27.12.10

"Quiero ayudar a europeos que están presos en Perú"

Mario Miranda llegó hace diez años para trabajar en el mar. Hoy estudia Derecho en la UPV y sueña con asesorar a quienes lo necesiten, aquí y en Perú.


Se marchó de su país hace diez años para trabajar en los pesqueros vascos, que por entonces le ofrecían una buena oportunidad laboral. «Los barcos de Fuenterrabia no podían hacerse a la mar porque a los patrones les hacían falta pescadores con experiencia. Muchos peruanos emigramos para cubrir esa demanda, ya que veníamos de familias de pescadores y conocíamos el oficio muy bien». Así resume Mario Miranda el motivo que le trajo a Guipúzcoa.

La campaña era de nueve meses. Pasado ese tiempo, cuando llegara el invierno y los barcos quedaran amarrados en puerto, el colectivo debía volver a Perú hasta el inicio de la siguiente temporada. «La idea estaba muy bien porque todos salíamos ganando. Los barcos reanudaban su actividad, nosotros teníamos trabajo e incluso podíamos volver a casa para disfrutar con nuestras familias».

El único escollo era la parte burocrática. «Cuando vinimos y empezamos a informarnos sobre la Ley de Extranjería, comprendimos que nueve meses no era tiempo suficiente para resolver el papeleo de manera individual. No queríamos irnos sin eso resuelto, así que decidimos fundar una sociedad de arrantzales. Si estábamos organizados y hacíamos las cosas en grupo, podíamos agilizar los trámites».

Aquella sociedad de pescadores, que cumplió su cometido, ya no existe. Como dice Mario, «con los años, cada uno siguió su camino». Muchos cambiaron de actividad y se afiliaron a los sindicatos. Él mismo dejó la pesca por la construcción cuando trajo a su mujer y sus hijos, ya que ganaba mejor en el cemento que en el mar. No obstante, esa primera etapa fue la génesis de otros proyectos que han ido tomando forma a lo largo de 2010.

«Una parte de nosotros siempre se interesó por resolver los problemas de los inmigrantes en Irún, más allá del sector en el que trabajara cada uno. A medida que nos fuimos abriendo camino, comenzamos a idear algo más grande, que abarcara más países y más rubros. Llevamos aquí muchos años, y a todos nos interesa fomentar la integración, tanto con la sociedad local como con las personas de otras nacionalidades», indica Mario, y añade que «la idea de formar un despacho grupal donde ofrecer orientación legal y promover la convivencia» ha sido una constante en sus últimos años.

En busca de las leyes
La asociación indoamericana 'Estrella Radiante', que cuenta con más de un centenar de socios, se fundó en 2009. «Desde entonces organizamos iniciativas para mejorar la calidad de vida aquí, ideamos proyectos de cooperación con nuestros países e intentamos asesorar a las personas que recién llegan», resume Mario, que la preside desde el inicio.

«Al principio, cuando teníamos que resolver cuestiones legales, derivábamos los casos a Heldu, pero cuando ese servicio desapareció, las citas comenzaron a acumularse y el sistema se saturó. Eso nos empujó a buscar herramientas propias para solucionar problemas», prosigue. Y, en este caso puntual, el camino le ha llevado a la universidad.

Aunque tiene más de 45 años, Mario ha ingresado en la Facultad de Derecho de la UPV, en San Sebastián. Lo ha hecho gracias al Plan Bolonia, «que nos permite reengancharnos con esta edad si superamos la prueba de ingreso», y para él es motivo de orgullo. «Yo no pude terminar mis estudios en Perú porque tuve que dedicarme al trabajo, pero sabía que algún día lo haría. Siempre he tenido presente mi proyecto personal, aunque haya tenido que postergarlo. Mi objetivo es terminar la carrera, trabajar aquí y dedicar mi tiempo a la inmigración», dice.

¿Algo más? «Sí, también quiero formar un grupo con abogados en Perú para asistir a las personas de aquí que están presas allí. Hay muchos europeos encarcelados en mi país por asuntos de drogas. Y están solos, librados a su suerte ante un sistema viciado. El obispo de El Callao, que es vasco, es el único que hace labor social con ellos en la medida que puede. A mí me gustaría ayudar en eso, para retribuir de alguna manera todo lo que nos han dado aquí».


23.12.10

La plata, otro refugio ante la crisis

La compraventa particular de este metal se dispara como inversión, como método de ahorro y para obtener liquidez

Se paga cien veces menos que el oro porque es un metal más común. La abundancia y la diversidad de usos (desde la inversión en Bolsa al empleo como materia prima en la industria) inciden en su precio, que varía con mayor facilidad. Sin embargo, la plata es, como el oro, mucho más estable que el dinero, las acciones y los bonos. Es uno de los pocos bienes que mantiene su nivel de demanda cuando sobreviene una recesión. De ahí que, en época de crisis, se considere un "activo refugio". La situación económica actual supone el mejor ejemplo de ello, ya que la incertidumbre de los mercados financieros tras la crisis en Europa y la posibilidad de una nueva devaluación del dólar han empujado a los inversores a proteger su capital con la adquisición de metales preciosos. Además, la compraventa particular de este metal se dispara como inversión, como método de ahorro y para obtener liquidez.

Máximos históricos
El valor de la plata sigue una carrera alcista desde octubre de 2008. En poco más de dos años, su precio se ha triplicado. Ha subido un 60% en 2010 y, a comienzos de diciembre, arañó su máximo histórico: 30 dólares por onza (casi 1 euro por gramo), una cotización que no se había registrado desde los años ochenta y que, en opinión de los expertos, podría aumentar mucho más. Pero el precio no es lo único que se ha disparado, también lo ha hecho la demanda.

Además de los grandes inversores, infinidad de particulares han empezado a mostrar interés por la plata como método de ahorro, de capitalización e inversión. Más asequible y más fácil de vender que otros metales, el denominado "oro de los pobres" brilla en tiempos de inestabilidad económica.

Comprar piezas de plata
Al margen del coleccionismo, los anticuarios y la numismática, la adquisición de piezas de plata se hace con dos fines concretos: para invertir capital y para ahorrar dinero.
  • Inversión. Es un modelo que exige tiempo, paciencia y atención, además de conocimientos bursátiles básicos. La idea es comprar cuando el precio está bajo (o cuando aún no ha alcanzado su máximo), hacer un seguimiento de la cotización (para saber cómo evoluciona) y vender cuando llega a su punto álgido. La diferencia en los precios de compraventa determinará las ganancias finales.
  • Ahorro. Éste es el principal objetivo de los compradores particulares que, por encima de ganar dinero, no quieren perderlo. Cuando aumenta la emisión de papel moneda y el sistema financiero tiende a la volatilidad (como ocurre ahora), el dinero se devalúa. Los metales preciosos actúan como refugio ante esa depreciación porque su valor se mantiene. Comprar plata, en este caso, en un método de mantener el poder adquisitivo.

No todas las piezas son válidas para estos fines. Cuando la meta es ahorrar y saber con claridad qué se tiene, rigen ciertas normas, sobre todo en lo que respecta a las unidades y las medidas. No es recomendable comprar joyería o vajilla de plata, ya que al valor intrínseco del metal se podría sumar el valor artesanal o histórico de las piezas y esto añadiría un factor subjetivo a la tasación. Por ello, para compras de inversión y ahorro, los objetos estándar son dos:

  • Lingotes. Están fabricados con plata 999 (también llamada "pura" o "fina"), llevan sello de calidad y autenticidad, y se comercializan en tres tamaños principales:
    - De una onza (31,1 gramos), cuyo valor de compra ronda 32 euros.
    - De 100 gramos, que se puede comprar por unos 105 euros.
    - De 1.000 gramos (1 kilo), cuyo precio se sitúa en 820 euros.
  • Monedas. La diversidad aquí es mayor, ya que algunas valen más por su singularidad o su historia que por estar elaboradas en plata. No obstante, las puestas a la venta con fines de inversión y ahorro también se fabrican con plata 999 y tienen una medida y un precio estándar: una onza, 32 euros. En general, son conmemorativas y muy apreciadas por los coleccionistas. Entre las más conocidas figuran las monedas que exhiben la Hoja de Arce (de Canadá), la Filarmónica de Viena (de Austria), el Panda (de China) y el Kookaburra (un cohete sonda australiano).

Vender piezas de plata
Se vende para obtener liquidez, ya que la venta tiene la finalidad de convertir los objetos en dinero. En este aspecto hay mayor laxitud que en la compra. Un particular puede vender, entre otros:

- Cubiertos de plata a un anticuario.
- Monedas a un coleccionista.
- Lingotes a un especialista en inversión.
- Alhajas y joyas en una casa de empeño.

En general, las mismas firmas que venden monedas y lingotes también se dedican a comprarlos. Pero lo novedoso es que, de un tiempo a esta parte, las tiendas que antes solo compraban oro suelto (ya fuera en joyas, piezas de relojería o, incluso, piezas dentales) han ampliado su negocio con la compra de objetos de plata. Numerosas tiendas de las principales ciudades españolas exhiben la cotización de este metal y anuncian su interés por adquirirlo en todas sus modalidades: joyas usadas o rotas, piezas desparejadas y sueltas, lingotes y monedas. ¿El precio medio? 0,25 euros por cada gramo. ¿La calidad mínima? Plata 900, aunque algunos locales admiten lotes de menor pureza.

Como en toda transacción comercial y de inversión, hay un desfase entre el precio de compra y el de venta. Si una tienda paga a un particular 0,25 euros por gramo y un particular paga 32 euros por onza (algo más de un euro por gramo), la relación es clara: al vender la plata suelta en cualquier tienda, el particular cobra un 75% menos de lo que vale el material. En principio, este porcentaje sería el margen de beneficio de la tienda, aunque no siempre es así. No todo es ganancia, ya que la mayor parte de las veces, la plata que se emplea en las joyas es de menor calidad que la empleada para fabricar lingotes.

