12.4.10

"La imagen de la mujer cubana está muy distorsionada"

La bióloga cubana Eisa Tamayo cambió La Habana por el País Vasco hace siete años para vivir junto su marido, al que conoció en 1996

Eisa Tamayo vive en Euskadi desde hace siete años, aunque su relación con la cultura vasca viene de antes. Concretamente, desde 1996, cuando conoció al hombre que, en la actualidad, es su marido. «Él es de aquí -detalla-, así que pasamos varios años viviendo una relación a distancia». Fue un tiempo marcado por los viajes transoceánicos, con muchas horas al teléfono e infinidad de cartas de ida y vuelta hasta que decidieron «que ya estaba bien; que era hora de vivir juntos».

El proceso, sin embargo, no acabó tan de prisa, pues aún restaba elegir dónde y esa no fue una determinación sencilla. «En un principio, pensamos en que él se trasladara allí porque es cocinero y tenía oportunidades laborales, pero finalmente elegimos Euskadi por la proximidad de su familia, ya que sus padres son personas mayores», relata Eisa.

Para ella, que por aquel entonces trabajaba como responsable medioambiental en una empresa de almacenamiento químico y estaba a punto de recibir un aumento de sueldo, aquel fue «un paso de gigante». Un punto de inflexión: «Mi familia no se opuso a que me fuera de la isla, aunque soy consciente de que mi partida fue muy dura para mis padres. Soy la mayor de mis hermanos y en casa todo el mundo contaba conmigo. Digamos que desempeñaba el papel de samaritana», añade con una sonrisa.

De su viaje -en febrero de 2003- Eisa recuerda que lo encaró «con la mente abierta», entusiasmada por la nueva etapa que comenzaba. «Lo único que me importaba era ser bien recibida y encajar aquí porque sabía que la cultura vasca y la cubana son muy diferentes», explica. También sabía que «hay estereotipos negativos muy arraigados» sobre su país y que, en particular, «la imagen de la mujer cubana está bastante distorsionada».
Desde su punto de vista, la televisión es responsable de buena parte de los prejuicios. «Se muestran mujeres que se venden por cuatro duros porque están sumidas en la pobreza y sólo quieren ligar con algún europeo que las rescate, pero se desconoce todo lo demás, como el trabajo que hacen los hombres y las mujeres en Cuba para sacar adelante al país. Esa idea de la chica fácil está tan asentada que, después, cuando venimos aquí, las mujeres nos perciben como una amenaza y los hombres, como una oportunidad», lamenta.

La diferencia cultural -por ejemplo, en el modo de vestir- hace el resto. «Tengo una amiga, también cubana, que es autónoma y que ha tenido que cambiar su vestuario para que la tomaran en serio, porque notaba que las conversaciones siempre iban hacia otro lado. Me parece que disfrazarse de hombre para poder trabajar es muy triste», subraya.
Buscarse la vida
El terreno laboral es un tema aparte. Aunque Eisa convalidó su titulación hace dos años, aún no ha podido desempeñar su profesión de bióloga. «Ya me habían dicho que sería difícil encontrar un empleo relacionado con mi carrera y está claro que la crisis actual tampoco ayuda», comenta. No obstante, se ha preocupado por mantenerse activa, trabajar «en lo que se puede» y compatibilizar la vida laboral con distintos cursos de capacitación profesional y con la labor en la Asociación Cubana Sierra Maestra, que preside.
«Algunas personas llevan mal tener que trabajar en actividades que no se ajustan a su cualificación profesional, pero a mí no me importa. En Cuba es común. Antes de conseguir aquel empleo como responsable medioambiental, trabajé en muchas otras cosas», relata Eisa, y prosigue: «Allí tienes tienes la ventaja de que puedes estudiar lo que quieras, porque la educación es gratuita, pero no siempre hay plazas de trabajo en lo que a uno le gusta. En general, estamos acostumbrados a desempeñar otras tareas y no pasa nada por eso. En casa me han educado para estar siempre ocupada, haciendo cosas y trabajando. Yo no sé estar quieta y considero que es fundamental ser independiente y autosuficiente», concluye esta cubana, que aquí se ha dedicado al sector comercial.

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