, lo siguiente es completarla con especial hincapié en los aspectos más positivos. No hace falta describir hasta el último rincón de la vivienda, sino puntualizar los aspectos que la favorecen -como la orientación o el tipo de cerramientos- o que pueden compensar sus deficiencias. Si el piso es interior pero luminoso, es imprescindible destacarlo. Si es antiguo pero se ha acometido alguna reforma, también.
  • Los valores añadidos. Son las características que aportan confort, practicidad, comodidad o que, incluso, lo hacen más asequible. Para detectarlas y poder enumerarlas, hay que partir de un enunciado muy simple: si hay otros pisos con los mismos metros y el mismo número de habitaciones, ¿qué convierte a éste en la mejor opción? ¿Qué lo diferencia del resto? Las reformas estructurales, la calidad de las instalaciones sanitarias y eléctricas, la luminosidad, la tranquilidad, la seguridad o la presencia de un portero físico pueden ser algunas. También se pueden reseñar los trasteros, las plazas de garaje, la supresión de barreras arquitectónicas o las terrazas espaciosas. En cuanto al barrio, siempre es bueno destacar la presencia de locales comerciales, escuelas y ambulatorios cercanos, así como parques, lugares de esparcimiento y ocio, además de medios de transporte disponibles. Quizá el piso no sea céntrico, pero puede estar bien comunicado.
Cuestión de imagen
Otro punto imprescindible tiene que ver con la imagen. Como bien reza el refrán, vale más que mil palabras y, en este caso concreto, puede valer la venta del piso.
  • Fotografías. Incluir fotos en el anuncio es vital para aumentar las probabilidades de éxito. Al adquirir una vivienda, muchos compradores hacen una selección inicial sobre el papel o la pantalla, sin ir a visitar el piso. Adjuntar imágenes de todas las habitaciones y los espacios del inmueble es fundamental. De ese modo, las personas interesadas podrán hacerse una idea de la distribución y el aspecto de la casa, así como evaluar sus posibilidades con tranquilidad, sin las prisas de quien la vende y guía en la visita.
    Pero mostrar imágenes no es lo único importante: también lo es su calidad y los ambientes que enseñan. Hacer buenas tomas, elegir bien el encuadre y esperar el momento del día en el que la luz natural sea más favorecedora son algunos trucos básicos que mejoran el resultado final. Como norma general, hay que evitar hacer las fotografías de noche o con las persianas bajadas y, si se utiliza el flash, procurar que el destello no se refleje en los cristales de las ventanas.
  • Aspecto. La imagen de una vivienda es mucho más que una foto. Es su aspecto general, su cuidado, su decoración y la impresión que causa al verla. Por muy bueno que sea el fotógrafo, si estos factores no están bien resueltos, la venta será más difícil. Reparar los desperfectos, pintar la casa, barnizar las puertas o hacer una limpieza a fondo es fundamental. También conviene deshacerse de los muebles que sobran y quitan espacio o sensación de amplitud, ordenar los objetos y optar por colores claros, tanto en la decoración como en la pintura. En este sentido, menos es más.
    La ambientación del inmueble para la venta es tan importante, que algunas empresas y profesionales se dedican de modo específico a ello. Si se dispone de cierto capital para invertir en esta cuestión (el precio oscila entre 1.000 y 3.000 euros) o no se quiere perder tiempo, los especialistas en decoración resuelven el problema en pocos días: desde la pintura del piso hasta la limpieza y la distribución de los muebles. La idea es trabajar con los elementos que hay y potenciar al máximo las cualidades de la vivienda para que sorprenda de manera positiva a los posibles compradores. En ocasiones, basta con quitar muebles o cambiarlos de sitio. Otras, es necesario agregar algún detalle. En cualquier caso, el objetivo es ofrecer algo más que cuatro paredes y un techo, dar calidez.

"Los menores que llegan solos necesitan valores y referentes"

«El deporte es una gran herramienta educativa», dice el abogado marroquí Jaouad Bouchra, que trabaja en el centro de Loiu con chavales extranjeros

Llegó a Bilbao en 2003, motivado por el amor y la posibilidad de realizar un posgrado. En ese entonces, su idea era quedarse un par de años y, después, regresar a Marruecos, donde ejercía como abogado en una empresa multinacional. No obstante, el proyecto cambió. «Una cosa es el plan original y otra distinta la realidad. Una vez que das el paso y te lanzas, descubres que la historia puede modificarse mucho», explica ahora Jaouad. No le falta razón: en su agenda, que está abierta sobre la mesa, se ve el esquema de un equipo de fútbol, dibujado junto a la fecha.

Es mayo de 2010. Han pasado siete años desde que este abogado marroquí llegara al País Vasco: un periodo de aprendizaje «muy intenso» con experiencias que, como él mismo asegura, «no podría haber vivido ni en cincuenta años» si se hubiera quedado en Tánger. Cada día trae consigo un descubrimiento. ¿El primero? Comprender que una titulación académica de Marruecos «aquí no servía para nada». En consecuencia, aceptar que las cosas ya no serían como antes.

Jaouad viajó a Euskadi para estar con su mujer, que también es marroquí, aunque ha vivido fuera del país casi veinte años. «Nos conocemos desde que éramos niños; fue mi primer amor», relata él con una sonrisa. Aunque dejaron de verse, volvieron a encontrarse después, cuando ella fue de visita a Marruecos. «Un primer amor nunca se olvida... Terminamos casándonos y hoy tenemos dos hijas: Samar y Zahra», sintetiza.
La decisión de casarse conllevó, también, la decisión de emigrar. «Cuando llegué aquí y descubrí que no podría trabajar como abogado, me puse a buscar empleo en otras cosas», cuenta Jaouad. Para él, es «un orgullo» haber trabajado como limpiador y jardinero. «Si bien mi situación actual es distinta, me reconforta pensar que he podido ganarme la vida así, levantándome a las seis de la mañana y yendo a las obras para haber si había trabajo por el día».

Cuestión de principios
Para él, el planteamiento es claro. «Si tú vas a un país diferente al tuyo, debes estar dispuesto a integrarte, a dar lo mejor de ti». En esa línea, «la palabra clave es 'adaptación' -continúa-. Y no hace falta que pierdas tu identidad cultural, tan sólo que sepas comportarte, respetar a los demás y aceptar las reglas del lugar».

