26.6.08

Venecia de Película

«Nunca olvidaré la ciudad porque allí supe que seré abuela este año»

Como casi todo el mundo, Concha Velasco pensaba que Venecia era un destino romántico; un lugar para conocer de a dos. Y tan convencida estaba de ello que no dudó en escribirle a su ex marido, a sus amigos y a algún que otro pretendiente unos mensajes que versaban: 'Si me llevas a Venecia, soy capaz de cualquier cosa'. «Había estado varias veces en Italia, pero nunca en esa ciudad, con la que tenía una asignatura pendiente, una especie de obsesión», confiesa. De ahí «los mensajillos» que, a pesar de las promesas, no le dieron resultado.

«Ninguno me hizo caso, así que decidí ir yo sola. Había pasado algunos años con problemas personales y sentí que era el momento de viajar». Resignada a hacer el tour en solitario, Concha fue hasta una agencia de viajes y compró un paquete a su medida: «Quería ir a los mismos sitios que Catherine Hepburn en 'Locuras de Verano' y hospedarme en el famoso hotel Cipriani», relata. Pero cuando sus hijos se enteraron del plan, se sumaron a la aventura. «Ellos y sus novias; los cuatro», precisa la actriz.

Por supuesto, no era el viaje de amor con el que había soñado, «pero fue muy bello -asegura-, pues ocurrió algo muy especial: mi hijo Francisco y su novia me dieron la noticia de que serán padres... ¡allí me enteré de que voy a ser abuela en noviembre!», adelanta con un tono que rebosa felicidad. «Como te podrás imaginar, de todos los viajes que he hecho, éste fue el que me dejó la huella más profunda».

Arropada por sus hijos y sus nueras, Concha navegó por los canales venecianos, caminó por las callejuelas y conoció la Plaza de San Marcos; un enclave «espectacular». «Es igual a lo que ves en las películas. No está en obras ni la están restaurando. Es genuina, como el resto de la ciudad, con sus góndolas y sus canales. Todo es tal cual se ve en la pantalla y creo que por eso me gustó. Tantas veces la había visto en el cine que, al llegar, sentí que había estado allí siempre».

El viaje se desarrolló en Semana Santa, una época del año «complicada» por la presencia masiva de turistas, pero «fantástica» porque ofrece experiencias irrepetibles. Por ejemplo, ir a misa en la basílica de San Marcos, el principal templo católico de la ciudad que, además, «está cargado de historia». Nada menos que 1180 años de aportaciones artísticas, humanas y arquitectónicas.

Pero Concha supo también rendirle culto a los cócteles; en especial, al 'Bellini', inventado por Ernest Hemingway. «En realidad, los probamos todos y son deliciosos -dice-. Eso sí, mi recomendación es que vayas acompañado por alguien que te sostenga al salir», agrega entre risas. «La verdad, fue un viaje increíble y todo salió de maravillas. Volví a mi casa en Madrid llena de felicidad, convencida de que Venecia me había estado esperando para vivirla así, con mis hijos, que me consintieron en todo, y con esa gran noticia».

Para Concha Velasco, hay tres paradas obligadas en Venecia: la Plaza de San Marcos, el Hotel Cipriani (donde se come muy bien) y el bar Harry's, en la calle Valleresso, donde se bebe mejor. «El hotel y el bar son un poquito caros, pero valen la pena. No te puedes ir de allí sin probar el famoso 'Bellini' de Hemingway», dice.

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