24.2.07

Lujo por horas

Una empresa que alquila bolsos de firma y otra que renta piezas de alta joyería llevan a los armarios de las españolas la sofisticación y el glamour de los millonarios y famosos


Falta apenas un día para la entrega de los premios Oscar, y en las oficinas de Look-and-stop esperan con ansiedad la emisión de la ceremonia en directo. «Estamos muy pendientes de la gala, por supuesto», confiesan las responsables de la firma madrileña que ha iniciado su andadura en diciembre de 2006. Mientras aguardan el evento cinematográfico con mayor audiencia en el globo, estudian los lanzamientos más aplaudidos de la temporada y analizan la pasada ceremonia
de los Goya.

Lo primero que alguien podría pensar al leer estas palabras es que las dueñas de la empresa son cinéfilas sin remedio. Pero lo cierto es que no. Ni se les va la vida en los rodajes, ni se dedican profesionalmente al mercado audiovisual. Lo que en verdad les interesa es el mundo de la moda, y los análisis que realizan se focalizan en la alfombra roja. Más concretamente, en el atuendo de quienes la pisan.

Trajes, zapatos, vestidos de gala, bolsos, joyas… Al margen del premio en sí, la cita en el Kodak Theatre se transforma en una pasarela de lujo. Los maniquíes eventuales son actores y actrices famosos que lucen, sin inmutarse, creaciones de moda y glamour. Allí se concentran las últimas tendencias, los objetos más codiciados y las apuestas más novedosas de los grandes diseñadores. Y todo ello, claro está, es materia prima para la novel empresa española, cuyo objetivo fundamental es acercar la sofisticación al común de los mortales. Pero, ¿cómo lo consigue? ¿Vende complementos similares? No. ¿Realiza imitaciones? Tampoco.

Quizás resulte algo extraño –o, cuando menos, novedoso– que el negocio de Look-and-stop consista en comprar artículos genuinos para alquilarlos después por un precio razonable. De entre todos los accesorios que componen la vestimenta de gala, la firma ha centrado su atención en los bolsos femeninos, y marcas como Chanel, Christian Dior, Bottega Veneta o Louis Vuitton forman parte de su ‘stock’ que, en la actualidad, suma medio centenar de modelos. Un bolso de 2.000 euros por 65 a la semana. O uno de cuatrocientos por cuarenta, IVA incluido.

«Sabíamos que este negocio funcionaba bien en los Estados Unidos, porque tenemos amigas que viven allí. Hicimos un estudio de mercado en España y, al final, decidimos ‘importar’ la fórmula», explica una de las propietarias, que prefiere mantener su identidad en el anonimato. La discreción –incluso en este aspecto– es el pilar fundamental de la empresa. Y la razón es muy sencilla: «A ninguna de nuestras clientas les interesa que se sepa que sus bolsos son alquilados, por eso les brindamos la mayor confidencialidad posible».

Precauciones legales
De ahí que, una vez hecho el pedido, el bolso se entregue con un hermetismo absoluto. Ni señas de identidad, ni logotipos de la empresa. «Los artículos se envían mediante una compañía de transporte especializada y la caja va envuelta en una bolsa muy discreta», describen. Lo mismo ocurre a la inversa, cuando finaliza el periodo de alquiler y se recoge el artículo utilizado. Por muy
nueva –y pionera– que sea la firma, sus responsables han evaluado hasta el último detalle. «Tuvimos que asesorarnos con abogados y con otros profesionales antes de salir al mercado. Hicimos una inversión importante y debíamos cuidar todos los aspectos», relatan. Entre ellos, el legal.

En primer lugar, las empresarias se aseguraron de que el negocio fuera legítimo. Y después, para evitar fraudes, decidieron comprar los bolsos directamente en las tiendas originales, sin intermediarios, ni descuentos sospechosos, ni transacciones por Internet. «Adquirimos los artículos en los establecimientos de los fabricantes, con su correspondiente certificado de autenticidad», afirman; una regla que se aplica tanto a las marcas nacionales como a las que se encuentran en el extranjero y cuyas creaciones más recientes no se consiguen en nuestro país. «O bien se agotan enseguida o, directamente, no llegan», dicen.