Desde su punto de vista, la mayor parte de los marroquíes emigra por causas económicas y viene a trabajar. «Hay muchísimas personas que trabajan todo el día y cotizan a la seguridad social, como cualquier vasco. Y sí, también es cierto que hay otras que delinquen, pero no se puede poner a todo el mundo en el mismo saco», opina Jaouad. Y subraya que «quien roba, debe ir preso, sea de donde sea».

A su vez, también es crítico con el sistema de las ayudas sociales. «Es un avance que existan, eso nadie lo discute. Lo que no puede ser es que alguien perciba una renta básica sin hacer nada, sin aportar nada a la comunidad. Eso no está bien. Yo pienso que si recibes un ingreso debes hacer algo a cambio, aunque sea salir a barrer las calles o limpiar el edificio donde vives. Cualquier cosa que mejore el lugar donde estás y que ayude a los otros», razona.

Este es el tipo de reflexiones que intenta transmitir a los chicos que residen en el centro de Loiu, donde trabaja como educador. «Con el apoyo del director, Carlos Sagardoy, he centrado buena parte de mis esfuerzos en el deporte, concretamente, en el fútbol, porque tiene muchos valores positivos: desde el respeto al adversario y aprender a perder, hasta el esfuerzo sostenido, el trabajo en equipo y la gestión de la energía», enumera. Pero, tan importante como eso, es la presencia, la atención. «Si lo único que haces es hacinarlos en un lugar y no estimulas la creatividad, ¿qué esperas?», se pregunta. «Los menores que llegan solos necesitan valores y buenos referentes que les guíen».

19.5.10

Residencias para mayores, ¿desgravan?

Suponen un alojamiento permanente y son uno de los gastos fijos más elevados y difíciles de asumir por la clase media española, pero no se pueden deducir

Asumir el coste mensual de una residencia para mayores no está al alcance de cualquiera. Para gran parte de los ancianos es inasequible. Ya sean públicas, privadas o concertadas, las plazas de estos centros son caras. Para poder acceder a ellas, muchos mayores dependen no sólo de sus pensiones, sino de la colaboración de sus familiares o de la venta de sus propiedades. Son uno de los gastos fijos más altos. Sin embargo, el pago de una residencia no desgrava impuestos.

En 2007, el precio medio de una residencia geriátrica privada era de 1.550 euros al mes. En la actualidad, la cifra ya ronda 1.710 euros mensuales. Los centros públicos, si bien son algo más baratos, no escapan a la tendencia alcista: en apenas cuatro años, sus tarifas han subido más de un 20% y han pasado de 950 a 1.170 euros de media. Sin embargo, el monto de las mensualidades, el esfuerzo para reunir el dinero y la periodicidad de los pagos no se reflejan al presentar la Declaración de la Renta. Tampoco cuenta el hecho de que, en una residencia de ancianos, además de los servicios médicos, alimentarios y de acompañamiento, se abona el alojamiento permanente, algo que en la práctica equivaldría a la vivienda habitual. Las autoridades fiscales, sin embargo, no lo ven de esa manera. Los funcionarios de Hacienda aseveran que las personas mayores que viven en residencias geriátricas no pueden desgravar la cantidad que pagan por esas plazas. Ni siquiera la parte que corresponde al alquiler de la habitación.

La pregunta es por qué, si en otros casos se pueden deducir los impuestos de los alquileres, ya sea de habitaciones o de pisos. La explicación estriba en que mientras la deducción está definida por el concepto de "alquiler de vivienda habitual", las personas que habitan en una residencia geriátrica pagan una cantidad por la "prestación de un servicio". Aunque ese servicio abarque también el alojamiento, no encaja en la definición de la deducción.

La desgravación por alquiler -regulada en la normativa del IRPF- está vinculada a un contrato de arrendamiento sobre la vivienda habitual del contribuyente. Los servicios de atención geriátrica en una residencia de ancianos, en cambio, ni incluyen ni se parecen a un contrato de arrendamiento urbano, puesto que se enmarcan en el área asistencial y de la sanidad, en lugar de constituir una actividad económica relacionada con el sector inmobiliario. De este modo, aunque funcionen como la vivienda habitual de muchas personas mayores y a pesar de que las cuotas engloben los costes del alojamiento, quienes las abonan no pueden solicitar una deducción impositiva.

Precios desorbitados
Los precios fluctúan según las comunidades autónomas y los tipos de servicios que requiere el residente. No es lo mismo un adulto dependiente, con problemas de salud, que otro que no necesite atención sanitaria continua. Tampoco cuesta lo mismo la elección de una habitación individual, que decantarse por una compartida. En cambio, no varía tanto la carestía de las residencias, ya sea en números absolutos como en cifras relativas. Las mensualidades exigidas (a menudo, asumidas por los hijos) superan con creces el salario mínimo interprofesional (SMI), que este año se ha fijado en 633,30 euros, y exceden a los montos de las pensiones mínimas de jubilación y de viudedad, entre 444,90 y 725,20 euros al mes, según la situación familiar y la edad del beneficiario.
Para comprender de un modo cabal la dificultad que supone asumir esta carga económica, basta colocar las cifras en un contexto general. Según los últimos datos del INE, casi la mitad de los trabajadores cobra menos de dos SMI mensuales (1.266 euros) y siete de cada diez tiene unos ingresos por debajo de tres SMI al mes (2.119 euros). Para la mayoría de las personas, la cuota de una residencia de ancianos equivale a todo su sueldo, lo supera en varios cientos de euros o, en el mejor de los casos, insume una gran parte del salario. De ahí que se tienda a buscar soluciones intermedias.

Pagar una parte de la mensualidad con la pensión de jubilación del beneficiario y completar el resto con el sueldo de algún miembro de su familia, compartir los gastos entre varios hermanos (si los hay) o vender algún bien material -como el inmueble donde vivía la persona mayor- para afrontar las cuotas de una residencia son algunas de las soluciones más utilizadas. El esfuerzo económico es importante y, para muchos ancianos y sus familias, representa el principal gasto fijo mensual. Cualquier residencia, hasta la más barata, es más cara que una cuota hipotecaria media.