Ventajas de la plata frente al oro
La plata es mucho más barata que el oro. Siempre lo ha sido. En la actualidad, por el precio de una onza de oro, pueden comprarse casi cuarenta onzas de plata, lo que supone unas cuantas ventajas:

  • No hace falta ser millonario para invertir o ahorrar en metal. La plata es más fácil de adquirir y, en paralelo, más fácil de vender cuando se necesita. Siempre será más sencillo encontrar compradores de plata que de oro sin tener que malvender.
  • Aunque hay lingotes de oro muy pequeños (de apenas 2,5 gramos), en general se utilizan los de una onza. Vender una pieza de esta medida (cuyo coste ronda los 1.160 euros) para afrontar un gasto de 500 euros hará que se pierda la inversión de los 660 euros restantes. Las piezas de plata, más económicas, permiten vender una o varias para cubrir ese mismo gasto sin que ello repercuta demasiado en el activo.
  • En cuanto a las monedas, son difíciles de falsificar y, al valer mucho menos que el oro, no es tan atractivo (ni rentable) intentarlo.

Datos de interés
Antes de lanzarse a la compraventa de plata, conviene tener presentes algunas cuestiones:

  • Calidad. Los objetos de plata, en general, llevan un sello que indica su gramaje y que está expresado en números estándar: 800, 900, 925, 999.. La manera de leerlos es muy simple, ya que estas cifras indican cuántos gramos de plata hay por cada 1.000 gramos de peso. Cuando una pieza es de plata 900, significa que hay al menos un 90% de plata en la aleación que la compone. Los lingotes y las monedas se componen de un 99,9% de plata (el mínimo resto son impurezas diminutas).
  • Cantidad y precios. Cuando se compran monedas y lingotes puede dar la sensación de que las piezas más pequeñas son más caras, pero no es así: el valor de la plata se mantiene. En ocasiones ocurre que las pequeñas cantidades implican más gastos en trámites, transporte y seguros. Para lograr que el precio pactado se ajuste lo máximo posible al precio spot (es decir, el que figura en los mercados), es preferible comprar grandes cantidades en una única transacción. De ese modo se reducirán los costes de envío y los cargos del comerciante.
  • Variedad. Si se va a comprar plata como ahorro o inversión, lo idóneo es adquirir diferentes tipos de lingotes. Diversificar la inversión permite tener un mayor margen de maniobra cuando se quiere o se necesita vender una parte del lote. Si en lugar de dos lingotes de un kilo, se tiene uno de un kilo y diez de 100 gramos, en caso de necesidad económica o de tener que hacer frente a un gasto puntual, se podrá vender lo justo para cubrir ese imprevisto sin tener que deshacerse de todo el material. Se malogrará lo invertido hasta entonces.
  • Autenticidad. Un paso fundamental es asegurarse de que la plata es auténtica y el comerciante que la ofrece está autorizado. Como mínimo, es imprescindible investigar la oferta (y sus condiciones) antes de invertir, pero también es necesario prestar atención a ciertas características, como la tirada, el año de emisión, el diseño, las dimensiones, el grado de pureza y el tipo de aleación. Para ello, si no se conoce a alguien de confianza, lo más recomendable es ponerse en contacto con la Asociación Española de Metales Preciosos y despejar todas las dudas legales y técnicas.
  • Conservación. La plata se oxida en contacto con el aire. Basta ver cualquier pulsera o anillo para comprobar que, con el tiempo, se forman manchas negras en la superficie. En general, tanto las alhajas como los adornos o los cubiertos se limpian en el hogar con productos químicos. No obstante, esta práctica es poco recomendable, en especial cuando son monedas de plata con valor numismático. ¿La razón? Además de perder una parte del metal, se puede dañar la pieza y, en consecuencia, devaluarse. Los especialistas recomiendan usar agua destilada y un cepillo suave o, mejor aún, dejarlas tal como están. Aunque luzcan menos bonitas, conservarán su valor y su peso.

20.12.10

"Aquí tengo de todo, pero me preocupa mi país"

Vive en Euskadi desde hace 15 años y se siente muy a gusto en Hernani, pero no ha dejado de viajar a su país para colaborar en proyectos sociales.


José Da Silva es brasileño, tiene «más de cincuenta años y menos de cien» y llegó a Euskadi hace quince, después de haber convivido con una chica vasca en Salvador de Bahía, su ciudad natal. Su primer destino en el País Vasco fue Vitoria, aunque actualmente vive en Hernani y da clases de capoeira y samba en un local de San Sebastián.

«En mi país tenía un grupo de reggae que se llamaba Bienaventurados. Tocaba la percusión, era compositor y cantante, y hacía trabajo social con los niños del barrio que estaban en la calle», relata. «La chica que vivía conmigo lo dejó todo por ir allí, y un tiempo después yo hice lo mismo por ella. Esa es la razón por la que vine».

José aterrizó en una época en la que «no había tantos inmigrantes como ahora» y no tenía muy claro qué se iba a encontrar. «Pensaba que iba a ser todo muy distinto, pero cuando vine y me asenté comprendí que la diferencia no era tanta. Aquí también hay crisis y gente pobre. El tema es que Brasil es un país muy grande y hemos vivido mucho tiempo bajo la tiranía de la derecha», expone.

En su opinión, el presidente Lula ha ayudado a mejorar las cosas, «pero los ciudadanos también deben implicarse porque aún queda mucho por hacer». Y, cuando habla de ciudadanos, se incluye él mismo aunque viva lejos. «Tú no puedes marcharte de un sitio y decir 'ahora que como tres veces al día, me olvido de mi tierra y de mi gente'. Las cosas no funcionan así. A pesar de que aquí lo tengo todo, no he dejado de preocuparme por la situación en mi país. Viajo una o dos veces al año y sigo haciendo labor social para disminuir las tasas de pobreza, corrupción y criminalidad», cuenta.

De este lado del Atlántico, José compagina su trabajo como profesor con diversas actuaciones de batucada que realiza por toda Euskadi. Su agenda es intensa, pero le deja margen suficiente para hacer vida universitaria. «Nunca es tarde para empezar una carrera», afirma convencido, ya que por las mañanas estudia Derecho. «Mi idea es terminar los estudios y repartir el tiempo entre ambos sitios. Brasil firmó un tratado de extradición con España. Quiero conocer el funcionamiento de los aeropuertos y saber cuál es el criterio para dejar entrar o no a la gente», adelanta.

'Niños invisibles'
Para José, la inmigración no es un problema «sino una solución», aunque muchos discursos políticos, se queja, se empecinen «en presentarla como algo malo. Por supuesto -matiza-, hay de todo en todo el mundo y no se puede generalizar. Hay quienes vienen a vivir del cuento o a delinquir, y también hay muchos europeos que cometen delitos aquí y huyen a Brasil», señala.

«En cualquier caso -prosigue-, los principales males de cualquier país poco tienen que ver con los desplazamientos de la gente. En el mío hay demasiados niños que todavía no tienen acceso a la escuela y muchos barrios marginales, como Pelourinho, donde hay favelas y la gente no se entera. Recuerdo que hace unos años, cuando intentábamos impulsar proyectos sociales allí, el Gobierno sostenía que los niños de ese lugar no existían, que no había infancia en la calle. Tuvimos que crear un grupo llamado 'los niños invisibles', para que los vieran».

Más allá de las tareas pendientes y los aspectos mejorables, este bahiano intenta difundir en Euskadi las bondades de su ciudad. «Me gusta mucho el País Vasco, me interesa el intercambio cultural y puedo asegurarte que lo que hago es auténtico porque vengo de una zona de Bahía donde la cultura todavía es pura. Sólo toco los ritmos de mi calle y de mi barrio», enfatiza. Y añade: «Hay gente que se inventa las cosas y las vende como buenas. También hay quienes pervierten el espíritu de la capoeira haciendo volteretas y tomando anabolizantes. En esto, como en todo, nunca faltan los monos de circo», sentencia.

13.12.10

"Tejer una red social resulta fundamental para integrarse"

La asociación Mujeres del Mundo cumple una década de trabajo y lo conmemoran con la publicación de un libro que repasa su trayectoria en Bilbao.




Empezaron a reunirse cuando el Guggenheim estaba rodeado de escombros, comenzaban a acometerse las obras del tranvía y el metro sólo tenía una línea. No han pasado tantos años desde entonces, aunque sí han cambiado muchas cosas. En el Bilbao de 1999, sin aeropuerto de Calatrava ni Alhóndiga de Starck, vivían apenas 3.000 extranjeros; nueve veces menos de los que residen en la actualidad. Una década más tarde, la ciudad y su gente han cambiado.

«Desde luego que todo ha cambiado», confirma la psicóloga peruana Nancy Juape, que reside en la villa desde hace 12 años y es miembro de Mujeres del Mundo desde mediados de 2003. «Al principio éramos apenas un puñado de socias y casi todas procedíamos de Latinoamérica y el País Vasco, pero, con el paso del tiempo y los nuevos flujos migratorios, se han ido incorporando a nuestro grupo más mujeres del Magreb y el África subsahariana. Al igual que sucede en la ciudad, la diversidad en el seno de la asociación es hoy enorme».

Varios años, muchos cambios e infinidad de procedencias y experiencias han dado lugar a un libro. Bajo el título de 'Nuestra travesía', las integrantes de Mujeres del Mundo repasan su trayectoria, comparten sus reflexiones y plantean cuáles serán sus principales metas para el futuro. «Lo mejor es que este libro es un trabajo coral -apunta Nancy-. Por ejemplo, hubo quienes se dedicaron exclusivamente a la parte histórica, a contextualizar lo que pasaba en Bilbao hace diez años y a recopilar información y datos interesantes de aquel tiempo», detalla.