Eso explica la frecuencia de sus viajes a Londres, Milán o París, ciudades que, por excelencia, son referente mundial de la moda. Los desplazamientos para las compras, sin embargo, no son casuales. Y, mucho menos, impulsivos. La adquisición de un bolso o un modelo concreto tiene, de base, un estudio profundo. La gran variedad de marcas y artículos y el elevado coste de los mismos son razones determinantes para pensar antes de actuar. En este sentido, los eventos como el de mañana, los desfiles de renombre o, también, las propias revistas del corazón son necesarias –e indispensables– para acertar en las decisiones.

Como Victoria Beckham
«Contamos con estilistas que siguen la vestimenta de las famosas y proponen algunos bolsos en función de lo que ven», desvelan las empresarias. Y añaden que no todas las mujeres ‘famosas’ son útiles a este propósito. Hay una lista, y Paris Hilton, Penélope Cruz y Victoria Beckham son tres celebridades que la encabezan. «Es casi una regla –sentencia una de las propietarias–: bolso
que se pone Victoria, bolso que se agota de las tiendas». Y en su empresa, pues muchos de los artículos que ofrece esta compañía se encuentran en lista de espera.

«La aceptación ha sido muy buena, incluso mayor de lo habíamos previsto», celebran. El dato es interesante, ya que el perfil de sus clientas está marcado por la exigencia. «Trabajamos con mujeres de entre 20 y 45 años, con una vida social muy activa –describen–. No buscamos a alguien que alquile una vez al año, sino a personas que cambien de modelo y repitan. Por lo general, son mujeres que ya poseen un bolso de alta costura y que valoran las marcas, pero que no se pueden permitir la compra de todos los artículos que les gustaría tener». Mujeres de Madrid y Barcelona, pero «también de otras ciudades y pueblos más pequeños», destacan.

Si algo ha sorprendido a las propietarias de Look-and-stop es que las solicitudes provienen de lugares muy dispersos. «En un principio, pensábamos que los alquileres se concentrarían en las grandes capitales –relatan–, pero resulta que hemos enviado bolsos a todas partes del país, desde Lugo hasta Canarias». Otro factor de sorpresa fue la demanda masculina. Al parecer, aquello de que a los hombres no les va el tema de la moda es un «mito total». Por esta razón, la firma piensa «incluir artículos masculinos, como bolsos en bandolera y maletines de ordenador». Evidentemente, el ‘leasing’ de última moda experimenta un auge tremendo, sobre todo porque esta empresa no es la única en España que ofrece lujo por horas.

Junto a Look-and-Stop, que alquila bolsos de marca, existen otras compañías especializadas en distintos rubros del glamour. Las más conocidas –después de las arrendadoras de coches y limusinas– son las que trabajan para las fiestas de rigurosa etiqueta como, por ejemplo, las bodas. Decenas de empresas españolas alquilan trajes de noche, desde chaqués, fracs y esmoquin
hasta la propia indumentaria de los novios. Una de ellas, en Zaragoza, señala que la vestimenta de los futuros esponsales cuesta alrededor de 1.500 euros como mínimo y que «si tenemos en cuenta que se utiliza durante unas pocas horas, resulta que el precio es muy alto». «Alquilar un vestido de novia de aparente estreno, tanto por su estado como por su diseño, puede costar desde 180 euros, y un traje de novio, desde 55», detallan en ZaraBodas.

Claro que, a la hora de contraer matrimonio, pueden surgir ciertas reticencias con el tema del alquiler. A fin de cuentas, es un día especial. La empresa zaragozana lo sabe y, por ello, ha ideado una modalidad singular: «Para quienes piensan que es mejor estrenar la ropa, tenemos otra alternativa. Por un precio un poco más elevado, alquilan un traje sin uso y, en lugar de guardarlo, nos lo devuelven», exponen. El ahorro supone un «buen dinero» para dedicar a otros ‘capítulos’, como el viaje, los utensilios del hogar o «cualquiera que no sea el abandono de por vida en un rincón del armario».