17.5.10

"A veces miro para atrás y se me rompe el corazón"

La escritora marroquí Rahma Adib Rais llegó a Euskadi hace 16 años para trabajar y ayudar a su familia, pero nunca renunció a su vocación: escribir poesía y novela

Acude a la cita con una hogaza de pan árabe casero, una sonrisa generosa y un ejemplar de su último libro -'Poemas y pensamientos'- escrito en castellano y firmado como Fragancia y Coral. «Es un seudónimo que elegí para recordar siempre a mi abuela, que nació en Elizondo pero emigró con su familia al norte de África cuando era muy joven», explica Rahma mientras se sienta junto a la ventana de una cafetería en Bilbao. «Llámame Coral -pide-. Todo el mundo me conoce por ese nombre».

Coral vive en Euskadi desde hace dieciséis años. Los primeros siete residió en San Sebastián, hasta que se trasladó a la capital vizcaína. «Me marché de mi país para ayudar a mis padres. Vengo de una familia humilde y de un pueblo pequeño, donde hace falta de todo», resume.
Aunque trabajó como secretaria, como mecanógrafa en los tribunales y como asistente en un despacho de abogados, los ingresos no eran suficientes. «Había una gran injusticia social, y la sigue habiendo. Todavía hay mucha pobreza en el mundo bailando al son de los himnos», señala Coral, que en la actualidad trabaja como voluntaria en Cáritas.

«En su día, me ayudaron mucho. Ahora yo quiero hacer lo mismo por otras personas», dice la escritora y prosigue: «El dinero es necesario para sostener estas iniciativas, pero no es lo único. También hace falta estar ahí, comprometerse, saber dar un abrazo, unas palabras de aliento, un poco de cariño... Hace falta constancia y tiempo». Aun así, matiza que «la gente de aquí es muy solidaria y está volcada en las causas sociales».
Aunque siempre ha encontrado manos amigas, el camino de Coral no ha sido fácil. «He sufrido mucho en estos años y he pasado dificultades, pero ha valido la pena. Mi padre, que ya ha fallecido, era agricultor y siempre se ocupó de nosotros. Era un buen hombre, muy querido en la comunidad. Mi madre, que aún vive en Marruecos, es una buena mujer. Se casó siendo una niña, tenía sólo trece años y dedicó su vida a la familia. Ahora, cuando hablo con ella, me dice que al sentarse a comer y ver el plato lleno en la mesa, piensa en mí. Eso me reconforta y me duele. A veces miro para atrás y se me rompe el corazón».
Idas y vueltas
Antes de emigrar hacia Europa, Coral ya compaginaba la actividad laboral con la literatura. «Escribía en árabe y publicaba poemas y artículos en los diarios -cuenta-. Muchas de esas cosas se leían en las emisoras de radio», y no sólo en las de Marruecos; también en las cadenas de Dubai y Egipto, el país de su abuelo paterno. «La inmigración no es algo nuevo. Siempre ha existido», dice. La genealogía de su familia lo demuestra, y su elección del País Vasco como lugar de residencia prueba que, en ocasiones, el camino es de ida y vuelta.

A propósito de retornos, ella no se plantea volver. «Voy de visita cuando puedo para estar con mi familia, pero tengo claro que no me marcharía de manera definitiva. A pesar de la nostalgia, mi lugar ahora está aquí. Si regresara a mi país, tendría que empezar desde cero, y allí no hay muchas oportunidades», relata.

Aquí, en cambio, tiene más opciones. En el plano laboral, siempre ha estado «muy exigida», pero eso no le ha impedido escribir y editar tres libros. «Cuando sólo tenía una tarde libre a la semana, la usaba para escribir y, si no podía, lo hacía por las noches, antes de irme a dormir. Lo importante es encontrar esos momentos para uno mismo, o inventárselos, pero no desistir», reflexiona Coral, que escribió su primer libro en San Sebastián sin que nadie lo supiera y lo publicó con el dinero que fue ahorrando mes a mes.
«Me daba un poco de vergüenza, recién comenzaba a manejar el idioma y vivía eso como algo muy íntimo. Lo que sé de castellano y francés lo he aprendido hablando con la gente, viendo la televisión y leyendo folletos del supermercado -desvela-. Todavía me cuesta y, por ello, me he volcado más con la poesía que con la novela, que escribo en árabe».

13.5.10

Nube volcánica: ¿cómo afecta a quienes hayan contratado un viaje?

Ante esta situación, es necesario obtener información del vuelo, hacer valer los derechos básicos y consultar las condiciones de los seguros contratados

