1.8.08

El verano de Jorge Fernández: "Al volver me siento feliz"

Sopelana, Zarautz y un poco de golf colman de satisfacciones el verano del popular presentador

Su trabajo le ha llevado a Madrid, donde presenta ‘La ruleta de la suerte’, y también al resto de España, donde cada semana construye ilusiones en ‘Esta casa era una ruina’. Pero si de hogar y emociones se trata, nada mejor que el regreso al País Vasco. «Cuando cojo un vuelo para volver a casa me siento feliz. Aterrizar y saber que tengo todo el fin de semana para estar con mi familia es una sensación estupenda», dice Jorge Fernández. Quizá por ello no sorprende que su propuesta tenga mucho de ocio tranquilo y que, a la hora de escoger, no elija un sitio, sino varios. Como si estuviera viendo Euskadi desde la ventanilla de un avión, el ex Mister España nombra al vuelo tres lugares: Sopelana, Zarautz y el campo de golf de Artxanda.


Son distintos (y distantes), aunque igual de especiales para él, que, a pesar de haber nacido en Mondragón, ha vivido en las tres provincias vascas. En Sopelana, por ejemplo, tiene «un buen grupo de amigos», razón más que suficiente para ir. «Me gusta acercarme por allí para reunirme a comer con ellos», dice. Y la idea es especialmente buena en esta época del año, cuando el municipio costero luce todo su esplendor. En efecto, la combinación de playa y montaña, con sus imponentes acantilados sobre el mar, convierte este lugar en un espacio perfecto para practicar escalada y atreverse con los parapentes. O para observar a quienes gustan del riesgo desde «alguna terracita» o desde la playa Barinatxe, tan conocida por su belleza como por la carrera nudista que se celebra todos los años.

El Peñón de Sopelana (Ayto de Sopelana)

Las dunas en Zarautz
Claro que la costa guipuzcoana compite en encanto. «Conozco todos los pueblitos que hay cerca de San Sebastián y me parecen preciosos –indica–. Y Zarautz es una maravilla». También allí es posible disfrutar del deporte, desde el surf hasta el senderismo, o descubrir tesoros naturales, como la marisma, el estuario y las dunas. ¿Una pista? Entre el norte de la playa y la margen izquierda de la ría de Iñurritza, se despliega el sistema de dunas más extenso de toda la provincia. Y, ya que «la gastronomía vasca es única», el paseo no estará completo sin un recorrido culinario que incluya especialidades como los ‘chipirones a lo Pelayo’.


La mención a los deportes no es casual, puesto que a Jorge le gustan mucho, empezando por «el windsurf, el baloncesto y el tenis». No obstante, desde que es papá, el presentador enfoca el ocio de otra manera. «El tiempo libre que tengo lo paso con mi hijo, que tiene cuatro años. En realidad, no hago nada que no sea con él y todos mis planes están centrados en estar juntos».

De ahí que disfrute tanto del campo de golf de Artxanda. «Nos encanta –confiesa–. Y él, que sólo tiene cuatro añitos, pega unos boleos que te mueres». Engarzado entre Larrabetzu y Galdakao, el club es un buen punto de partida para hacer turismo de interior y, cómo no, atacar el mantel. «No te puedes ir de allí sin comer», aconseja.


El camino pasa por Larrabetzu

Es verano y, en estos meses, los pueblos costeros se disputan el protagonismo en los planes. No obstante, el buen tiempo también ayuda a recorrer sitios cuya belleza está ligada a la tierra. Es el caso de Larrabetzu, un municipio que nació en 1376 y cuyo casco histórico fue declarado conjunto monumental hace algo más de una década. Son apenas dos manzanas de edificios que se asoman a la calle Andra Mari, la más antigua del pueblo, pero albergan un valor arquitectónico importante. Por ejemplo, la iglesia de Santa María, del siglo XV reedificada a partir de las ruinas en el XVIII. Asimismo, la iglesia de San Emeterio y San Celedonio posee uno de los retablos hispano-flamencos más notables de Vizcaya y varios fragmentos de pinturas murales de estilo gótico tardío. Junto a los templos, Larrabetzu cuenta con edificios históricos como los palacios de Oliste y de Ikaza, ambos del siglo XV. El pueblo –uno de los veinte medievales que existen en la provincia– pertenece también a la Ruta Jacobea; un trazado que dio origen a la villa.

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