Joyas asequibles
Ropa, bolsos, coches, embarcaciones… la lista se amplía. ¿Hay algo más que se alquile en estos márgenes del lujo? Sí, las joyas. Una empresa catalana fundada en mayo de 2006 pone el acento en los detalles más brillantes. «Nuestro objetivo principal es que la gente común pueda lucir una pieza de alta joyería en un momento determinado», explican los responsable de la compañía Berdeli, que nació con «la idea de innovar el mundo del diseño de la joyería actual». La firma alquila estas piezas durante diez días y el coste del servicio oscila entre el 10% y el 20% del valor real de la joya. Las iniciativas de este tipo demuestran que las demandas y los clientes están cambiando en España. Como señala la consultora Daemon Quest, «los artículos de lujo se han convertido en una parte importante de consumo para un público cada vez más amplio, y han dejado de ser ‘commodities’ al alcance de unos pocos privilegiados».

23.2.07

Burgos, en obras

El inexplicable Arrabal será el rostro más conocido en el festival de performance de la capital castellana, en el que cabede todo. Desde artistas especializados en ‘tunear’ barbies hasta expertos en la cosa multimedia y música experimental.

"Ni el propio Arrabal sabe qué presentará; lo preparará el mismo día y será una sorpresa’’

Puede que Burgos sea la cuna del Cid Campeador y que su historia esté embebida de literatura, pero, al menos durante cuatro días, la ciudad se transformará en escenario y sus personajes se vestirán de estreno. Nada de proezas medievales ni patrimonios de la Humanidad. Burgos será un enclave de arte contemporáneo lleno de actuaciones inéditas, talleres de expresión y performances de vanguardia. Eso mismo. En lugar de batallas heroicas habrá una muestra de lucha libre mexicana y, siguiendo las huellas de Babieca, los Caballos de Düsseldorf ofrecerán un concierto en directo.

Vale, ya está bien de andarse con rodeos. ¿Queréis saber de qué va la nueva historia burgalesa? Entre el 1 y el 4 de marzo tendrá lugar la sexta edición del Festival BEM, una iniciativa novedosa y arriesgada dedicada al arte performático que concentrará diecisiete compañías, dos conferencias, dos talleres, dos conciertos, una instalación, un espectáculo de lucha libre y, lógicamente, una fiesta.

¿El objetivo? Presentar los aspectos más relevantes del «arte en acción» y acercar sus producciones a la sociedad tanto como sea posible. Por eso el festival «se dirige a todo tipo de público», aunque la consigna, claro, es «tener inquietudes, una mentalidad abierta y ganas de vivir experiencias nuevas», dice Luan Mart, el comisario de la muestra.

Ahora bien, ¿cuáles son las características principales del BEM? Como ya sabréis, nuestro país experimenta un ‘boom’ de creatividad contemporánea y las muestras se reproducen como setas. Un simple vistazo a las cifras de ARCO, que cerró con 190.000 visitas y un 15% más de ventas que el año pasado, lo demuestra. Así que, ¿cuál es el rasgo distintivo de este festival? ¿Hay algo que lo diferencie del resto?

«Sí. La principal característica –responde Luan– es que se centra totalmente en la performance. En vez de dispersarnos y promover diferentes disciplinas, nos especializamos en este campo», explica. Pero hay algo más que hace al BEM diferente: «Todos los espectáculos, del primero al último, son inéditos». Es decir que, al factor ‘vanguardia’, se le suma la novedad del estreno. Por supuesto, esto no significa que los artistas sean inexpertos. La mayoría, de hecho, tiene una larga trayectoria en el mundo del arte. Como ejemplo, Luan menciona la sesión prevista de Los Rinos, que, tras haberse separado, «harán una performance en exclusiva y, después, se volverán a disolver».

El colectivo formado por Sergi Caballero, Pau Nubiola y Marcel.li marcó toda una tendencia en la década de los ochenta y, como bien expone el comisario del BEM, «lograr unirlos para este proyecto ya es un éxito en sí mismo». Aunque el menú no se agota con este grupo, cuyo último trabajo conjunto traspasó fronteras y, también, generaciones. Existe otro «plato fuerte»; uno que lleva por nombre Fernando Arrabal. Se trata de un «peso pesado» que siempre convoca gente, define Luan. Y tanta fe le tiene a este autor, que se ha jugado a incluirlo en el programa sin saber qué obra presentará. «Ni siquiera el propio Fernando lo sabe», agrega. «Preparará las cosas el mismo día de su conferencia, así que será una sorpresa para todos», anuncia.