La semana empezó con 20 aeropuertos españoles cerrados, decenas de vuelos suspendidos y cientos de pasajeros varados en tierra debido a los problemas causados por las cenizas del volcán islandés Eyjafjallajökull. Hasta hace apenas dos días, las terminales de La Palma, Fuerteventura, Jerez y Granada seguían sin operar. Con el paso del tiempo, crecen la preocupación y el enfado, no sólo en la esfera de las grandes compañías. Cientos de personas que no han podido coger sus vuelos o que tienen previsto volar estos días se preguntan cómo actuar cuando un volcán hace estallar por los aires los planes de viaje. Ante esta situación, deben obtener información del vuelo, hacer valer sus derechos básicos y consultar las condiciones de los seguros contratados.
Cómo actuar
Ha pasado casi un mes desde la entrada en erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia, pero la nube de ceniza generada todavía causa problemas. Tras el caos aeroportuario de los primeros días (ocasionado al blindar el espacio aéreo del norte de Europa y cancelar más de 5.000 vuelos), las medidas de seguridad siguen en marcha y en España algunos aeropuertos continuaban cerrados hasta hace dos días. Los expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) aseguran que no hay datos que apunten al final de la erupción del volcán, por lo que continuarán los efectos negativos sobre el espacio aéreo europeo. El impacto dependerá del aporte de magma, la intensidad explosiva y las condiciones meteorológicas.
En términos económicos, las pérdidas son multimillonarias. Las estimaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) lo confirman. Sólo en la primera semana después de la erupción, las aerolíneas europeas registraron un déficit de 1.260 millones de euros, una cifra que seguirá en aumento hasta que se regrese a la normalidad. Mientras tanto, los cientos de pasajeros afectados por las cancelaciones de viajes deben actuar: obtener información de su vuelo, hacer valer sus derechos básicos y consultar las condiciones de los seguros contratados.
  • El primer paso es obtener información. Conocer si el vuelo se suspende y, en tal caso, cuáles son las previsiones de reanudación. Es fundamental para empezar a tomar decisiones. Basta con llamar a la agencia de viajes donde se ha comprado el billete o, en su defecto, a la compañía aérea. AENA recomienda a los pasajeros preguntar por el estado de sus vuelos antes de acudir al aeropuerto para evitar molestias y desplazamientos innecesarios. El organismo pone a disposición de los viajeros dos teléfonos de información: 902 404 704 y 91 321 10 00.
  • Lo siguiente es conocer y hacer valer los derechos básicos que amparan siempre a los pasajeros y que están recogidos en el reglamento 261/2004 del Parlamento Europeo. A saber:
  1. Cuando se deniega el embarque, se retrasa o se cancela el vuelo, la persona tiene derecho a recibir atención por parte de la compañía aérea, que debe proporcionarle comida y bebida, servicios de comunicación (dos llamadas telefónicas, mensajes de fax o correos electrónicos) y alojamiento gratuito, si es necesario pernoctar. La compañía puede ofrecer la posibilidad de continuar el viaje después, hacerlo en otro medio de transporte (si es posible) o reembolsar el importe del billete.
  2. Tras la denegación de embarque, el viajero puede recibir una compensación de entre 125 y 600 euros, en función de la distancia del vuelo y del retraso sufrido, una vez que se le haya propuesto un transporte alternativo razonable.
  3. Si el retraso excede las cinco horas, el pasajero puede solicitar el reembolso de su billete, siempre y cuando decida no viajar.
  4. La cancelación de un vuelo da derecho a una compensación financiera, a menos que se haya informado de la misma con dos semanas de antelación, que se proponga un transporte alternativo próximo al horario previsto en origen o que la compañía pueda probar que la cancelación obedece a "circunstancias extraordinarias". Esto último es muy importante porque, como resulta evidente, una nube de ceniza volcánica es una circunstancia excepcional que escapa al control (y la responsabilidad) de las aerolíneas. Éste es el argumento que esgrimen tanto las compañías aéreas como los touroperadores cuando un fenómeno natural extremo (como tornados, huracanes o terremotos) impide un viaje.
Pero entonces, ¿sólo cabe resignarse? No. Cuando el pasajero ya está en tránsito, tiene derecho a llegar a destino. Una cuestión diferente es que tarde más de la cuenta o que la vía alternativa sea incómoda y engorrosa. Si la compañía o la agencia en cuestión se niegan a hacerse cargo de los costes, es imprescindible conservar todas las facturas de los gastos extras y solicitar las hojas de reclamaciones.

Cuando se contrata un paquete de vacaciones que aún no se ha iniciado, es aconsejable acudir a la agencia de viajes para informarse sobre las posibles alternativas, tanto de postergación como de cambio de destino o de reembolso del importe (o una parte). En esta misma línea, también es fundamental cerciorarse de qué supuestos cubren los seguros de viajes contratados.
Un riesgo extraordinario y polémico
El volcán islandés y la nube de polvo y ceniza han ocasionado serios desbarajustes en las rutinas de navegación aérea de Europa, con las consiguientes pérdidas de tiempo y dinero de los pasajeros y las compañías. El déficit millonario de las aerolíneas se debe a la suma de las cancelaciones, los reembolsos, la contratación de otros medios de transporte y los gastos de atención a los clientes que no han podido volar.
Las empresas de aviación se quejan. Consideran "injusto" tener que asumir la responsabilidad económica de los perjuicios ocasionados por un fenómeno natural y exigen ayudas económicas para solventar los desembolsos millonarios del último mes. Al respecto, el director general de la IATA, Giovanni Bisigniani, subraya que la normativa sobre los derechos de los pasajeros no tiene en consideración este tipo de situaciones y que, a pesar de ello, las aerolíneas han tenido que hacerse cargo de todos los costes.
Las compañías de seguros no contemplan este tipo de siniestros. Muchas de ellas, incluso, los excluyen de modo explícito en las cláusulas de sus pólizas. Sin embargo, el Consorcio de Compensación de Seguros tiene como objetivo solventar los sucesos de este calibre. Es una entidad pública empresarial que funciona como fondo de garantía "cuando se dan determinadas circunstancias de falta de seguro e insolvencia del asegurador".
La misión del Consorcio es indemnizar las pérdidas derivadas de acontecimientos extraordinarios acaecidos en España. En caso de que el evento haya ocurrido en el extranjero, su cometido es compensar los daños personales de los tomadores del seguro que tengan residencia en el Estado. Entre estos acontecimientos, el organismo contempla los fenómenos de la naturaleza y los precisa, textualmente, en este orden: "inundaciones extraordinarias, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, tempestad ciclónica atípica y caídas de cuerpos siderales y aerolitos".

Todo parece indicar que el Consorcio de Compensación de Seguros debería asumir ciertos gastos: la parte que afecta a las compañías, los aeropuertos y los pasajeros de España. No obstante, la entidad ha avanzado que no asumirá las pérdidas ocasionadas por el volcán Eyjafjallajökull, ya que este suceso no se ajusta a la definición normativa de "riesgo extraordinario". El debate es candente, sin duda hay zonas grises y, de momento, toca esperar.

10.5.10

"Como persona y artista, estoy siempre en movimiento"

El desembarco de Igor Corrales en Barajas resultó bastante accidentado. Consiguió entrar al segundo intento y desde entonces vive enamorado de Euskadi

En plena época de expansión tecnológica, videoconferencias y correos electrónicos, Igor Corrales rompe una lanza por los por los viejos tiempos. Prefiere el papel, las cartas de toda la vida. En lugar de buscar lo inmediato, como la rapidez de un e-mail, él disfruta de la escritura y la ilustración de sus misivas. Este nicaragüense, originario de la ciudad de Somoto, dibuja todas sus cartas según el destinatario y el tema. Algunas las envía y otras las conserva. Las guarda en unos cuadernos que, según avanza, «pronto se transformarán en un libro».

