Tengo una duda. ¿Alguien podría decirme a qué edad dejamos de ser jóvenes para convertirnos en adultos? No me refiero a sentirse joven o a ser jovial, que es un estado de ánimo, sino al momento de la vida en que uno se jubila de la protección paternalista y empieza a tomar decisiones; a 'hacerse grande' más allá de lo que diga el carné de identidad. Lo pregunto porque, últimamente, ya no lo tengo tan claro y les voy a contar la razón. El 1º de enero entró en vigor la Renta Básica de Emancipación (RBE), una ayuda económica que ofrece el Ministerio de Vivienda a los jóvenes de entre 22 y 30 años para que les sea más fácil alquilar un apartamento por su cuenta. En síntesis, son 210 euros al mes (durante un máximo de cuatro años) que los beneficiarios utilizan para cubrir parte del gasto mensual.
El proyecto, que ya disfrutan unas 45.000 personas, obedece a dos cuestiones. La primera, fomentar la cultura del alquiler, que está muy poco extendida. La segunda, incentivar a los 'chavales' a salir de la casa de sus padres, ya que aquí es absolutamente normal tener 30 años y seguir viviendo con ellos. Esto es lo que me llama la atención. Según las estadísticas, España es uno de los países de la Unión Europea con mayor retraso en la edad de emancipación. En números, casi la mitad de los menores de 34 años sigue en casita y, aunque tenga trabajo, no tiene ganas de irse. "Para qué, si en ningún sitio voy a estar tan a gusto", es el razonamiento que impera.
Antes de seguir con estas líneas, voy a hacer una aclaración: todavía no cumplí los treinta. Lo digo porque, en teoría, soy parte de ese colectivo al que critico y hasta podría pedir la RBE. El problema es que ni me identifico con ello ni lo entiendo. Es decir, me parece estupendo que el Estado invierta en bienestar social y que le tire a la gente un huesito de vez en cuando. Lo que no soy capaz de entender es lo otro: por qué una persona de 28, 29 o 30 años que trabaja y gana un sueldo más o menos decente necesita de ese empujoncito legal para lanzarse a volar y, aun así, se resiste. ¿Qué pasó con el sueño de independencia y con las ganas de jugar a las casitas? ¿Se los robó Peter Pan?
Según mi humilde punto de vista (y sin ánimo de generalizar), gran parte de la población española vive una adolescencia perpetua. No sólo arrancan más tarde a vivir solos, también retrasan otras etapas de la vida, como consolidar la pareja y encarar la formación de una familia. Hay muchísimos padres primerizos de 40 años (o más) que recurren a la fertilización asistida para poder concebir a sus hijos, de ahí que en los hospitales haya tantos partos múltiples y que en las veredas circulen tantos cochecitos en tándem. Fíjense que hasta para algo tan natural como reproducirse hay un incentivo del gobierno: el 'cheque bebé', de 2.500 euros por hijo.
Insisto en que las ayudas estatales están muy bien, porque responden a las tendencias generales: casas vacías, escuelas vacías, envejecimiento de la población, falta de 'sangre nueva' productiva que sustente la Seguridad Social... Y, por supuesto, mayor esperanza de vida, ya que una cosa es proyectarse hasta los 40 y otra distinta es morirse a los 95. Evidentemente, si contamos con más tiempo, las etapas vitales se descomprimen. Claro que esto último, por sí solo, no explica el fenómeno. Si fuera así, en un Uruguay sin crisis debería pasar más o menos lo mismo, pero todos sabemos que el envejecimiento uruguayo se debe a que muchos nos fuimos.
El asunto es más bien cultural; un poco aquello de "vive de tus padres hasta que te mantengan tus hijos". Entre tanto, el mejor plan de mis coetáneos es comprarse la última versión de la 'play station', salir de fiesta con los amigos o invitarte a lo que sea con mensajes en el celular. Textos onda: "Qdms a ls 8 xa tmr 1 kfe? Bss!", lo que viene a significar un "¿Quedamos a las 8 para tomar un café? ¡Besos!" Menos mal que tengo hermanos adolescentes y me lo explican todo. Que me perdone Rubén Darío por el título que elegí.
1 comentario:
Es cierto lo de la adolecencia que se perpetúa en muchos casos,especialmente en el caso de personas que no tienen pareja.Algunas son mas decididas y salen del nido paterno para aventurarse en otros lugares y ganarse la vida.Otras personas encuentran trabajo en su lugar de origen aunque sea de una categoría inferior a su cualificación profesional.
En mi caso empecé buscando muy fuerte allí donde hubiera y cuando encontre en mi ciudad me consolide pero quizá fue una decisión poco arriesgada.
Y a lo que preguntabas hasta cuando una persona es joven o se considera eso depende del sentimiento o de la mentalidad que se tenga y de la apertura de mente que hayamos ido adquiriendo con nuestras experiencias cotidianans.
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