Si no os suena de nada, ya podéis empezar a temblar, porque, además de dirigir siete largometrajes y publicar catorce novelas, libros de poesía y varios ensayos, Arrabal causó sensación con su ‘Carta al General Franco’, difundida en España cuando aún vivía el dictador. «Vamos a hacer historia con esta plataforma», asegura el comisario. Y, visto el programa, no se equivoca.

Picantillos
¿Os gustaría saber qué otros artistas condimentarán la fiesta? Muy bien. Aquí va un resumen. Pero, cuidado, que hay picantillos. ¿O cómo definiríais vosotros a la lucha libre mexicana? Para el comisario del BEM, es un tipo de entretenimiento en el que las personas involucradas realizan peleas deportivas simuladas. De ahí su inclusión en el programa. No es el deporte, sino el espectáculo lo que la hace interesante desde el punto de vista artístico. Pero, ¿acaso vale todo? Si queréis despejar esta duda, nadie mejor que Fernando Castro Flórez, profesor de estética en la Universidad Autónoma de Madrid, que se define como «presunto-todólogo».

Él también participará en el BEM con una conferencia performance y, quién sabe, tal vez allí se le cumpla un sueño: El autor de ‘Escaramuzas’ y ‘Elogio de la pereza’ «aspira a ser objeto de homenaje en cualquier momento». Distinto es el caso de Kiki Mistu, quien se ha centrado en promover la imaginación. Es el fundador del Centre Cultural Imaginari y uno de sus objetivos es «mejorar el mundo a través de sus intervenciones».

Quizá os sirva de ejemplo su «primera pieza de gran envergadura»: un falo de cuarenta metros de altura que diseñó especialmente para el festival Primavera Erótica de Terrassa, su ciudad natal. ¿Demasiado heavy? Probemos con Ana Elena Pena, que se presenta como «artista dispersa» porque, entre otras cosas, es pintora, ilustradora, utiliza su cuerpo como soporte estético para hacer fotografías y, además, customiza barbies.

Sí, ella ‘tunea’ la infancia mientras Cuco Suárez arma proyectos que abordan la explotación del ser humano en esta época de globalización. Es un performer y un artista multimedia interesado en las temáticas sociales, igual que el dúo Los Torreznos. Ellos exploran las costumbres más arraigadas entendiendo que «siempre hay una segunda lectura». Algunos de sus trabajos en los últimos seis años tienen títulos de lo más sugerentes. ‘Energía española normal’, ‘La noche electoral’, ‘Confiando en Shakespeare’ (en colaboración con Los Superagradecidos), ‘Tratado sobre algunas emociones’…

Y de emociones, precisamente, sabe mucho Cagon & Crista, porque es imposible permanecer indiferente a sus actuaciones musicales. Se trata de un personaje que «tiene una malformación en las manos, uñas largas, duras como navajas, unos dientes horribles y una calva importante, aunque se ha dejado crecer una calva lamentable». Así lo pintan en el BEM y, por si acaso, agregan que en todas las fotografías aparece con unas gafas tipo ‘Corrupción en Miami’ y una camiseta negra sudada.

Caló, esperanto e inglés
¿Algo más? Sí. «Sus interpretaciones son únicas e irrepetibles porque «resulta difícil saber en qué lengua está cantando. Parece una mezcla de caló, esperanto e inglés radicalmente pachanguero». ¡Hala! La lista sigue con Nico Baixas (con formación musical, pero vinculado al cine), Art-inbox (que nace como negación del yo artístico y busca colocar al público en un rol de
protagonista) y Los Caballos de Düsseldorf, ya mencionados antes, que presentarán su recién editado LP.

No obstante, si queréis algo típico de la ciudad, el BEM recomienda a los Stupid Feats, un grupo de acción audiovisual que combinan esta disciplina con la performance y la escena. También podéis probar otros gustos en la web del festival (http://www.festivalbem.com/) y, si estáis indecisos, bueno… tal vez la Bellamátic os sirva de algo. Se trata de una máquina expendedora de arte, y estará presente en Burgos.