La entrevista tiene por testigos esos cuadernos de tapas sobrias, pero llenos de figuras y colores en sus páginas. «Todo lo que hago, incluso esto, que es más personal, está relacionado con el arte», dice Igor mientras enseña el contenido de las cartas. Luego despliega sobre la mesa una enorme carpeta llena de óleos, xilografías, litografías y aguafuertes. También muestra bocetos de esculturas. Decenas de obras que van de paisajes a flores, pasando por rostros, árboles y siluetas femeninas.

«Soy un artista integral», dice. Y además tiene «un punto ecologista»: para hacer las xilografías, Igor recoge maderas de la basura. Son piezas de desecho que transforma en piezas de arte tras pulirlas y tallarlas con cuidado. «Si no tengo un cincel o un buril, uso un clavo o cualquier objeto punzante. No hace falta contar con las mejores herramientas para expresar cosas y trabajar», asegura.

Miembro activo de la Unión Nicaragüense de Artistas Plásticos (UNAP), Igor abandonó su país en 2008. Ya había estado antes en Europa (expuso su obra en París en la gran muestra colectiva de fin de siglo) y esta vez volvía al viejo continente para traer el arte centroamericano a la Expo de Zaragoza. «Venía con mucha ilusión», pero el destino (o las políticas migratorias) retrasaron ese proyecto. En cuanto puso un pie en Madrid, le ordenaron regresar a Nicaragua.

«Hay una cárcel para inmigrantes en Barajas», dice Igor, apenado. «Me retuvieron allí, junto a otras muchas personas, hasta que salió el primer vuelo a Managua». Igor fue devuelto a su país, donde las autoridades de Migraciones resolvieron el papeleo necesario y consiguieron enviarlo otra vez a España. «Hice el viaje dos veces en apenas unos días», resume. Y añade: «Mucha gente cree que, por ser artista, decoro mi biografía, pero no es así. Ahí tengo el pasaporte, los billetes y los sellos que corroboran todo lo que estoy contando».

Enseñar y aprender
Tras el vuelo por 'duplicado' y su paso por Zaragoza, Igor viajó al País Vasco, pues aquí tiene familia. «Mi hermana vive en Donosti desde hace unos cuantos años y aproveché para visitarla», explica. También señala que Euskadi le recuerda mucho a su tierra, «con excepción de la arquitectura y el clima», al que todavía no ha llegado a costumbrarse. «Lo llevo mejor que al principio, pero aún me duelen las manos cuando hace frío», dice guardándolas en los bolsillos mientras camina junto a la ría. Él, que vive en San Sebastián y ha venido a Bilbao por una reunión de trabajo, aprovecha el viaje para recorrer las inmediaciones del Guggenheim.

«Como persona y artista, estoy siempre en movimiento. Tengo proyectos, muchos sueños, y no me asusta ir en pos de ellos», afirma. Ese dinamismo y su «espíritu aventurero» fueron los motores que le trajeron al País Vasco. «La calidez de su gente, el cariño ofrecido y la belleza del paisaje» son las razones que le impulsaron a quedarse. «Me he enamorado de este lugar y, por ello, he comenzado a pintar una serie de cincuenta retratos basados en obras escritas por vascos. Voy a la biblioteca, leo sus libros, elijo poemas o cuentos, y los ilustro. Quiero aportar algo y, a la vez, aprender. Ahora estoy estudiando la obra de Oteiza y Chillida para comprender mejor la idiosincracia local, e intento mostrar la fuerza del arte latinoamericano».

3.5.10

Padrón, ¿un camino hacia la fractura social?

A pocos meses de celebrarse las elecciones autonómicas de Cataluña, el alcalde de Vic reabre el debate sobre la inmigración, los extranjeros y sus condiciones de permanencia en España.

El tema es recurrente en el ámbito político siempre que se aproximan unos comicios, pero esta vez tiene un nuevo punto de anclaje -el padrón municipal- y una diferencia importante con los debates anteriores: la aplicación práctica de medidas coercitivas. Los partidos de ultraderecha apoyan esta iniciativa. Los expertos en Derecho apuntan que vulnera la Ley de Protección de Datos. Las ONG repudian la idea porque conduce a la fractura social, y desde el consistorio de Barcelona critican la irresponsabilidad del alcalde vicense. Todos coinciden en que hay una estrategia política de fondo.
Josep Maria Vila d'Abadal -regidor de Vic y militante de Convergència i Unió- ha pasado de la teoría a los hechos: primero, negando a los inmigrantes en situación irregular la posibilidad de empadronarse en su municipio y, después, anunciando que remitirá sus datos a la Delegación del Gobierno y a la Policía Nacional para facilitar su expulsión del pueblo, la comunidad y el Estado.

Las declaraciones de Vila cuentan con el apoyo explícito del presidente de su partido, Artur Mas, quien defiende la propuesta de informar a la Delegación del Gobierno en Cataluña sobre los inmigrantes que no cumplan con los requisitos de residencia establecidos por la ley. No obstante, Mas ha matizado varias veces ante los medios que esta medida no tiene por qué ser imitada por todos los alcaldes de CiU, ya que, según su punto de vista, "la situación de cada ayuntamiento y de cada municipio es radicalmente diferente en temas de inmigración".

Dentro de Vic, sin embargo, las declaraciones son menos amables y, el ambiente, más tenso. El planteamiento de Vila es aplaudido por el ultraderechista Josep Anglada, concejal del Ayuntamiento y presidente de Plataforma per Catalunya (PxC); un abanderado de las razas puras y las tradiciones autóctonas que ha aprovechado el calor del debate para reiterar su rechazo a la inmigración "sin control", especialmente, la islámica, a la que define como "invasión silenciosa".

En el otro extremo del péndulo se encuentran las asociaciones de extranjeros, los sindicatos, las ONG que trabajan por la integración de los inmigrantes e, incluso, el propio Gobierno central. Cabe recordar que, en este sentido, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se ha mostrado contundente advirtiendo a Vila "que deje de enredar" con el asunto de la inmigración y que, en cambio, "gobierne. Que haga su trabajo".