Otra cuestión llamativa es el tono. En un clarísimo guiño al carácter marinero de la villa, toda la obra está escrita en 'clave de mar'. Anclas que se levan, bitácoras y singladuras componen la travesía de esta nave y sus tripulantes: decenas de mujeres de todas partes del mundo que han apostado por la unidad. «Cabe destacar que la asociación no es una entidad estática -subraya Nancy-. A lo largo de estos años, se han marchado algunas personas y han llegado caras nuevas. Eso sí, la cantidad y la constancia no han cambiado: nos reunimos todos los lunes y, en general, siempre somos más de treinta».

Solas y vulnerables
«El libro que hemos editado es una especie de memoria colectiva y, en lo personal, me parece muy interesante que exista», dice Nancy. Explica que «no sólo se trata de rescatar las actividades que se han hecho o de registrar las cosas más significativas, sino de mostrar lo mucho que se puede progresar como persona cuando se forma parte de un colectivo». En su opinión, «contar con una red social es indispensable para integrarse y crecer».

«Muchas de las mujeres que han integrado o integran la asociación son extranjeras -relata- y una parte significativa de ellas han venido solas para buscarse la vida y ayudar a sus familias. Llegar a un sitio nuevo y estar sola es algo muy duro desde cualquier punto de vista, especialmente en el plano emocional. Sufres el aislamiento, pierdes tus referencias inmediatas y la pérdida de tu red social, que es la que te ayuda y contiene. Cuando eso ocurre, te debilitas y te vuelves más vulnerable a todo», expone Nancy, que, como psicóloga e inmigrante, conoce muy bien ese shock.

«Trabajo en intervención psicosocial con extranjeros y lo he visto muchas veces -prosigue-. Por eso digo que lo bueno de esta asociación es que nos permite ayudarnos unas a otras, valernos por nosotras mismas. Es vital llegar a un sitio y sentirte bien recibido o que te pregunten qué sabes hacer para colaborar con los demás. Las mujeres vascas y las no vascas hemos tejido un lazo de solidaridad e intercambio muy fuerte con el que todas salimos muy favorecidas», concluye.


11.12.10

Créditos y préstamos, en qué se diferencian

Los intereses y las comisiones que aplican, las cuantías que se conceden y la flexibilidad hacia el cliente son los principales distintivos

Son productos financieros, se utilizan de manera cotidiana y, desde el punto de vista formal, su dinámica es muy parecida. Los dos adelantan dinero para pagar servicios o adquirir bienes, ambos dan al beneficiario un margen de tiempo para devolver el capital y, a cambio de esa prestación, le exigen que abone intereses. Las similitudes son tan claras que dan lugar a confusiones. Prueba de ello es que, en general, se cree que son palabras equivalentes cuando, en realidad, no lo son. Aunque los términos "crédito" y "préstamo" se empleen como si fueran sinónimos, lo cierto es que uno y otro hacen referencia a contratos y modelos muy distintos. Los intereses y las comisiones que aplican, las cuantías que se conceden y la flexibilidad hacia el cliente son los principales puntos de divergencia.



Parecidos, pero muy distintos
Las principales diferencias entre un préstamo y un crédito se pueden desglosar de la siguiente manera:

Método.
  • Cuando se solicita un préstamo, se pide una cantidad de dinero determinada y pactada de antemano. El monto se recibe de una sola vez, al principio del contrato, y se devuelve mediante pagos periódicos que también se acuerdan al comienzo. Si se solicitan 6.000 euros, se obtienen 6.000 euros y, con ellos, la obligación de amortizarlos en un plazo determinado (12 meses, 36 meses, etc.).
  • Al pedir un crédito, se solicita la posibilidad de disponer de efectivo por adelantado y se acuerda para ello un límite de capital, pero eso no implica la obligación de hacer uso de él, ni de forma total ni parcial. A diferencia del préstamo, la concesión de una línea de crédito no supone que el beneficiario deba utilizarla. Si se pide un crédito de 2.000 euros, no se obtienen 2.000 euros, sino un margen de gasto que llega hasta ese importe.

Flexibilidad.

  • En la práctica, el crédito es más flexible que el préstamo. Cuando la línea de crédito va asociada a una cuenta corriente (en general, así es), el cliente tiene a su disposición una cantidad "X" de dinero y, mientras respete el tope máximo y los plazos de pago acordados, puede hacer todas las disposiciones y reintegros que desee.
  • El préstamo, en cambio, es más rígido porque el cliente recibe el dinero que pide y se obliga, mediante contrato, a devolverlo en los plazos e importes pactados en el plan de amortización. Introducir cambios en ese plan implica trámites, gestiones y costes adicionales.

Renovaciones.

En consonancia con lo anterior, los créditos permiten renovar y ampliar los topes y los plazos iniciales, mientras que los préstamos no admiten renovaciones o cambios de ningún tipo. Modificarlos significa celebrar un nuevo contrato, con todos los intereses y las comisiones que ello conlleva.

Intereses y comisiones.

  • Más allá de que se acuerden tipos fijos o variables, quien solicita un préstamo debe pagar los intereses generados por la cantidad total del dinero que pidió.
  • En el crédito solo se pagan los intereses del monto que se ha utilizado, no del total concedido.
  • Los intereses de un crédito son más altos que los de un préstamo. Esto obedece, por un lado, a que la comodidad de la flexibilidad se paga y, por otro, a que la duración de ambos productos no es la misma.
  • En contrapartida, los préstamos conllevan más comisiones que los créditos. Las más usuales son: por estudio de solvencia, apertura, modificación de condiciones, amortización parcial anticipada o cancelación anticipada (en estos dos últimos casos, el máximo establecido por ley es de un 3% para las operaciones a interés fijo y de un 1,5% para las que son a interés variable).

Duración del compromiso.

  • En general, la opción del préstamo se utiliza para proyectos de mayor envergadura. Por tanto, su periodo de amortización se fija a medio o largo plazo, con el pago de cuotas regulares (ya sean mensuales, trimestrales o semestrales).
  • El crédito tiene un plazo de amortización mucho más corto. Entre otras cosas, porque los importes que se deben devolver son, por lo general, más bajos que los de un préstamo.
    Importe y destino.
  • Los préstamos, salvo excepciones, implican cantidades de dinero superiores a las de los créditos, de ahí que los más habituales sean los hipotecarios y los personales para el consumo. En general, se solicitan para comprar o pagar cosas cuyo valor es elevado, como una vivienda, un coche o un viaje.
  • Los créditos están diseñados para desembolsos de menor envergadura, en general, compras en comercios, gastos de ocio o desembolsos puntuales que se realizan mediante tarjeta. Una vez realizada la operación, el cliente puede elegir si desea pagar el importe de una sola vez al mes siguiente, o si desea aplazarlo y dividirlo en varias cuotas.

Privacidad.

  • La privacidad de los gastos es mucho mayor en los créditos. Al solicitar una línea de financiación, la persona no está obligada a explicar para qué la quiere. Lo que pide es la posibilidad de disponer de cierto capital en caso de necesitarlo en el futuro.
  • La lógica de un préstamo es distinta. Quien lo solicita ya sabe para qué lo quiere y cuánto cuesta lo que va a comprar, ya que eso determina la cuantía del importe que pide. Por otra parte, si la suma es elevada, el prestamista tomará recaudos y exigirá saber cuál es el destino de ese capital.

Prestadores.
En España, las entidades bancarias y financieras son quienes conceden la mayor parte de los préstamos y los créditos personales. No obstante, hay una distinción: mientras los créditos están siempre ligados a personas jurídicas, los préstamos pueden solicitarse a personas físicas.

6.12.10

"Parecía imposible que fuera a resurgir, pero aquí estoy"

La odontóloga y empresaria Ana Granowsky vive en Vizcaya desde 1981 y pertenece al reducido porcentaje de población que logra superar la rotura de un aneurisma cerebral.


Para sus amigos y conocidos, su historia es una muestra de lucha y tesón; un ejemplo de que sí es posible reinventarse a uno mismo a pesar de las adversidades más duras. Para la estadística y la medicina, su vida es una excepción, una especie de 'milagro moderno'. Argentina de nacimiento, odontóloga de profesión y residente en Euskadi desde hace 29 años, Ana Granowski es una de las pocas personas en el mundo que han sobrevivido a la rotura de un aneurisma cerebral, que han recobrado sus facultades cognitivas y motoras y que, tras una larga convalecencia, han podido recuperar su vida. Y contarlo.

«Incluso a mí me cuesta creerlo -dice-. Me resulta difícil pensar que alguna vez estuve tan deteriorada... He pasado de ser como un vegetal, sin ánimos ni esperanzas, a sentirme como una persona: independiente, autosuficiente y perfectamente capacitada para mantener esta conversación contigo». Una charla que se desarrolla en su restaurante de Leioa, el segundo que ha abierto junto a su marido y su hijo.

«Empezamos con 'Caminito' en Santurtzi, coincidiendo con el comienzo de mi recuperación. Y este año, a pesar de la crisis, decidimos montar otro aquí. Habrá quien piense que lo más sensato es apretarse el cinturón, pero, en lugar de replegarnos, optamos por expandirnos. El que no arriesga, no gana», sostiene Ana mientras recorre todo el recinto. «El tamaño de este lugar nos permite ampliar también nuestros objetivos -prosigue-. Además de servir comida, queremos promover otras iniciativas, como espectáculos para niños y adultos en castellano y euskera, ferias del libro bilingües o conciertos de música vasca, argentina y de otros países... Queremos que 'Caminito' sea una apuesta cultural».