16.2.07

Arte aplicado

¿Es posible que empresas y artistas se relacionen y complementen más allá del cuadro que adorna el despacho? La feria ARCO lo estudia estos días y un colectivo guipuzcoano enseña el camino para una colaboración más profunda y enriquecedora


Tal vez no os gusten las ciencias, aunque seguro recordaréis este principio de la química: el agua y el aceite no se mezclan. Pueden compartir recipiente e, incluso, estar en contacto, pero tienen densidades diferentes y eso les impide formar un compuesto. ¿Os suena, verdad? Pues bien, con los artistas y los empresarios ocurre algo parecido: cada uno está en lo suyo y, si coinciden, es por un rato. El ‘recipiente’ suele ser una exposición, una inauguración o, a veces, un cóctel pero, aún en esos ámbitos, la reunión se asemeja más al patio de un colegio –con cuadrillas y grupitos, ya sabéis– que a un lugar de encuentro real.

Vale. ¿Y si alguien os dijera que este principio está cambiando? Los empresarios y los artistas pueden mezclarse en un objetivo común hasta reaccionar como un compuesto creativo. De hecho, ya lo hacen. Un grupo de gestión cultural radicado en San Sebastián ha decidido innovar la actividad de los creadores insertándolos en proyectos empresariales que nada tienen que ver con el arte. «No se trata de que los artistas se dediquen a mejorar un diseño o a idear un logotipo. La idea es que trabajen en proyectos ya existentes aportando una visión distinta», explica Arantxa Mendiharat, coordinadora del programa ‘Disonancias’.

Ni exposiciones, ni piezas raras, ni obras de colección. Lo que ofrece el equipo donostiarra es un servicio de ‘colaboración artística’ para solucionar cuestiones prácticas. De momento, son diez las empresas que han dicho ‘sí’, pero bien os podréis imaginar que la tarea no ha sido sencilla. Primer problema a resolver: los estereotipos y los mitos. «En ambos mundos hay muchos prejuicios, más por desconocimiento que por otra cosa. Casi siempre se asocia a los artistas con la representación y con ciertos espacios, como los museos y las galerías. No se piensa en ellos como profesionales que quieren construir experiencias nuevas y transformar a la sociedad más allá de la parte estética», reflexiona Arantxa. Para ilustrar esta dinámica, pone un ejemplo muy claro: el momento en que presentan el servicio ante las empresas. «En el despacho de un director suele haber cuadros colgados. Nuestro desafío es explicarles que no son ‘esos’ artistas quienes van a trabajar para él, sino otros. Y, claro, no lo asimilan en cinco minutos».

Un momento. ¿Ha dicho «‘esos’ artistas?» ¿Quiénes son ‘esos’ y quiénes los ‘otros’? Según los responsables de ‘Disonancias’, hay dos tipos de creadores y la clasificación no pasa por sus disciplinas, ni por el lenguaje o las herramientas que utilicen. Pasa por los objetivos de sus obras. De alguna manera, ‘esos’ (los de los cuadros en el despacho, no os liéis) serían los clásicos; aquellos que crean pensando en la representación y la estética. Y los ‘otros’ (los que promueve este programa) son «artistas relacionales, pues construyen relaciones, no objetos», dice Arantxa, pese a que el término ‘relacional’ no le gusta demasiado.

«Es necesario liberar la mente del concepto del esteticismo. El arte hace cada vez menos búsquedas estéticas para volcarse más hacia una transformación social». La reflexión encierra una pregunta (o dos) de base. Uno: ¿cuál es el papel de los artistas en la actualidad? Y dos: ¿es posible para ellos vivir del rollo creativo? El asunto no es menor y constituye un tema de debate. Precisamente ayer, en la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid –Arco’07–, se celebró un encuentro para abordar estas cuestiones.

Bajo el título ‘Nuevos mercados y posibilidades comerciales en el Arte Contemporáneo’, un grupo de expertos –incluida Arantxa– pusieron en común sus puntos de vista acerca del rol de los artistas en la sociedad. El objetivo del encuentro, según los organizadores, consistía en reunir a «distintos tipos de profesionales que están implicados en la redefinición del arte tal y como hoy lo conocemos» para responder a esos interrogantes. O, mejor dicho, a esos problemas. Serios problemas que se pueden resumir en cifras. A comienzos de este mes, la Asociación de Artistas Visuales de Cataluña (AAVC) publicó un estudio sobre el lugar que ocupan los creadores en el conjunto de la economía española, y los datos que desvela el documento bien podrían quitar el sueño.