Para Corbacho hay un tema político de fondo pues, en su opinión, el alcalde de Vic "tiene miedo de que una formación xenófoba [la de Anglada] le coma una parte del espacio electoral" y, por ello, se ha lanzado de lleno a arremeter contra los inmigrantes. Asimismo, el ministro recordó que "es ilegal negarse al empadronamiento de una persona" y que "puede tener riesgos jurídicos si alguien coge los datos masivamente y los transfiere a la policía" porque "esa no es la función del padrón".
Datos y derechos
Las opiniones del ministro resultan de gran importancia ya que, además de la lectura política -compartida por otros sectores de la sociedad y del Gobierno-, Corbacho introduce dos aspectos esenciales: la finalidad real del trámite de empadronamiento y el debate legal sobre las pretensiones de Vila d'Abadal y de Artur Mas, quien opina que dar a conocer las situaciones irregulares a la Delegación del Gobierno es totalmente lícito y "no supone merma de ningún derecho".

En cuanto a lo primero -la utilidad del padrón-, es necesario destacar que tiene doble finalidad. Por un lado, permite que las personas (sean extranjeras o no) accedan a los derechos públicos básicos, como la salud y la educación. En el caso de los inmigrantes, además, es un trámite fundamental para demostrar arraigo e iniciar cualquier trámite posterior de regularización. Por otro lado, tiene una finalidad estadística. Es una valiosa herramienta para conocer mejor a la población; un instrumento que permite saber, por ejemplo, que en España residen 5.249.993 extranjeros, que la quinta parte de ellos se encuentran en Cataluña o que el 25% de los habitantes de Vic proceden de otros países.

En cuanto a la legalidad de utilizar esos datos con otros fines (como la denuncia de las situaciones irregulares o la agilización de las expulsiones), el asunto se torna opaco. Sus impulsores -Vila, Mas y, también, Anglada- justifican la medida como una manera lícita de terminar con las "zonas grises", de indeterminación legal, en las que se encuentran muchos extranjeros. Y se amparan, además, en unas declaraciones recientes de la comisaria de Interior de la Unión Europea, Cecilia Malmström.

El mes pasado, Malmström recordó a las autoridades españolas que debían cumplir la Directiva 2008/115/CE, que establece que los Estados están obligados a expedir una decisión de retorno contra cualquier persona que se encuentre en situación irregular en su territorio o que, en su defecto, deben concederle un permiso de residencia. Josep Maria Vila d'Abadal vio en esa frase un claro aval a su iniciativa y, por supuesto, la hizo pública de inmediato. Sus palabras, sin embargo, fueron sacadas de contexto. Y las reacciones no se hicieron esperar, empezando por la propia Malmström, quien lamentó que su respuesta se hubiera usado "en el debate doméstico" de Cataluña y de España.
Las críticas
"Con esta medida se pretende cerrar a los inmigrantes el acceso a la salud, la educación y a toda posibilidad de regularizar su situación administrativa", dispara el presidente de Fedelatina, Javier Bonomi, que ve en esta iniciativa una "estrategia" muy clara: "Cargar contra los inmigrantes a cambio de obtener un rédito electoral en las próximas elecciones". Para él, culpabilizar a los extranjeros de todos los males y desconocer su aportación a la natalidad y a la economía en las últimas dos décadas es un "retroceso de diez años en el debate sobre la inmigración".

Los portavoces de CCOO de Cataluña coinciden con Bonomi y agregan que el planteamiento de Vila "es un acto de irresponsabilidad" que "demuestra que CiU tiene decidido -al igual que el PP y determinadas plataformas racistas y xenófobas- instrumentalizar el hecho migratorio con fines electorales". El sindicato recuerda, asimismo, que "el empadronamiento sirve como prueba de residencia en España y da el acceso a políticas de integración", como el aprendizaje del catalán. En otras palabras, "es un elemento básico para la inserción social y la posterior regularización de su situación administrativa en España". De ahí que las pretensiones del alcalde sean tan "graves".

Para la organizacíón SOS Racismo de Cataluña, las medidas anunciadas por el alcalde de Vic "convierten el empadronamiento en una cacería contra las personas sin papeles y, a los funcionarios, en policías delatores". El colectivo sostiene que la consecuencia de esta política "no será velar por la igualdad y la convivencia en el municipio, como es la obligación de un gobierno municipal, sino la estigmatización de la población inmigrada". Al igual que CCOO, SOS Racismo condena "la irresponsabilidad del alcalde, que tiene y tendrá repercusiones sociales muy graves".

Más allá de estas cuestiones y de la repulsa generalizada, la pregunta es qué va a pasar de aquí en adelante. La postura de Vila, ¿tiene base real? ¿Qué piensan los ayuntamientos? Para el comisionado de la alcaldía de Barcelona para la inmigración, Daniel de Torres, "lo que plantean en Vic es un debate falso" que no tiene más recorrido que lanzar un mensaje de dureza "en pleno contexto preelectoral". Desde su punto de vista, "con este discurso viciado, la gente tiene la percepción de que los municipios están vulnerando la ley al empadronar a personas en situación irregular, cuando, en realidad, el empadronamiento es un derecho y una obligación de todos los ayuntamientos".

"Conocer quién vive en una ciudad es fundamental para organizar la gestión de los recursos; por eso esta iniciativa no suma nada a la construcción de la convivencia", apunta de Torres. Asimismo, el comisionado subraya que el alcalde de Vic ha sido "egoísta e insolidario" con los demás consistorios, con la Federación de Municipios y con el Pacto de Cataluña por la Inmigración: "Nada de lo que ha anunciado se ha hecho y difícilmente se haga porque no tiene sustento legal. Lo que sí ha conseguido Vila, en cambio, es el impacto mediático por introducir un discurso xenófobo en el debate político y social".

Se continuará, por tanto, empadronando a las personas, más allá de su situación legal. "Una vez que tienes una realidad en tu comunidad, debes gestionarla, y esto no quiere decir escurrir el bulto, sino centrar el debate en lo que es relevante, es decir, en garantizar la convivencia y la integración", señala de Torres, y agrega: "Si algo debe cambiar será a nivel general. Los ayuntamientos somos víctimas de las disfunciones de la Ley de Extranjería".