La claridad de sus proyectos es tal que, al escucharla hablar, da la impresión de que sus metas vienen de lejos, como si hubiera soñado con ellas durante toda la vida. Pero lo cierto es que no. Su vinculación al mundo empresarial, cultural y gastronómico es reciente: lleva en él menos de un lustro. Antes de sufrir el accidente cerebrovascular, su vida era otra y su trabajo, también. «Era dentista», detalla, y añade que fue la primera odontóloga extranjera que se colegió en Vizcaya.

Realización personal
«Tardé mucho en completar los trámites, pero lo conseguí, y en 1984 empecé a trabajar en lo mío. La gente me recibió muy bien, tanto que a los quince días de abrir la consulta tuve que contratar a una enfermera porque no podía atender yo sola a todos los pacientes que tenía -relata Ana-. La verdad, fueron más de veinte años de trabajo que me hicieron sentir orgullosa como profesional, como persona y como mujer. Aquí en Euskadi pude realizarme y hacer lo que no hubiera podido lograr en Argentina», reconoce Ana, aunque sigue viajando allí con frecuencia para visitar a su madre.

El aneurisma cerebral truncó sus planes y fue un punto de inflexión para ella y su familia. «Ocurrió hace siete años y sobreponerme me llevó más de tres. La atención en Cruces fue muy buena, pero debo decir que yo no habría podido lograrlo sin la presencia de mi marido. Los médicos no le daban esperanzas de que yo pudiera reponerme como ser humano y le explicaban cómo adaptar la casa para una silla de ruedas en lugar de enseñarle qué alternativas de fisioterapia había».

«Lo cierto es que él movió cielo y tierra para ayudarme. Me llevó a hacer equitación para minusválidos en Mungia, contrató los servicios de logopedas, neurólogos, psicólogos y fisioterapeutas, me acompañó en cada etapa y estuvo conmigo cuando aprendí nuevamente a leer y escribir. Si algo puedo decirle a otras personas es que no se den por vencidas. De mí decían que, como mucho, podría contar los céntimos para comprar el pan. Parecía imposible que pudiera resurgir, pero aquí estoy».

2.12.10

Detención en el extranjero, ¿cómo actuar?

Los consulados y embajadas desempeñan un papel fundamental, pero es indispensable la precaución personal antes y durante la travesía.

Los viajes al exterior son frecuentes. Ya sea por turismo, estudios, negocios o actividades relacionadas con ONG, más de diez millones de españoles se desplazan cada año al extranjero. En la mayor parte de los casos, no hay incidencias. Cuando se dan, están relacionadas con imprevistos climáticos o fallos logísticos, como cancelaciones y retrasos en los vuelos, cambios de última hora en los hoteles de destino o desastres naturales que alteran el itinerario al completo. Sin embargo, el hecho de que estas adversidades sean las más habituales no significa que sean las únicas: también hay contratiempos legales. La proporción es menor, pero pueden tener consecuencias muy graves. Por ello, aunque, los consulados y embajadas desempeñan un papel fundamental en la asistencia al viajero detenido, la precaución personal antes y durante la travesía es indispensable.

Vulnerabilidad legal
Al planificar un viaje, no se contempla la posibilidad de terminar las vacaciones arrestado. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) aconseja extremar las precauciones en este aspecto, informarse sobre cuestiones legales antes de viajar y tomar medidas preventivas para saber cómo actuar ante un problema de este tipo. La recomendación del ministerio se apoya en tres cuestiones muy claras:

1. Las leyes cambian según los países.
2. Las penas para un mismo delito también cambian.
3. El desconocimiento de la ley no exime de culpa al infringirla.
Determinadas acciones que en España no son delitos, sí pueden serlo en otros sitios del globo. Del mismo modo, actuaciones que se consideran faltas leves y se resuelven con el pago de una multa, en el extranjero pueden dar lugar a varios años de arresto. Esto significa que, al viajar a otro país, la vulnerabilidad legal aumenta. Cualquiera puede verse envuelto en un problema con la Justicia por no saber que infringe la ley, un argumento que no sirve como excusa en ningún tribunal del mundo. Como se señala desde el propio ministerio, es una obligación ineludible para toda persona que viaja al extranjero respetar las leyes de otros países que, en muchos casos, difieren de forma sustancial de las españolas.

Antes de viajar
El saber no ocupa lugar y puede evitar disgustos. Antes de emprender un viaje es imprescindible informarse sobre el país de destino, dejar constancia del itinerario previsto y tener claro dónde acudir en caso de emergencia. Los pasos previos son:
  • Recabar datos de interés legal, económico, político y sanitario sobre el lugar de destino. Para ello, el MAEC cuenta con una página web donde se puede seleccionar el país y acceder a ese tipo de información. El servicio es muy útil, con datos actualizados, previene al viajero sobre posibles inconvenientes y, en el caso de ciertos estados (como Yemen), incluso aconseja no ir.
  • Anotar los números de teléfono y los datos de contacto de las embajadas y los consulados españoles en el país al que se viaja. El 90% cuenta con servicios consulares de emergencia, es decir, un número de móvil disponible las 24 horas para atender casos extremos, como la pérdida de la documentación o un arresto. El MAEC tiene un listado completo con todas las direcciones y teléfonos, entre ellos, los de urgencia.
  • Inscribirse en el Registro de Viajeros, un nuevo servicio para facilitar la localización y la asistencia en el extranjero, así como la comunicación con los familiares del viajero que están en España. El servicio está pensado para situaciones límite (desastres naturales, atentados terroristas, conflictos armados o arrestos, entre otros) y se dirige a quienes se desplacen de manera temporal. La duración máxima de los viajes registrados no puede exceder 182 días (seis meses). El trámite se puede cumplimentar por fax, correo electrónico o en línea, en una página diseñada para que los futuros viajeros aporten sus datos.

Durante el viaje
Conocer de antemano ciertas leyes o saber que se puede acudir al consulado disminuye las probabilidades de un contratiempo, pero no las elimina. Siempre es posible ser retenido, más allá de que la detención sea justa o injusta. Si ése es el caso, ¿qué se puede hacer?

  • Ante un arresto, primero hay que solicitar a las autoridades locales que comuniquen este hecho al consulado español o, en su defecto, que le permitan hacerlo por vía telefónica. Una de las competencias de los consulados es que pueden prestar asistencia a los detenidos y estos tienen derecho a recibirla.
  • Si no fuera posible contactar con la oficina consular del país, o con el teléfono de emergencia, lo siguiente es avisar a un conocido. Cualquier familiar o amigo que esté en España podrá dar cuenta de la situación por teléfono en el MAEC (91 379 16 12 - 18 33 - 16 13).
  • Los problemas prácticos y la angustia de una detención pueden ser enormes en países con servicios telefónicos y postales deficientes, con una cultura y un modo de vida distintos y con un idioma diferente. Mantener la calma pese a todo es un consejo fundamental, tanto para quien está detenido como para sus familiares en España.
  • La persona detenida deberá recordar que los consulados enfatizan su ayuda y presencia en los países con peores condiciones. Los familiares, antes de iniciar gestiones por su cuenta (como enviar dinero, medicinas o, incluso, ir al país en cuestión), deberán ponerse en contacto con la Dirección General de Asuntos Consulares y Protección de los Españoles en el Extranjero para saber cómo actuar.

Qué puede o no hacer un consulado
Los consulados desempeñan un papel fundamental en los casos de detención. Tienen varias competencias y pueden ser de gran ayuda, pero carecen de fórmulas mágicas para eximir a un ciudadano español de sus faltas en el extranjero. Conviene recordar:

  • Las personas que viajan al exterior están sometidas a la ley del país donde se encuentran. Si un español viola esas normas jurídicas, se verá sujeto al procedimiento judicial que determine ese país. El consulado no tiene potestad para evitar un juicio ni una sentencia condenatoria.
  • En caso de necesitar asistencia legal, las oficinas consulares pueden proporcionar una lista de abogados especializados según los casos, aunque no pueden recomendar a uno en particular, ya que esa decisión le corresponde al detenido o a sus familiares. Las representaciones españolas tampoco pueden oficiar como letrados.
  • Los consulados están habilitados para realizar unas cuantas gestiones cruciales. Entre ellas, pueden: visitar al detenido de manera periódica, entregarle y recibir mensajes y correspondencia, solicitar información del caso a las autoridades locales y asistirle si desea solicitar su traslado a España (si es que la persona está detenida en un país que haya firmado el Convenio de Estrasburgo). También pueden organizar la compra de alimentos, medicinas, prendas de vestir y otras necesidades básicas que no estén cubiertas por las deficientes condiciones del sistema penitenciario local e, incluso, cubrirlas con una ayuda económica de hasta 120 euros al mes. Pueden adelantar, en circunstancias excepcionales, la cantidad de dinero necesaria para la repatriación (que el ciudadano deberá reintegrar al Tesoro Público).
  • En los países con los cuales se haya firmado un Convenio de Traslado de Personas Condenadas o que sean parte del Convenio de Estrasburgo, los consulados se encargarán de que el traslado sea lo más rápido posible. Eso sí: la repatriación sólo es posible si concurren las tres voluntades (del preso, del Estado de condena y del Estado de cumplimiento).
  • Los consulados tienen unas cuantas limitaciones al actuar, marcadas tanto por las leyes de cada país como por la legislación española. Entre ellas, no pueden: pagar con cargo a fondos públicos las multas o las indemnizaciones impuestas a un ciudadano español, proporcionar dictámenes jurídicos o interpretaciones de las leyes locales, ni asistir a los juicios (a menos que se demuestre que la presencia es indispensable para asegurar la protección y la defensa del ciudadano). Tampoco pueden gestionar el alojamiento de los familiares o amigos de los detenidos que viajen a visitarlos, ni iniciar ninguna gestión que vaya en contra de la independencia del Poder Judicial.
  • Si el viajero detenido tiene doble nacionalidad (si es ciudadano español y del país donde se le ha arrestado), el consulado no puede ejercer ningún tipo de protección especial. Mientras la persona esté detenida, no se le reconocerá su nacionalidad española. La única excepción a esta regla se refiere a una violación de los Derechos Humanos.