Para decirlo sin rodeos: el Estado calcula que existen 11.236 artistas, pero sólo un tercio de ellos están ocupados a tiempo completo y más de la mitad no llega a cobrar siquiera 380 euros por mes. A pesar de que el mercado artístico en su conjunto experimenta un auge reseñable –en los dos últimos años, el Gobierno ha comprado 1.800 obras para los museos públicos por valor de casi diecinueve millones de euros–, no todos los autores se benefician por igual.

Doble necesidad
Es aquí donde surge el problema. Y, también, donde nace la solución, porque si los museos, las galerías y los espacios públicos no dan abasto para sostener la producción cultural, los creadores deberán pensar en otras vías para canalizar su actividad. En ese sentido, el proyecto ‘Disonancias’ (del grupo Xabide) ha hecho una apuesta por el ámbito privado y el ‘arte aplicado’, si cabe la expresión. Como explica Arantxa Mendiharat, el programa surgió por una «doble necesidad». Por un lado, la «de los creadores, que no se quieren encasillar en el ámbito artístico solamente» y, por otro, la «de las empresas, que necesitan creatividad e imaginación para desarrollar sus proyectos».

Las aportaciones que reciben los empresarios «no tienen que ver con la cuestión estética ni con lo bonito del producto que quieran promover, sino con una visión distinta que permita repensar todo de un modo más global», señala Arantxa. Para ello, una vez que los empresarios acceden a esta experiencia y definen el área de trabajo, ‘Disonancias’ lanza «una megaconvocatoria a través de Internet». Los artistas interesados se presentan por la misma vía y entregan, además, un anteproyecto. Si resultan seleccionados, el grupo de gestión cultural les paga para desarrollarlo en seis meses.

Por supuesto, el método de selección y, más que nada, el canal elegido para la convocatoria, ha generado cientos de respuestas diferentes de distintos puntos del globo. De ahí que, en esta primera experiencia, haya tantos creadores extranjeros. Y muchos de ellos, aunque suene extraño, «tienen formaciones científicas. Todos viven de su arte, eso sí, pero ninguno tiene una economía fluida», describe Arantxa. El programa que lleva adelante –pionero en nuestro país y uno de los pocos que existen en el mundo– pretende quitar a los creadores de esa realidad y situarlos en una nueva, con más campos de acción y menos estereotipos. Como quien dice, desmarcarlos. Y nunca mejor empleado el término.

9.2.07

"Soy un constructor utópico"

El compositor argelino, a quien comparan con Peter Gabriel y David Byrne, presentará en nuestro país sus dos trabajos más recientes. «La música comercial apesta», dice uno de los artistas más versátiles del panorama actual

Cifras: tiene más de veinte álbumes editados, nueve producciones con su firma y cinco obras cinematográficas que reproducen sus partituras. Ha trabajado con decenas de artistas en todo el globo, desde Ryuichi Sakamoto (ganador de un Oscar por la banda sonora de ‘El último emperador’ de Bernardo Bertolucci) hasta Peter Gabriel, Laurie Anderson y Björk. Sumas: algunas de sus creaciones han deleitado a millones de espectadores, como las piezas de danza contemporánea que abrieron el Mundial de Fútbol de Francia en 1998. Combinatorias: el trabajo conjunto con el artista digital Bernard Caillaud ha despertado cientos de aplausos, mientras que el proyecto que prepara con Peter Buck y Hill Rieflin (músicos de REM) promete idéntico destino para marzo.

La trayectoria de Hector Zazou, prolífica y variada, puede resumirse sin dificultad usando términos artiméticos. No en vano, el compositor asegura que «la música es muy cercana a las matemáticas». Lógico, aunque hay otros aspectos de su vida creativa que las ciencias no pueden explicar. Un ejemplo: su gusto por las diferencias, a las que considera una «fuente de inspiración». Nacido en Argelia, de padre francés y madre española, Zazou ha desarrollado una versatilidad que impresiona. Las fusiones y la experimentación son constantes en su carrera, que se destaca por la innovación y el amor al riesgo. ¿Miedo creativo? ¿Lenguajes prohibidos? Ni hablar. «No hay malos instrumentos, sólo malos músicos», afirma este ‘escultor sonoro’ que actuará la semana próxima en España.