"Queremos que se nos deje de ver como un problema"

El colombiano César Pimentel, empleado en una empresa de importación de metales, resalta la «importancia social» del Mundialito BBK, que arranca el sábado.

El próximo sábado, en los campos de Lamiako, tendrá lugar la inauguración oficial del Mundialito BBK, un evento deportivo que va creciendo año a año y que congrega a cientos de extranjeros residentes en Euskadi. Para esta edición -que se desarrollará íntegramente en las canchas de Sarriena- se han apuntado 16 equipos masculinos y 8 femeninos; unas delegaciones numerosas y variadas que cuentan con jugadores de distintas partes del planeta.

Con el fútbol como elemento central, el torneo pretende acercar a las diferentes culturas, tanto dentro como fuera de la cancha. Y lo consigue. No sólo hay gestos de compañerismo sobre la hierba; también las gradas son un lugar de encuentro donde se mezclan los acentos y los temas de conversación. Además, este año, todas las selecciones cuentan con jugadores vascos, de modo que ellos, sus familiares y amigos se suman a la fiesta multicolor alentando a países tan variopintos como Ghana, Bolivia o Rumanía.
César Pimentel es colombiano, de la ciudad de Manizales, uno de los principales centros universitarios del país. Llegó a Bilbao hace seis años y, prácticamente desde entonces, forma parte de los entresijos del torneo. Lo curioso es que no juega, aunque va todos los fines de semana: César es el responsable del establecimiento de comida instalado junto a las canchas, un local muy animado que sacia el apetito y la curiosidad gastronómica de los jugadores y la afición. Por esta razón, pone el énfasis en lo que se cuece fuera del campo, en «la importancia social de este evento deportivo».

«Este tipo de iniciativas son muy útiles para integrar a las personas y sus culturas», comenta César frente a una mesa que refrenda cada palabra. Unas empanadas de queso bolivianas, un plato de arroz y carne «hecho con caldo enriquecido» y un refresco de uva procedente de Colombia dan sabor a la charla.
Ambiente de colores
Los partidos amistosos sazonan el ambiente de colores, y la salsa y el merengue que se oye hacen el resto. «La música, la comida y el fútbol forman parte de la idiosincracia de muchos países. Por eso viene la gente. Es más, aquí hay varias personas que no juegan o que no entienden mucho del deporte, pero se acercan por el buen rollo que hay», explica César. Y agrega señalando con la mano: «¿Ves aquella mesa? Las personas que están sentadas ahí conversando son del País Vasco y de Venezuela. No te imaginas la satisfacción que me causa ver escenas como esa».

Para este colombiano, que llegó a Euskadi con el objetivo de salir adelante y hoy trabaja en una empresa de importación de metales, la sociedad vasca es muy amable y receptiva con el que viene de fuera. «Casi todo el mundo te orienta y te guía. En otros sitios, no, pero aquí las personas siempre te ayudan y hacen posible que la integración sea real», apunta César. «Además, cuando venimos a las canchas nos sentimos como en casa, damos a conocer parte de nuestra cultura y, poco a poco, nos vamos integrando en la sociedad de acogida».
En su opinión, el Mundialito BBK es una «gran oportunidad» para que los extranjeros den «la mejor imagen posible. Queremos que se nos deje de ver como un problema», señala César, quien también destaca el valor de este torneo como «punto de encuentro» y como red social. «Para las personas recién llegadas, que no conocen a nadie, esta actividad es muy positiva, ya que cubre un poco el vacío y la soledad que se siente al principio», añade.

De ahí que, cada año, el torneo crezca y mejore. En la presente edición, que cuenta con equipos de municipios lejanos, como Markina, participarán cerca de 500 jugadores. Y a ellos hay que sumar, por supuesto, a la afición. Según las previsiones de los organizadores, cuando se dispute la final, el estadio de Lasesarre colgará el cartel de 'completo'. «Seguro que pasa lo mismo en Sarriena -calcula César- porque cada vez viene más gente... ¡Qué gusto!».

1.5.10

Tipos de rentas vitalicias

En función del plazo de cobro y el destino del capital invertido, garantizan una mayor estabilidad al tomador y complementan el sistema público de pensiones

En un contexto con pronósticos poco halagüeños, garantizar unos ingresos mensuales al núcleo familiar, complementar una jubilación insuficiente o lograr cierta estabilidad económica para el momento en que se deje de trabajar se convierte en un asunto prioritario. Las rentas vitalicias cumplen este fin. Se distinguen cuatro tipos en función del plazo de cobro y el destino del capital invertido, además de sistemas mixtos y condiciones específicas que se pueden negociar con la empresa aseguradora. El debate sobre el sistema de pensiones y su inviabilidad a largo plazo del modo en que está planteado hoy en día no sólo es un desafío para la política económica, sino que también es un reto para los ciudadanos. La seguridad es la clave y, si el estado de bienestar tiene dificultades para proporcionarla, es necesario evaluar alternativas.

Los modelos
Entre los paquetes económicos posibles, como fondos de inversión y planes de pensiones, los seguros de rentas vitalicias garantizan una mayor estabilidad al tomador y complementan mejor el sistema público de pensiones. No hay un único modelo, sino varios tipos. La primera distinción se asienta en el plazo de cobro, el momento en el que el titular comienza a beneficiarse de los pagos.
  • Inmediatas. La persona deposita un capital y empieza a percibir los ingresos correspondientes al mes siguiente de contratar la póliza. Los beneficios dependerán de la edad del contratante, sexo, esperanza de vida y cuantía del capital que destine. En general, la inversión tiene sentido a partir de 60 años y 40.000 ó 50.000 euros. La mayoría de las personas que eligen esta vía utilizan el dinero obtenido de herencias, venta de inmuebles o fondos de inversión.
  • Diferidas. Quienes carecen de liquidez suficiente o saben que no tendrán manera de recibir un capital tan cuantioso, pueden optar por la percepción de una renta vitalicia aplazada. Para ello, es necesario planificar la estrategia, ya que durante un periodo de tiempo la persona debe realizar ingresos periódicos hasta alcanzar una cierta acumulación de capital ahorrado. Una vez que cuenta con esos ahorros, hay que esperar a que llegue el momento de cobrar los beneficios, que se pacta con la entidad de antemano.