Estupefacientes, tema prioritario
La tenencia de sustancias estupefacientes (y en ocasiones de alcohol), aunque sea para consumo personal, está penada con severidad en muchos países, donde el delito se castiga con condenas que van desde varios años de cárcel hasta la cadena perpetua o la pena de muerte.

En países como China, Cuba, Emiratos Árabes, Filipinas o Singapur, entre otros, no se distingue entre tráfico y consumo de drogas, por lo que estos delitos pueden llegar a castigarse con la pena capital. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) ofrece un listado detallado de países donde es imprescindible extremar las precauciones y hace especial hincapié en este tema, ya que ocho de cada diez españoles detenidos en el extranjero cumplen condena por consumo o tráfico de drogas a pequeña escala.

29.11.10

"Relatar los partidos del Athletic es un honor para mí"

Amante de la cultura vasca, el comentarista deportivo colombiano John Jairo Olarte se deja la piel y la garganta en la retransmisión de cada encuentro. «Vivo cada pase y cada jugada», dice.





Los fines de semana son intensos para él; sobre todo, cuando hay Liga. Además de gestionar una conocida sala de fiestas bilbaína -donde trabaja como encargado-, este colombiano de 35 años se deja la piel y la garganta junto al césped. Lo suyo es el deporte, el fútbol en particular, y solo hay una cosa en el mundo que le gusta más que ver un partido: contarlo.

Residente en Bilbao desde hace algo más de diez años, John Jairo Olarte fue el primer inmigrante latino acreditado para transmitir los partidos del Athletic y de la Liga española, «dos cosas que siempre había querido hacer», pero que, al principio, veía solo como un sueño difícil de hacer realidad. «Desde pequeño me encanta el fútbol -afirma-. Cuando era niño, escuchaba a los cronistas de radio y me ponía a repetir lo que decían. Siempre quise dedicarme a esto; lo que nunca imaginé es que conseguiría hacerlo y en otra parte del mundo», argumenta.

Claro que no todo fue coser y cantar goles. Para llegar a eso, tuvo que recorrer un largo camino y el primer paso fue muy duro: dejar atrás su vida en Colombia. «Mi madre y mi hermana llevaban un par de años aquí y me insistían para que viniera a labrarme un futuro mejor. Entonces, yo tenía un buen trabajo en mi país. Me dedicaba al comercio y tenía un taxi. Por eso, la idea de marcharme no me gustaba mucho. No veía muy claro eso de empezar de cero, sin casa propia, lejos de mi ciudad y mis amigos», relata.

Pero la familia pudo más y, después de mucho pensar, John se lanzó a la aventura junto a su esposa y su primer hijo (el segundo nació aquí hace un lustro). «Emigrar es realmente duro al principio. Te faltan los amigos, las costumbres, lo que hacías a diario... El entorno es diferente y lleva tiempo adaptarse», explica, aunque también reconoce que él fue «un afortunado».
«Un día fui a un locutorio en Deusto y había dos personas llenando currículos. En la cafetería de enfrente, la Casa Vasca, estaban buscando camareros. Fui allí, entré y completé mi solicitud. Poco después me recibió el dueño que, al ver el folio, me dijo: '¡Pero si solo has puesto tu nombre y que eres de Colombia! Aquí no aparece ni tu DNI'. Yo le expliqué que llevaba solo veinte días en Bilbao y le pedí una oportunidad para aprender y trabajar. Él me puso a hacer un curso con los 'maîtres', aprendí el oficio e hicimos los papeles. Él creyó en mí y, en ese momento, empezó mi amor por la gente de Bilbao y por su cultura».

Público internacional
La gratitud de John Jairo hacia los vascos y el gusto por sus costumbres se potencia con el deporte. «Siempre he admirado que tengan tanto sentido de pertenencia en la comida, en el idioma, en las tradiciones y, cómo no, en el fútbol. El Athletic es uno de los pocos equipos que sigue remando contracorriente y sigue resaltando igual frente a los grandes clubes que contratan jugadores de otros sitios y grandes estrellas», opina.

Desde que empezó a hacer sus pinitos en la radio, John fantaseaba con transmitir los partidos de la rojiblanca. Hasta que, en un momento, juntó valor y se presentó ante el club. «Costó mucho conseguir las acreditaciones -recuerda-. Empezamos transmitiendo los partidos amistosos, luego la pretemporada, y ahora, después de varios años, ya tenemos una cabina propia».

Desde allí transmite los encuentros «al estilo sudamericano; con más emoción a la hora de gritar un gol, viviendo cada pase y cada jugada para que quien no los vea, los sienta», describe John que, entre sus oyentes, cuenta con muchos forofos latinoamericanos residentes en la capital vizcaína y un gran número de bilbaínos afincados en Colombia. «Me llena de orgullo que la gente nos escuche allí y aquí, en sus casas y en los bares. Siento al Athletic como mi equipo y relatar sus partidos representa un honor para mí».


22.11.10

"Busco un lugar para celebrar nuestra cultura en paz"

Residente en Vizcaya desde hace 14 años, el comerciante marroquí Brahim Essadi reivindica el derecho a tener una mezquita en la Margen Derecha


El miércoles pasado, la comunidad islámica afincada en Euskadi celebró la Fiesta del Cordero o 'Aid Kbir', un acontecimiento «tan especial como Ramadán» que tiene lugar todos los años. Mientras millones de peregrinos acudían a La Meca, cientos de musulmanes residentes en el País Vasco se daban cita para conmemorar el momento en que Abraham, según el Corán, estuvo a punto de sacrificar a su hijo Ismael hasta que Dios le ordenó que ofrendara un cordero en su lugar.

Entre las personas que asistieron a la ceremonia se encontraba Brahim Essadi, un miembro muy activo y respetado en la comunidad islámica de Euskadi. Residente en Vizcaya desde hace 14 años, propietario de un locutorio en Leioa, padre de tres niños pequeños e integrante de la familia árabe más numerosa del País Vasco -que suma «unas ochenta personas, entre primos, sobrinos y demás»- este marroquí de trato afable y cordial oficia de puente y de nexo entre dos culturas distintas. Lo suyo es buscar la integración social, la convivencia pacífica y el respeto de la diversidad religiosa.

«Nos gustaría fundar una mezquita en la Margen Derecha. Y llevamos mucho tiempo intentándolo, pero hasta ahora solo hemos encontrado obstáculos y reticencias», expone Brahim, que se encuentra «muy sorprendido» por las barreras administrativas y sociales con las que se ha topado en el camino.

«Nuestra asociación había encontrado una lonja en Getxo, pero los vecinos no querían saber nada con nosotros. Decían que íbamos a molestar y se opusieron tajantemente. Luego encontramos otra, más apartada, e invertimos unos 6.000 euros en acondicionarla. Pues bien, las autoridades municipales no tardaron en precintarla argumentando que no teníamos licencia. Al final, hemos perdido lo que hemos invertido y lo que no tenemos es un centro de oración», relata este comerciante de 49 años antes de subrayar su «indignación» con las administraciones que «dan licencias para montar discotecas, pero no para fomentar la religión y la cultura».

Para Brahim, «es una pena que haya tanto desconocimiento sobre los demás. Es verdad que siempre hay gente deshonesta, pero eso no tiene nada que ver con las creencias religiosas o con la procedencia -opina-. Nuestra fe, por ejemplo, está muy mal considerada debido a lo que se ve en los medios de comunicación, pero el Islam no tiene nada que ver con el terrorismo ni con tonterías. Nosotros solo queremos un lugar para reunirnos y celebrar nuestra cultura en paz», enfatiza.

Aprovechar la suerte
Antes de abrir el locutorio, comprar un piso en Sondika y formar una familia, Brahim y su mujer, Mahjouba, trabajaron durante diez años al cuidado de una señora mayor. «Vivíamos con ella, la atendíamos, la llevábamos a todas partes y cuidábamos la casa», cuenta a modo de resumen, con orgullo. «Si hoy tenemos una casa y un negocio propios es porque durante todos esos años trabajamos mucho los dos y ahorramos cuanto pudimos, no porque recibamos subvenciones», explica.

«La gente tiende a pensar que los extranjeros tenemos ayudas de todo tipo, y no es cierto. Al revés; muchos de nosotros las damos al colaborar con entidades benéficas. Es verdad que mi esposa y yo tuvimos mucha suerte al encontrar un buen trabajo, pero también supimos aprovecharla. Somos tan trabajadores y tan ciudadanos como cualquier persona de aquí, por eso me duele tanto que se vulneren nuestros derechos», indica Brahim. Y pone un ejemplo práctico: «El cementerio de Derio es el único de Vizcaya adaptado para funerales musulmanes, pero solo pueden ser enterrados allí quienes residen en Bilbao. Los demás, aunque estemos al lado, tenemos que ir a Zaragoza o a Marruecos, con todos los gastos que eso conlleva. ¿Por qué?».

17.11.10

Coarrendatarios: si uno se va, ¿quién paga su parte?

El inquilino que se marcha está obligado a pagar su parte hasta que venza el contrato, siempre que no se llegue a otro acuerdo.

Los alquileres comerciales e industriales no son los únicos en los que puede intervenir más de un inquilino. Este escenario también se repite en la vivienda. En los últimos años, la costumbre de alquilar un piso entre dos o más compañeros de estudios se ha extendido a otros grupos sociales y ha convertido el papel de coarrendatario en una figura común. Tanto es así, que arrendar un inmueble entre varias personas es una práctica cada vez más habitual en España, sobre todo, en viviendas urbanas y entre inquilinos jóvenes, ya sean estudiantes, trabajadores asalariados o profesionales autónomos.

