Por primera vez en España, un espectáculo reta al público a dormir durante la función. El Círculo de Bellas Artes de Madrid acogerá el próximo 9 de marzo un ‘sleeping concert’ japonés
Hagamos un ‘test’. ¿Cuántos de vosotros os habéis quedado dormidos en lugares chungos? Vamos, pensad. ¿Nunca os habéis echado una cabezadita en el metro o en una clase de Historia? Seguro que sí. Y seguro que también recordaréis lo terrible que es batallar con el sueño en esos sitios donde se supone que uno debe estar bien despierto. Feo, ¿verdad? Pues imaginad entonces que algo así os sucede justo en medio de un concierto. Imaginad que el artista se está dejando la piel sobre el escenario y que vosotros, sin más, os dormís. Para peor, no sois los únicos: a vuestro alrededor nadie lo mira ni le presta atención. Al cabo de un rato, tampoco le escuchan, pero el artista, determinado, sigue tocando, aferrado a su piano como un rencor.
Hagamos un ‘test’. ¿Cuántos de vosotros os habéis quedado dormidos en lugares chungos? Vamos, pensad. ¿Nunca os habéis echado una cabezadita en el metro o en una clase de Historia? Seguro que sí. Y seguro que también recordaréis lo terrible que es batallar con el sueño en esos sitios donde se supone que uno debe estar bien despierto. Feo, ¿verdad? Pues imaginad entonces que algo así os sucede justo en medio de un concierto. Imaginad que el artista se está dejando la piel sobre el escenario y que vosotros, sin más, os dormís. Para peor, no sois los únicos: a vuestro alrededor nadie lo mira ni le presta atención. Al cabo de un rato, tampoco le escuchan, pero el artista, determinado, sigue tocando, aferrado a su piano como un rencor.
Vale. Muchos podrían pensar que el público es descortés, que el espectáculo es un fracaso o que el músico debería dedicarse a otra cosa. Y estarían en lo cierto, claro, a menos que su objetivo fuera precisamente ese: dormir a los asistentes. ¿Existe algo así? Sí, chicos, y el próximo viernes tendrá lugar en Madrid. Por primera vez en nuestro país, el Círculo de Bellas Artes acogerá un ‘sleeping concert’; espectáculo cuya finalidad es «crear una atmósfera agradable donde el público se relaje y se deje llevar por el sueño». Con estas palabras lo describen sus promotores, muy conscientes de lo «raras» que pueden sonar, y tal vez por ello aclaran sus orígenes casi de inmediato.
Árboles en la jungla
«Este tipo de conciertos, muy populares en Japón a mediados de los 90, fueron impulsados por el
músico y terapeuta Fumio Miyashita», explican. Y añaden que «las presentaciones se basan en una estructura musical sencilla e inspirada en sonidos naturales, sin alteraciones bruscas ni cambios de ritmo inesperados».
«Este tipo de conciertos, muy populares en Japón a mediados de los 90, fueron impulsados por el
músico y terapeuta Fumio Miyashita», explican. Y añaden que «las presentaciones se basan en una estructura musical sencilla e inspirada en sonidos naturales, sin alteraciones bruscas ni cambios de ritmo inesperados».
Al parecer, el terapeuta mezcló sus conocimientos musicales y científicos hasta dar con la ‘receta’
ideal: unas obras que son esencialmente monótonas y que consiguen relajar el cerebro y el cuerpo del público hasta que, literalmente, se duerme. No obstante, y a pesar de ser el precursor de la ‘healing music’ (música curativa), no será él quien ofrezca el primer concierto del sueño en España, sino Mine Kawakami. La compositora y pianista nipona –que está de gira por Europa para presentar su álbum ‘In the forest’– ha creado una pieza de estilo ecléctico japonés, especial para la ocasión.
ideal: unas obras que son esencialmente monótonas y que consiguen relajar el cerebro y el cuerpo del público hasta que, literalmente, se duerme. No obstante, y a pesar de ser el precursor de la ‘healing music’ (música curativa), no será él quien ofrezca el primer concierto del sueño en España, sino Mine Kawakami. La compositora y pianista nipona –que está de gira por Europa para presentar su álbum ‘In the forest’– ha creado una pieza de estilo ecléctico japonés, especial para la ocasión.
«El piano puede expresar infinidad de posibles sonidos, ritmos y tonos. Deseo que mis composiciones y mi forma de tocar transmitan lo conmovedor que pueden resultar los árboles en la jungla, el sonido del viento o la voz de la tierra», opina la artista, que ha desarrollado su carrera en Europa y América y ha sido galardonada con diversos premios. Los promotores del evento coinciden. «Se trata de un recital de piano inspirado en sonidos de la naturaleza; una armoniosa melodía que invita a evadirse en un bosque de calma a través de sus sonidos», apuntan.
Hasta aquí, todo muy bien. La compositora tiene una trayectoria impresionante, las raíces del espectáculo son, cuando menos, llamativas, y el lugar –la sala Valle Inclán– es ideal para su desarrollo por su acústica. Pero, ¿qué pasa con los espectadores? Porque nadie ha mencionado nada acerca de su comodidad y quizá os estéis preguntando, por ejemplo, qué tan relajante puede ser la experiencia de dormirse en una butaca. ¿Os inquieta? Tranquilos, que ya se han ocupado del tema. ¡Y de qué forma!
Siesta entre huesos
Para el confort de la audiencia, una empresa andaluza instalará un gran ‘tatami’ y un montón de almohadas. Diccionario práctico: los ‘tatami’ son las típicas esteras japonesas y las almohadas… vale, ya sabéis lo que son. Sin embargo, estas tienen una peculiaridad: están rellenas de huesos de aceitunas calcinadas. Sí. No es un delirio. Habéis leído bien. Resulta que en el país del sol naciente existe la costumbre de dormir sobre almohadas rellenas de semillas y granos para disfrutar de un descanso óptimo, relajando los hombros y la espalda. En el nuestro, en cambio, es una opción novedosa. Y, también, adaptada, pues las almohadas que se colocarán en el Circulo de Bellas Artes son el resultado de la fusión entre la cultura oriental y la occidental a través de un fruto tan conocido en España como las olivas.
Para el confort de la audiencia, una empresa andaluza instalará un gran ‘tatami’ y un montón de almohadas. Diccionario práctico: los ‘tatami’ son las típicas esteras japonesas y las almohadas… vale, ya sabéis lo que son. Sin embargo, estas tienen una peculiaridad: están rellenas de huesos de aceitunas calcinadas. Sí. No es un delirio. Habéis leído bien. Resulta que en el país del sol naciente existe la costumbre de dormir sobre almohadas rellenas de semillas y granos para disfrutar de un descanso óptimo, relajando los hombros y la espalda. En el nuestro, en cambio, es una opción novedosa. Y, también, adaptada, pues las almohadas que se colocarán en el Circulo de Bellas Artes son el resultado de la fusión entre la cultura oriental y la occidental a través de un fruto tan conocido en España como las olivas.
«Al beneficio producido por la mayor relajación muscular, se le añade el efecto positivo de los iones negativos» que liberan los huesos de las aceitunas, explica Rafael Pérez Castells, fundador de la empresa Charcolive. ¿Iones, dice? Sí, iones negativos o ‘felices’ que, según investigaciones clínicas, combaten la depresión y la fatiga, son útiles para tratar la tortícolis y disminuyen los ronquidos. Esto último, fundamental para disfrutar del concierto en paz. Es decir, para dormir sin molestias. Y, esta vez, sin culpas.
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