Entre los sectores de actividad laboral que cuentan con trabajadores mayores de 65 años, la variedad no es muy amplia.
- En el caso de los hombres, la mayoría son técnicos y profesionales científicos e intelectuales, seguidos de quienes ocupan puestos en la dirección de empresas y en la Administración pública, así como los trabajadores cualificados en agricultura y pesca.
- En el caso de las mujeres, los sectores más habituales cambian. Aunque también hay un grupo importante de directivas empresariales, administrativas y profesionales científicas e intelectuales, las actividades que más trabajadoras concentran son la hostelería y el comercio, los servicios de restauración y las ventas. Destaca otro grupo muy numeroso de mujeres (más de 9.800) que desempeñan tareas no cualificadas, una cifra tres veces mayor que la de los hombres que ocupan puestos similares.
Las ofertas laborales para quienes tienen más de 65 años no abundan. El acceso a determinados empleos está vedado debido a la edad, ya que el desempeño de ciertas tareas requiere un estado físico más que óptimo (bomberos, operarios de maquinaria pesada, albañiles, etc.).
En cuanto a los empleos con un contrato y un sueldo, destacan:
- Conserjes y bedeles.
- Acompañantes de personas mayores y niños.
- Labores de limpieza.
Dada la acusada presencia del sector femenino en los empleos no cualificados, son las mujeres quienes tienen más posibilidades de encontrar un trabajo pasados los 65 años, si bien la oferta no es siempre atractiva ni compensa.
Mapa de la situación actual
Según datos del Ministerio de Trabajo, un total de 131.595 personas mayores de 65 años cotizan aún a la Seguridad Social. La cifra se ha reducido con la crisis, pero supone un aumento con respecto a 2006, cuando este sector de la población apenas superaba los 100.000 trabajadores. El porcentaje, sin embargo, es bajo en el marco de la Unión Europea, donde España es uno de los países con menor cantidad de personas en activo a partir de 65 años. En la UE, trabaja el 10% de las personas entre 65 y 69 años, y el 5% de quienes tienen entre 70 y 74 años. En nuestro país, en cambio, el volumen se reduce a la mitad (al 5% y al 2%, respectivamente) y la diferencia es más evidente cuando se comparan las cifras con países como Rumania, Portugal, Estonia o Letonia, cuyas tasas de actividad superan el 20%.
- Aportar ingresos suficientes al hogar.
- Aumentar las prestaciones de las pensiones de jubilación.
- Razones ajenas al dinero. Además de los beneficios económicos, los hay físicos, intelectuales y anímicos. Algunas personas disfrutan de su trabajo, tanto por la tarea en sí como por las actividades paralelas asociadas -salir de casa, sentirse útil, relacionarse con los demás y comprobar que, a pesar de la edad se tiene mucho que aportar a la empresa, la profesión y la sociedad-.
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