Gran parte de estos alquileres compartidos no están reflejados en los contratos, donde figura un solo inquilino que luego subarrienda las habitaciones o llega a acuerdos privados que no quedan registrados. La informalidad de algunos acuerdos, sumada a la falta de especificidad legal en este escenario, abona el terreno para sembrar toda clase de dudas al afrontar imprevistos, como determinar quién debe pagar la parte de un coarrendatario cuando éste se marcha antes de que venza el contrato. En este caso, en principio, quien se va debe pagar su parte hasta que venza el contrato, aunque depende del tipo de acuerdo firmado.

"Fabricar" una ley particular
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) estipula que todos los alquileres, ya sean de viviendas o de locales comerciales, se rigen en primer lugar por la voluntad de las partes: los propietarios y los inquilinos. Establece que los arrendamientos deben regularse por esta normativa y, "supletoriamente, por las disposiciones del Código Civil". Esto significa que:
  • En materia de contratos, rige el principio de autonomía de la voluntad.
  • Todos los aspectos no pactados entre las partes quedarán regulados por la LAU.
  • Todo cuanto no esté contemplado en la ley, se regulará por el Código Civil.

Las personas tienen libertad para pactar, siempre que ese acuerdo no sea contrario a la ley. Puesto que en el caso de los coarrendatarios no hay directrices claras en la LAU (excepto alguna mención a los cónyuges), lo habitual -y recomendable- es interpretar y aplicar las normas generales a los casos concretos. Es como fabricar una ley particular entre partes, según lo establecido en el Código Civil en materia de obligaciones contractuales. De este modo, el contrato que se firma, su contenido, sus disposiciones y sus cláusulas son fundamentales para determinar quién o quiénes deben asumir la responsabilidad de pagar el alquiler.

Contratos y consecuencias
Por defecto, los contratos que se firman son vinculantes hasta que cesa su periodo de validez. El mercado del alquiler no es la excepción. A menos que se llegue a un acuerdo con el propietario del inmueble para que rescinda las responsabilidades antes de tiempo, los arrendatarios tendrán que pagar por el inmueble que han alquilado aunque ya no vivan en él. Si son varios inquilinos, da igual que unos se queden y otros se marchen: quienes se van deben pagar su parte, a menos que se haya incluido en el contrato una cláusula de desvinculación anticipada sin consecuencias, que se haya firmado un contrato solidario o que lleguen a un acuerdo con el propietario y con los otros arrendadores.

El tipo de contrato determina las obligaciones, las excepciones y las consecuencias, tanto para el arrendador como para los arrendatarios. La pluralidad de opciones es casi infinita, ya que ante todo rige el principio de autonomía de la voluntad. Se pueden introducir tantos matices como apetezca, siempre que estén en el marco de la ley. No obstante, a pesar de la diversidad, es posible distinguir dos grandes clases de contratos para los alquileres con coarrendatarios:

  • Contrato solidario. Al firmar este documento, todos los inquilinos asumen la responsabilidad de la totalidad del alquiler. Si uno se va y los demás no pagan la renta, el dueño del inmueble puede iniciar una demanda judicial contra cualquiera de los arrendatarios, juntos o por separado. En este tipo de alquiler, todos responden por todo.
  • Contrato mancomunado. Cada inquilino responde sólo por su parte. Si fueran cuatro personas, a cada una le tocaría afrontar solo una cuarta parte del alquiler. Si uno de los coarrendatarios deja de pagar porque decide marcharse, los demás no están obligados a cubrir ese 25% impagado. La parte negativa es que el propietario, en este supuesto, podría exigir la resolución inmediata del contrato: desahuciar a los inquilinos por incumplimiento y cobrar las penalizaciones estipuladas.

En el ámbito inmobiliario, el contrato que se utiliza con más frecuencia es el solidario, ya que supone más tranquilidad y garantías de cobro para el propietario. El dueño del inmueble puede arremeter contra todos los inquilinos para cobrar la renta, mientras que cada uno de los arrendatarios está obligado a responder por el importe total. Marcharse del piso no cambia esta dinámica: quien se va es tan responsable como los demás de pagar ese alquiler en tiempo y forma.

Qué debe tenerse en cuenta

Cuando se comparte el alquiler de una vivienda o comercio, es fundamental estipular de antemano, con toda claridad y por contrato, cómo se va a gestionar ese arrendamiento y qué se debe hacer en los posibles escenarios.
  • Un contrato legal que no refleje la realidad del acuerdo (figura un único inquilino aunque hay varios) puede ocasionar numerosos problemas. Desde el punto de vista legal, si los inquilinos "invisibles" se van o dejan de pagar, el arrendatario que está en el contrato será el único responsable de asumir la deuda. Y peor todavía: subarrendar una vivienda sin conocimiento y autorización expresa del propietario es motivo de rescisión del contrato, con todas las penalizaciones que eso conlleva.
  • Tanto para los propietarios como para los inquilinos, antes de elaborar y firmar un contrato de coarrendamiento, es recomendable acudir a un profesional especializado en el tema. La figura del coarrendamiento no está regulada en la Ley de Arrendamientos Urbanos, exige la interpretación y aplicación de otras normas generales y, para ello, es necesario contar con alguien que sepa, oriente a todas las partes y les ayude a evitar sorpresas.
  • Si es necesario, para mayor tranquilidad, se pueden acordar normas particulares con las obligaciones y las garantías que se dan a sí mismas las partes.
  • 15.11.10

    "El mate es más que una infusión; es un símbolo de fraternidad"

    Los argentinos que residen en Euskadi, entre los que se encuentra Fernanda Rodríguez, organizan un taller para desvelar una de las costumbres más curiosas y antiguas del cono sur americano.

    El próximo sábado, a las 18.00 horas, la asociación de argentinos residentes en Euskadi (Arvas) celebrará un taller sobre el mate, «ese 'cacharro' curioso y humeante que muchas personas conocen de vista, pero muy pocas saben cómo funciona realmente y qué es». La reunión, que tendrá lugar en el Centro de Culturas Unidas de Bilbao (c/ Olite, 1), estará «abierta a todo el mundo» porque pretende «explicar el significado de una costumbre muy arraigada en Argentina y el cono sur de América Latina», señala Fernanda Rodríguez, una de las impulsoras de esta propuesta.

    «Al principio, hace ya varios años, la asociación tenía por objeto ayudar y orientar a los argentinos que recién llegaban al País Vasco y estaban un poco perdidos -cuenta-. Con el tiempo, al asentarnos, fuimos ampliando las metas. Empezamos a hacer cosas para ahuyentar la nostalgia y mantener vivos algunos aspectos de nuestra cultura. Y ahora nos interesa dar otro paso, abrirnos más a la sociedad local. Queremos compartir nuestras costumbres con los vascos y contarles cómo somos más allá de los clichés del tango y el fútbol».

    Empezar desde cero
    El taller sobre el mate que han organizado se enmarca en esa evolución. «Una vez que llegas a otro país y resuelves los asuntos más acuciantes, como la vivienda, el empleo o la documentación, te das cuenta de que necesitas humanizarte, generar vínculos, hacer amigos, querer a las personas y encontrar a gente que te quiera», explica Fernanda, que vive en Vizcaya desde hace casi nueve años. «El mate conjuga muy bien todo eso, porque propicia la intimidad y abre un espacio para compartir vivencias. Es más que una infusión; es un símbolo de fraternidad».

    Uno de los aspectos que incluirá el taller, además de las palabras asociadas a esta tradición y las propiedades de la bebida, es reseñar la importancia del ritual a la hora de tomar la infusión. «Parafraseando al periodista argentino Lalo Mir, el mate es exactamente lo contrario a la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo». Y, al compartir el recipiente es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, «porque uno habla mientras el otro toma y viceversa», cita Fernanda que, a pesar de haber emigrado hace muchos años, no ha perdido la costumbre de tomar mate a diario. «Creo que esta rutina y mi acento son las dos únicas cosas que me siguen ligando a mi cultura y mi país; las que me recuerdan de dónde soy y de dónde vengo», agrega.

    En ese sentido, una de las cosas que más le impactaron al llegar aquí fue darse cuenta de que, al emigrar, «empiezas otra vida desde cero, porque nadie te conoce y dejas de tener un pasado. Todo lo que has hecho, lo que has sido, quién te quiso o a quién has querido es algo que sólo conoces tú. Para el resto de la gente, es como si hubieras acabado de nacer», describe Fernanda antes de añadir que la experiencia migratoria es «muy enriquecedora, aunque duela», y que por ello «todo el mundo «debería tener la oportunidad de experimentarla al menos una vez».

    «Mi esposo y yo nos fuimos de Argentina cuando estalló la crisis de 2001 -relata- y elegimos Euskadi porque su padre es vasco. En ese momento, la situación era muy difícil y mi suegro le dijo a Javier que lo único que podía darle era el pasaporte. Así fue que decidimos probar suerte y buscarnos la vida de este lado del Atlántico. Teníamos claro que era apuesta y una aventura. Lo que nunca imaginamos fue que sería tan larga y, a veces, tan dolorosa», reconoce Fernanda. «Como contrapartida, ha habido cosas muy buenas. Vivimos en Plentzia, el pueblo donde nació mi suegro, y aunque él sigue viviendo en Buenos Aires, una vez vino a visitarnos. De algún modo, sentimos que hemos cerrado un círculo».


    13.11.10

    Hoteles: habitaciones para necesidades especiales

    Padecer alergia crónica, ser demasiado alto o bajo o tener alguna dificultad motora, visual o auditiva acarrea inconvenientes y sobreprecios al hospedarse en un hotel.