Otra distinción fundamental tiene que ver con el destino del capital invertido una vez que fallece el beneficiario. En este apartado, las rentas se desglosan en puras y contra seguro.

  • Rentas puras. Son las más contratadas por las empresas para complementar la jubilación de sus empleados. La compañía paga una única prima y la aseguradora se compromete a abonar una renta mensual proporcional durante el resto de la vida del beneficiario. La particularidad de este modelo es que el capital invertido no se recupera. Si la persona deposita 50.000 euros y fallece a los dos años, no habrá sacado el mejor partido a su inversión. Pero si tiene una vida longeva, la recuperará con creces. En ese pacto con la entidad de seguros hay un componente de azar y, por tanto, de riesgo. De ahí que los beneficios mensuales sean superiores a los de otras modalidades.
  • Rentas contra seguro. Es el modelo estrella y el más comercializado entre los clientes particulares que tienen cónyuge o descendencia. La diferencia con las rentas puras es que, al fallecer el titular del seguro, sus herederos legales recuperan gran parte del dinero invertido. ¿La contraprestación? La renta mensual es más reducida. De este modo, se compensa a la aseguradora por el capital que deberá reembolsar a la familia. La reducción obedece a que el titular contrata dos seguros simultáneos: el de supervivencia y el de fallecimiento.

Si bien estos cuatro modelos son los paquetes más habituales, hay sistemas mixtos y condiciones específicas que se pueden negociar con la empresa aseguradora. No obstante, lo más usual es que el consumidor particular contrate una renta vitalicia inmediata y contra seguro.

Estabilidad asegurada
La ventaja principal de este modelo destaca por tres aspectos esenciales: la duración, la estabilidad y el beneficio fiscal.

  • Duración. La percepción de las rentas vitalicias se extiende hasta que el beneficiario de las mismas fallece. A diferencia de los planes de pensiones, cuyas rentas financieras tienen una duración limitada, estos seguros contemplan la posibilidad de que el tomador viva más años de los que cabría esperar por su esperanza de vida. Garantizan el riesgo de supervivencia.
  • Estabilidad. Las inversiones en Bolsa tienen mayor rentabilidad que cualquier otro producto financiero pero, a cambio, ofrecen menos garantías. El comportamiento del mercado bursátil tiene sus vaivenes y, por tanto, los ingresos del inversor fluctúan. Las rentas vitalicias, por el contrario, no están sujetas a este tipo de movimientos. Su rentabilidad es más baja (el tipo de interés promedio ronda el 2%), pero se mantiene constante durante toda la vida del seguro.
  • Fiscalidad. Desde la última reforma tributaria, que entró en vigor en 2007, la contratación de una póliza de renta vitalicia goza de importantes beneficios fiscales. Son medidas de reducción de los gravámenes que tienden a impulsar la contratación de estos seguros como complemento a la jubilación.

El tratamiento fiscal depende de la edad con la que se contrate la póliza. El artículo 25.3 de la actual Ley del IRPF señala que la fiscalidad es muy buena a partir de los 65 años y mejora de modo notable después de los 70. Para este último supuesto, sólo el 8% de la renta percibida se considera como rendimiento de capital mobiliario. A ese porcentaje se le aplica el impuesto correspondiente (en general, del 19%) y lo único que retiene el Estado es la cifra resultante. Por cada 1.000 euros de beneficio, la retención será de 15,2 euros. La renta neta para el tomador del seguro quedará fijada en 984,8 euros mensuales.

Estas tres cualidades, sumadas a la coyuntura económica y al cambio drástico en las perspectivas de jubilación, han contribuido a un aumento notable de contrataciones de rentas vitalicias. Según datos de la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA), estas compañías cerraron el ejercicio de 2009 con más de 2.700.000 planes vitalicios contratados y un capital de 70.000 millones de euros de ahorro acumulado.

Hipoteca inversa
No es un tipo de renta vitalicia, aunque puede funcionar como tal. La hipoteca inversa es un producto financiero dirigido a personas mayores o en situación de dependencia cuyos ingresos son bajos o insuficientes para cubrir sus necesidades, pero tienen patrimonio inmobiliario. El sistema consiste en transformar el ladrillo en dinero sin perder el derecho de uso de la propiedad durante determinados años.

Mediante esta fórmula, el propietario recibe del banco o la entidad aseguradora una renta mensual pactada, acorde al valor de la vivienda, y puede residir en ella hasta el momento en que fallezca o se agote esa línea de crédito.

Este modelo -ideado por los bancos y que, desde la reforma de la Ley Hipotecaria, también pueden gestionar las empresas de seguros- no ha tenido mucho éxito, salvo en casos puntuales. Fuentes de UNESPA explican que el fundamento de la hipoteca inversa es razonable, ya que la mayor parte del capital de los ciudadanos está en el sector inmobiliario. Sin embargo, la acogida no ha sido masiva debido a dos razones. Por un lado, el "crack" inmobiliario, que ha devaluado los pisos y, en consecuencia, la hipotética rentabilidad mensual. Por otro, la mentalidad imperante en España, un país donde se asume que los inmuebles son bienes que deben legarse a los hijos.

La opción de los PIAS
Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) se pusieron en marcha hace dos años. Son un producto nuevo en el mercado asegurador, si bien han logrado crecer y consolidarse como un formato interesante para miles de personas que desean una renta vitalicia complementaria al resto de sus ingresos. Sólo en 2009, la contratación de estos planes experimentó un aumento del 35% con respecto a su primer año de funcionamiento y ya cuenta con un volumen de 1.710 millones de euros en ahorro gestionado.

El mecanismo de los PIAS es simple. La persona interesada paga a la entidad hasta un máximo de 8.000 euros al año durante un mínimo de 10 años. Finalizado este primer periodo (que, en general, dura más tiempo), el asegurado recibe un capital en función de la rentabilidad que ha generado. Si ahorra ese dinero, deberá pagar los impuestos que correspondan (un 19% o un 21%, según la cuantía), mientras que si lo transforma en una renta vitalicia, lo recaudado quedará exento de impuestos y sólo se le aplicará el gravamen mínimo a la cuota mensual que reciba.