22.8.08

El verano de Susana Soleto: "En Izarra me siento libre"

La actriz, popular por ‘Vaya semanita,‘ elige el enclave alavés como residencia y lugar de descanso



Lo conocía desde siempre, pero hace poco que se enamoró. Así puede resumirse la relación de Susana Soleto con el pequeño pueblo de Izarra, una de las diez localidades que conforman el municipio alavés de Urkabustaiz. «Está un entorno muy amplio donde puedes pasear al aire libre y relajarte –describe la actriz-. Ofrece mucha tranquilidad y tiene una luz estupenda en todas las épocas del año. Al empezar el otoño, los árboles se cubren de hojas doradas y ocres. Y en invierno, cuando no suele haber turistas, tienes todo el lugar para ti». Y es que el suyo no es amor de verano. Al revés. Tanto le ha cautivado este pueblo de menos de mil habitantes que ha decidido irse a vivir allí.

«Me mudo a Izarra en septiembre», adelanta con la voz ilusionada. «Creo que llega un momento en el que necesitas serenidad, escapar un poquillo del Botxo y del ruido. Las últimas veces que fui al pueblo experimenté esa sensación de paz y, cuando llegaba la hora de volver a Bilbao, me daba pena. No sé cómo explicarlo, pero hay algo que me aferra a ese lugar. No tengo ganas de irme», asegura.El sentimiento era tan fuerte que decidió hacerle caso. «Estaba paseando por allí y pensé: ‘Yo quiero vivir en este sitio. Me gusta’. Encontré un piso que me gustó y, ¡hala!, ahora cuento los días para trasladarme el mes que viene».

Aunque la actriz vitoriana está muy acostumbrada al público del teatro y las cámaras de televisión, el contacto con la Naturaleza le apasiona tanto como su trabajo. «Me encanta pasear y soy de andar por el monte. A medida que Bilbao queda atrás y te vas acercando a Izarra, el horizonte se hace más amplio, el paisaje se abre y siento una gran libertad. Además, el ambiente rural es precioso. Ya tengo ganas de oler a vaca», sintetiza Susana entre risas. Pero, ¿por qué este pueblo y no otro? «Pues porque allí cerca tienes el nacimiento del Nervión y la cascada de Gujuli -destaca Susana-, y son dos sitios preciosos».

Agua, árboles y cañones
La cascada de Gujuli (a unos tres kilómetros del pueblo) es uno de los saltos de agua más bonitos de toda la provincia. Sus cien metros de altura cautivan a los visitantes, aunque -todo hay que decirlo- son más imponentes en otoño y primavera, cuando aumenta el caudal del arroyo Oiardo. Rodeada de miradores (muchos de ellos, naturales) y de extensos bosques de hayas, esta cascada se reparte los elogios con el salto del Nervión, que tiene 270 metros de altura y también se encuentra próximo a Izarra.

El desfiladero de Delika sirve como telón de fondo para este escenario natural al que se puede acceder en coche o a pie, por la parte baja del cañón. Claro que, para vistas, y de regreso al corazón del pueblo, Susana recomienda caminar hasta «la iglesia más elevada de Izarra». «Verás que hay una parte nueva y otra antigua, y que las divide la vía del tren». La zona más vieja concentra buena parte de los edificios de interés turístico, como el tejo singular o el Museo Etnográfico Irubidaur.

A los pies del Gorbea

Tanto Izarra como la cascada de Gujuli se enmarcan en el parque natural de Gorbeia, el más extenso del País Vasco. A caballo entre Álava y Vizcaya, es el lugar de ‘peregrinación’ por excelencia para los montañeros y los amantes del senderismo. «Es un sitio maravilloso, incluso en invierno. Cuando nieva, el paisaje es espectacular», señala Susana. En sus más de 20.000 hectáreas, el parque dibuja diversos paisajes que van desde el monte Gorbeia (el punto más alto), hasta las laderas y los valles cubiertos por hayedos, coníferas, robledales y tejos. A esa «variedad de formas y colores» hay que añadir, por supuesto, la gran cantidad de especies animales que habitan en este espacio. Jabalíes, tejones, visones y martas conviven con nutrias, ciervos, gatos monteses y aves rapaces que sobrevuelan un manto verde salpicado por cabañas de pastores. Además de ser muy bello, el macizo de Gorbeia tiene importancia histórica, ya que fue uno de los cinco montes bocineros desde los que se convocaba a los vizcaínos a las Juntas Generales. En sus inmediaciones, vale la pena conocer el Museo de la Miel de Murgia, el santuario de la Virgen del Oro, las cuevas de Mairuelegorreta y el Museo de Alfarería Tradicional Vasca de Ollerías.

Recomendaciones
  • Cómo llegar: Izarra se encuentra a 46 kilómetros de la capital vizcaína y a 29 de la alavesa. Desde Bilbao se llega por la AP-68 hasta la salida 22 (Izarra) y luego por la N-622. Desde Vitoria se accede por la N-622 (dirección Bilbao / Amurrio).
  • Dónde comer: «¡Huy! Con esto me pillas pez», confiesa la actriz. «A ver… ¡ya está! No te vayas sin comer patatas, sin probar el queso idiazabal y sin degustar un vinito de la Rioja Alavesa». ¿Y de postre? «Hombre, una siesta».
  • Dónde dormir: En Casa Doña Lola, aconseja Susana. Y agrega: «Es un hotelito pequeño de piedra, muy céntrico. También puedes comer allí y tomar un café junto al riachuelo y al prado». Escuelas, 2. Urkabustaiz. Teléfono 945 437 224.

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