    Ser alérgico, sufrir problemas de motricidad, visión o audición, o tener una estatura que se aleje demasiado de la media puede suponer una dificultad añadida al viajar, en especial, en el momento de disfrutar de la habitación de un hotel. Quienes padecen alergias crónicas o tienen alguna discapacidad no pueden quedarse en cualquier sitio, mientras que las personas que superan (o que no llegan) a la medida estándar de estatura encuentran que los colchones, el mobiliario, los interruptores y los accesorios no se ajustan a sus necesidades. Son incómodos y de difícil acceso, aunque sean de buena calidad. No obstante, si bien varias cadenas hoteleras han comenzado a adaptar algunas habitaciones para personas con necesidades especiales, el servicio es todavía incipiente y se ofrecen, en su mayoría, en hoteles de alta gama. Esto supone un sobreprecio en las vacaciones de quienes prefieran alojarse en pensiones y albergues baratos. Viajar en "modo ahorro", evitar riesgos y acceder a un buen descanso son conceptos incompatibles para quienes se salen de la media.


    La accesibilidad, un tema prioritario
    La supresión de las barreras arquitectónicas, la búsqueda de soluciones para antiguas estructuras y el interés por mejorar la accesibilidad en los nuevos edificios, locales y hoteles son iniciativas claras, cada vez más comunes entre arquitectos, diseñadores y constructores. Los datos apuntan a que sólo en la UE hay más de 50 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Eso sin contar a quienes tienen una complexión física que se aleja de la estándar. Estas cifras, sumadas a los criterios de inclusión social y a las necesidades de ampliar el mercado en el caso de la hostelería, han logrado que las directrices de accesibilidad hayan ganado terreno e importancia en los últimos años.

    En España, cada comunidad autónoma cuenta con su propio reglamento de accesibilidad. También es de competencia autonómica todo lo relacionado con las características que deben cumplir los alojamientos hoteleros. Por eso hay algunas diferencias. No obstante, en todas las normativas prima la voluntad de inclusión, seguridad y normalización en los espacios dedicados al turismo.
    De todas las innovaciones que se han instaurado, las más extendidas intentan mejorar la estancia de personas con dificultades de audición, visión y/o motricidad. En algunos casos se requieren obras e inversión de capital, pero muchas mejoras no suponen para los hoteles grandes desembolsos de dinero. Una iluminación homogénea y con una intensidad lumínica superior a los 200 Lux permite una visión más clara a quienes tienen una deficiencia visual. Eliminar accesorios o muebles que obstaculicen el paso ayudará a quienes usen silla de ruedas o bastón, mientras que añadir luces a los sistemas sonoros de alarma servirá para proteger a quienes tengan problemas de audición.

    El confort, para los términos medios
    Casi todos los objetos e infraestructuras se diseñan con medidas estándar. Algunas son muy antiguas, como la separación de los rieles en las vías del tren, que mantienen la medida internacional (143,5 cm) desde hace más de un siglo y que deben su distancia a los carros tirados por caballos en el Imperio Romano. Otras son más recientes, como el ancho de las puertas en los nuevos edificios, que debe superar 80 cm para permitir el paso de sillas de ruedas. Las normativas actuales de accesibilidad ponen de manifiesto un interés creciente por suprimir las barreras arquitectónicas más duras. No obstante, se centran en las personas con movilidad reducida, dificultades visuales o problemas auditivos y dejan fuera los aspectos que no se consideran discapacidad. Es el caso de la estatura.

    Como no se considera una discapacidad, sino un rasgo físico, no hay normas escritas que impulsen a introducir cambios en las habitaciones. Ser muy alto o muy bajo no es, en principio, un problema, pero sí puede dar lugar a un sinfín de dificultades al moverse. La explicación es sencilla. A pesar de las innovaciones en materiales y normativas, las dimensiones estándar están pensadas para los términos medios, la mayor parte de la población. En consecuencia, cuanto más alejado se esté de ese patrón, más difícil será manejarse con comodidad y soltura. La altura media de los españoles ronda 1,75 metros. Quienes están por encima de esa cifra (en especial, quienes superan 1,92 metros) y quienes están por debajo (cuando se mide menos de 1,30 metros) tienen cientos de obstáculos en la vida cotidiana. El sector de la hostelería y el turismo no es la excepción a esta regla.

    Medidas y decisiones habituales
    El largo de una cama: 1,90 metros. La altura de una puerta: 2,03 metros. La altura de una mesa o un lavabo: 75 centímetros. La lista de objetos, accesorios y muebles continúa, pero unos pocos ejemplos bastan para obtener tres ideas. La primera: las medidas estándares son claras. La segunda: son de aplicación frecuente. Y la tercera: las personas muy altas o demasiado bajas tendrán problemas de descanso y confort.

    Los hoteles, en general, se inclinan por satisfacer las exigencias habituales de sus clientes. En algunos casos, la petición de una cama más larga se entiende como un acto extravagante, pero no lo es. Una convención del Tall Persons Club (Club de Personas Altas), en Reino Unido, desbordó hace poco la capacidad de alojamiento de una importante cadena hotelera. El episodio se recogió en la prensa con un punto de hilaridad, pero el trasfondo del asunto es serio. Decenas de jugadores de baloncesto viajan todas las semanas para competir en diversas ciudades y no sólo necesitan hospedarse, sino también descansar de una manera adecuada.

    Con esta idea, algunos hoteles se pusieron manos a la obra para adaptar habitaciones a esta necesidad específica. Es el caso de la cadena Sercotel Hoteles, cuyos edificios disponen de una planta pensada para jugadores de baloncesto, con camas de 2,20 metros, donde pueden dormir en perfectas condiciones. También los hoteles de la cadena High Tech disponen de habitaciones XXL con camas especiales de matrimonio (1,80 x 2,20 metros) o 2twin (dos camas de 2,20 x 1,10 metros cada una). Otro establecimiento, el Extremadura Hotel de Cáceres, tiene más de 20 habitaciones con camas, puertas y baños adaptados para personas de gran estatura.

    Accesorios de altura
    Rediseñar toda la habitación es fundamental, ya que el descanso y el confort no están sólo en las camas. También se pueden incluir una serie de accesorios para adecuar a las instalaciones al tamaño de sus huéspedes. ¿De qué sirve un lecho XXL si se tiene que entrar a la habitación agachado? ¿De qué valen unos interruptores de la luz ubicados a un metro del suelo si no es posible mirarse en el espejo del baño porque está demasiado alto?

    Algunas cadenas hoteleras han adecuado también sus instalaciones a estos casos, aunque la oferta no es muy amplia y sólo afecta a determinados grupos. Son diseños especiales que tienen en cuenta, entre otras cosas, la altura de las puertas de acceso, pestillos, lavabos y grifería, incluida la ducha. También se modifican las alturas (y las inclinaciones) de los espejos, de las barras para colgar la ropa y de los muebles en general, con mesillas más altas o más bajas de la medida estándar. No obstante estos servicios no están individualizados en cada habitación y, por lo general, están ubicados en plantas habilitadas para estas personas.

    Reservas on line
    Un déficit de las reservas que se tramitan a través de Internet es la dificultad para contratar una habitación con camas especiales para los clientes más altos. Si bien a través de la reserva on line se pueden seleccionar otras modalidades (que la habitación sea para fumadores o no, para matrimonio o persona individual, incluso para discapacitados), los clientes con gran estatura o con alergias crónicas lo tienen más complicado.

    En el caso de las personas alérgicas, que requieren unas necesidades sanitarias determinadas, cuentan con un buscador de hoteles adaptado para ellos. La web incluye alojamientos en España y en otros países. En el caso de las personas de baja estatura, una alternativa es buscar hoteles con habitaciones para personas en sillas de ruedas, ya que eso les garantizará que todos los elementos y el mobiliario tengan dimensiones adecuadas y cómodas. En cuanto a las personas muy altas, la opción más adecuada para reservar una habitación con camas grandes es dirigirse en persona o por teléfono a la dirección del centro hotelero, explicar cuáles son sus necesidades y preguntar si pueden disponer de una cama de mayor longitud a la habitual.

    Aspectos destacados
    • Los hoteles con habitaciones especiales no cobran más por alojarse en ellas. Esa infraestructura forma parte de sus servicios.
    • No obstante, estas habitaciones son más frecuentes en los establecimientos de gama media alta (tres, cuatro y cinco estrellas) que en las pensiones u hostales modestos. Hospedarse en hoteles de categoría es más caro y el presupuesto de un viaje puede elevarse.
    • Si se tiene algún tipo de discapacidad, afección o rasgo que dificulte el descanso adecuado en las condiciones habituales, lo idóneo es buscar alojamiento con tiempo, llamar a los hoteles elegidos y preguntar si pueden satisfacer las necesidades personales.
    • Las mejoras de accesibilidad para personas en sillas de ruedas, con problemas de vista o de oído, son más habituales que otras. En general, cuando un hotel acomete reformas o introduce cambios en este sentido, lo anuncia y lo indica en sus folletos y centrales de reservas de páginas web.
    • Las personas de muy baja estatura pueden beneficiarse de la supresión de barreras arquitectónicas y la mejora del entorno para quienes usan silla de ruedas.
    • Quienes padecen alergias o enfermedades crónicas pueden buscar a través de portales de turismo específicos o pedir información al respecto en las diversas asociaciones que hay en España.
    • No es tan fácil encontrar un reclamo que anuncie "camas grandes" o "habitaciones para personas XXL". En estos casos, lo más práctico es llamar y preguntar.

    10.11.10

    Donaciones, ¿qué son y cómo funcionan?