–Ha pasado por varias corrientes musicales. ¿A qué se debe esa búsqueda?
–Me gusta aprender nuevos lenguajes musicales y nuevas técnicas para diseñar sonidos. Cada grabación está hecha con un vocabulario específico, porque me interesa tener una aproximación renovada en cada proyecto.
–¿La fusión de estilos y técnicas tiene que ver con sus orígenes?
–Sí. Siempre me sentí un inmigrante, y esto me ha hecho mirar al mundo de una manera diferente. Entiendo mejor a las personas despojadas de raíces, las que están perdidas en un mundo que no entienden, donde es difícil encontrar el lugar correcto. Este sentimiento desarrolló mi curiosidad y me previno de tener cualquier tipo de visión colonialista del mundo.


Muchas culturas
–De ahí que su trabajo registre varias culturas del planeta.
–En mayo comencé a trabajar en Beijing con un cantante chino llamado Marmur. Con él aprendí que la ‘cultura china’ no significa nada, pues hay muchas culturas chinas diferentes. Marmur, por
ejemplo, jamás ha hablado mandarín, el idioma oficial. Asia es un gran continente, una reserva gigante de ideas y sonidos.
–¿Y usted?
–Como decía el filósofo Jacques Derrida, «soy alguien capaz de poner lo que está en el límite en el centro de la imagen». Me gustan las diferencias, mi inspiración proviene de ellas y me entristece que desaparezcan con el desarrollo del capitalismo.
–Dice que la música sirve para cambiar el mundo…
–Los artistas son constructores utópicos. Somos responsables de lo que estamos mostrando a las personas que nos rodean. Yo intento crear un mundo menos agresivo, injusto y cruel. En ese sentido, la música comercial apesta. Los valores en los que se basa están pervertidos.
–Ha utilizado hasta el canto de los pájaros para componer. ¿Cree que cualquier instrumento es válido a la hora de expresar emociones?
–Absolutamente. No hay malos instrumentos, sólo malos músicos.
–¿Y están ligados los estilos o instrumentos que elige con lo que quiere transmitir?
–Mmm… ¿La emoción que siento cuando escucho El Lebrijano es la misma que siento cuando escucho Bob Dylan?
–No lo sé, dígámelo.
–Varía. El Lebrijano me está contando una historia de árabes y gitanos; de cómo dos civilizaciones pueden producir algo hermoso juntas. Dylan me está hablando de poesía y soledad.
–Ya que menciona las uniones, ha trabajado con Bernard Caillaud para crear ‘Quadri [+] Chromies’. ¿El arte tiende a la interacción de las diferentes disciplinas?
–Hay varios ejemplos de artistas construyendo juntos, pero con elementos totalmente independientes. En ‘Quadri [+] Chromies’ seguimos esa dirección y fuimos tan lejos como pudimos. Mi música necesitaba a las imágenes, aunque podría haber hecho una melodía totalmente distinta de la que hice.
–¿Y daría igual?
–Francamente, y si miro hacia el pasado, no creo que las situaciones de colaboración hayan producido algo mejor de lo que fue o pudo haber sido creado de manera independiente. La banda sonora de una película puede ayudar al filme, pero no lo cambia. En general, cuando un compositor es invitado a escribir una partitura para una película, ésta ya está terminada.


Desafíos
–¿Le ocurrió con ‘La pasión de Juana de Arco’?

–Sí. En todo proyecto hay líneas de guía. Y si no existieran, tendrás que crearlas tú. Esa es la razón por la que la música clásica es tan precisa. Aún cuando parece que no hay reglas –como en la llamada música improvisada–, si escuchas con atención, acabas encontrándolas.
–¿Y con las obras de danza para el Mundial de Fútbol de 1998?
–No hubo diferencia entre ese trabajo y los demás, tan sólo más música para escribir. Me gustan los desafíos, así que disfruté particularmente de este, que era muy grande.
–¿Puede adelantarme algo del proyecto ‘Presences’ con Buck y Rieflin?
–No, porque aún es una idea viva y, como tal, va cambiando. Podré hablar más concretamente después del primer concierto.
–¿Cómo se siente al actuar en España?
–Hace mucho tiempo que no toco aquí y es una pena, porque adoro el país. Mis abuelos maternos vivían en Mojaca y yo solía ir de niño. Cumplí catorce años en un pueblito cercano, rodeado de naranjos. Aquel fue el mejor cumpleaños de mi vida. Además, Granada es uno de mis lugares favoritos en el mundo. Me encantaría hacer música en los jardines de la Alhambra.