    La donación de bienes y dinero es un traslado patrimonial que está sujeto tanto a impuestos como a beneficios fiscales

    Donar bienes o dinero es una práctica habitual entre empresas, ONG y particulares. En el ámbito familiar, puede suponer una alternativa a la herencia. En el ámbito de la solidaridad, infinidad de anuncios invitan a hacerlo y uno de los reclamos es el importante beneficio fiscal que tiene para el donante, además de la ayuda que supone para quienes lo necesitan y la colaboración con una causa humanitaria. Pero conviene saber si es así en todos los casos, cómo funciona el sistema o qué se debe hacer para desgravar. En síntesis, hay que saber con exactitud qué son las donaciones y cómo están reguladas.
    Qué son
    Se habla de donación cuando una persona, una empresa o una institución ceden sus bienes a otra. Estos pueden ser muebles o inmuebles (abarcan desde un escritorio hasta una vivienda), fungibles (si se donan alimentos) o monetarios (cuando se dona capital). Si el objetivo es construir un centro para personas en riesgo de exclusión social, las donaciones pueden abarcar desde el dinero para ponerlo en marcha hasta una caja de lápices, un cargamento de comida o el propio edificio. La cuestión es que siempre son artículos que están dentro del comercio, según establece el artículo 1271 del Código Civil.

    En la práctica, son numerosas las aportaciones de este tipo que se hacen como regalos, ya sea para una institución o para alguien de la familia. Muchos padres obsequian mobiliario o electrodomésticos a sus hijos jóvenes y hay personas que regalan objetos para colaborar con una causa social, sin que ello quede registrado en ningún sitio. Cuando se dona dinero o bienes inmuebles es distinto, en especial, cuando el valor de los mismos o la cuantía monetaria son elevados. ¿La razón? Las donaciones están reguladas por ley. Por un lado, están sujetas a impuestos obligatorios y, por otro, para poder obtener un beneficio fiscal, debe haber constancia de ellas.

    Los impuestos
    La donación de bienes o fondos está regulada por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, un tributo que recoge la Ley 29/1987, aprobada hace más de 20 años. Si bien esta legislación es de carácter estatal, su aplicación es de competencia autonómica, de modo que los gravámenes pueden variar (y de hecho, varían) según cada comunidad autónoma. País Vasco y Navarra tienen una normativa distinta, más favorable, y en junio de este año Cataluña aprobó una reforma del impuesto que quedó recogida en la Ley 19/2010.

    Lo primero que debe distinguirse es que las sucesiones y las donaciones son procesos distintos, aunque los regule la misma ley. El impuesto a las donaciones es directo y personal, ya que grava los incrementos patrimoniales de las personas físicas. Entonces:
    • ¿Sobre quién recae? Sobre el beneficiario, la persona favorecida por la donación.
    • ¿En qué caso se paga? Cuando quien recibe el dinero o los bienes es una persona física y no una persona jurídica.
    • ¿Cuánto se paga? La cuantía depende del importe del bien, ya que los tributos no son fijos, sino que se establecen por tramos y porcentajes. Los porcentajes y los tramos los fija cada comunidad autónoma y van del 7% al 34% del valor neto del bien que se va a donar.
    • ¿Dónde se hace la gestión? La liquidación del impuesto se realiza en las delegaciones de Hacienda de la comunidad autónoma que corresponda. Si se donan bienes inmuebles, será la del lugar donde estos se encuentren. Si es dinero, será la del lugar donde resida el beneficiario.
    • ¿En qué plazo? El límite para liquidar este impuesto es de 30 días hábiles, que se cuentan a partir del momento en que se han cedido.
    • ¿Qué documentos hay que presentar? Para todos los casos, hay que presentar la primera copia de la escritura pública o del documento en el que conste cuál es la donación que se va a liquidar y entre quiénes se llega a ese acuerdo. Por tanto, deben figurar el NIF, DNI o CIF del donante y del beneficiario. Si hay bienes inmuebles, debe adjuntarse la copia del último recibo del Impuesto Sobre Bienes Inmuebles o el certificado del valor catastral.
    Los beneficios fiscales
    Las donaciones no sólo tienen un gravamen, también ofrecen reducciones y deducciones fiscales, en este caso, para las dos partes implicadas: el donante y el receptor de los bienes.
    • Al pagar el impuesto, se pueden deducir todas las cargas -sean perpetuas o temporales- que recaigan sobre los bienes y que disminuyan su capital o su valor.
    • También se pueden deducir las deudas vinculadas a esos bienes, siempre que el beneficiario haya asumido la obligación de pagarlas.
    • Las reducciones fiscales -en este caso, aplicables a quien dona- son de competencia autonómica, al igual que la cuantía del impuesto.
    • Las donaciones a las ONG no son un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades, pero sí dan lugar a deducciones fiscales en la cuota. Para ello, la entidad beneficiaria tiene que haber optado por el régimen fiscal de la Ley 49/2002, que regula a las instituciones sin fines lucrativos y los incentivos fiscales al mecenazgo.
    Detalles que deben tenerse en cuenta
    Hay algunos detalles, conceptos y excepciones que conviene considerar antes de hacer o recibir donaciones.
    • En una donación siempre intervienen dos partes: quien da y quien recibe. El beneficiario no está obligado a nada hasta que acepta la donación de manera formal.
    • Las personas declaradas incapaces, los menores no emancipados y quienes están en quiebra no pueden donar bienes.
    • El beneficiario puede ser cualquier persona física o jurídica, incluso si es menor de edad o si es un bebé concebido que aún no ha nacido.
    • No se pueden donar bienes futuros, es decir, de los que aún no haga usufructo el donante (una casa que vaya a heredar).
    • Una persona, empresa o institución puede donar todos sus bienes, pero debe reservarse (ya sea en calidad de propiedad o de usufructo) lo necesario para vivir.
    • Si el beneficiario de una donación no reside en España, no estará obligado a pagar el Impuesto de Donación.

    8.11.10

    "Una sociedad justa sólo se logra si se impulsa el capital humano"

    Cinco asociaciones se unen para crear Ciprés, un novedoso centro intercultural de promoción del empleo, la formación y los servicios en Euskadi


    Cinco asociaciones radicadas en Bilbao han unido sus esfuerzos para trabajar en red y dar vida a Ciprés, el primer centro intercultural de promoción del empleo, el autoempleo, la formación y los servicios. La iniciativa, que comenzó a gestarse hace más de un año, se dio a conocer hace poco, a finales de octubre, con la inauguración de los cursos de cocina, los primeros de una extensa lista de opciones.

    «El proyecto está dirigido a personas excluidas o en peligro de exclusión social que viven en el País Vasco. Y es un modelo innovador de trabajo porque involucra a varias asociaciones que gestionan las actividades en pie de igualdad», explica Giulia Secci, la abogada del centro. Para esta joven italiana, que llegó a la capital vizcaína hace algo más de tres años, lo esencial es que «se podrán mejorar las condiciones de inserción laboral y social de estas personas que, en su mayor parte, son inmigrantes».
    «Cuando llegas a un nuevo país, debes adaptarte a él, a sus costumbres y a la manera de hacer las cosas. Este proceso es difícil y es común a todos los extranjeros, con independencia de nuestro lugar de procedencia o la formación académica que tengamos», señala Giulia, que nació en Cerdeña, comenzó su carrera en Boloña, vivió una temporada en Holanda y, finalmente, decidió acabar sus estudios en Bilbao.

    «Vine aquí porque no quería regresar a Italia y, mientras estuve en Holanda, conocí a varios españoles. Madrid me parecía una ciudad demasiado grande y difícil de abarcar. Barcelona no me atraía porque hay demasiados italianos y lo que yo buscaba era aprender cosas nuevas, relacionarme con gente de otros lugares. Entre los chicos que conocí en Amsterdam, había un vasco que me habló mucho de Euskadi. Sentí curiosidad y vine», resume Guilia antes de contar que «los primeros dos años fueron duros» porque le «costó» acostumbrarse al lugar.

    Su experiencia personal la llevó a involucrarse en este nuevo proyecto de inserción sociolaboral. «Por un lado, buscamos soluciones prácticas para el desempleo y la crisis actual. Por otro, abrimos una vía de acceso a muchas personas que ya tienen conocimientos valiosos pero no encuentran manera de aplicarlos. Y, también, intentamos formar en oficios, costumbres y valores a aquellos que no han tenido antes esa posibilidad», enumera.

    Aprovechar el talento
    La educación en valores y las clases sobre pautas culturales constituyen un pilar fundamental en Ciprés. «La idea es que todas las personas puedan acceder al mercado laboral en condiciones de competitividad. Por ejemplo, hay profesionales y técnicos muy cualificados a los que solo les hace falta aprender las normativas locales o cómo funciona el sistema productivo en Euskadi», indica. «Otras personas, en cambio, dominan muy bien técnicas y manufactura que aquí no se utilizan o hacen falta -prosigue-. Lo importante es aprovechar el talento, el conocimiento y las ganas de superarse y trabajar».

    El planteamiento de las asociaciones cofundadoras -Ahislama, Asocolvas, Adrebol, La Comuna y Zubietxe- ha tenido buena acogida en las instituciones públicas y privadas. Cuenta con el apoyo del Gobierno vasco, la Diputación Foral de Vizcaya y la BBK, que han visto en esta iniciativa un intento responsable y serio por fomentar la inclusión social, en todos los aspectos.

    «Queremos construir una sociedad más integrada, diversa y plural y, a la vez, más rica, justa y desarrollada», subraya Giulia. «El modo de conseguir eso es fomentar este tipo de actitudes. En lo personal, me siento muy orgullosa de poder formar parte del centro. Me gusta ver cómo las instituciones públicas inciden en el bienestar colectivo en lugar de promover políticas persecutorias. Pienso en Francia o en Italia y, realmente, siento pena por el curso que han tomado. ¡Ya me gustaría que mi país desarrollara el capital humano como lo hace Euskadi!», dice.