Más de 60 chavales procedentes de Medellín ofrecerán un concierto benéfico en Bilbao para «combatir la violencia con cultura», adelanta la psicopedagoga Libia Solorzano.
A partir de esta semana, los colombianos residentes en Euskadi celebrarán el bicentenario de la independencia de su país con una serie de actividades que empezarán por todo lo alto. El miércoles por la tarde, la Banda Sinfónica Infantil y Juvenil de La Ceja ofrecerá un concierto en el Conservatorio de Música de Bilbao. Los 62 chavales que componen esta agrupación vienen de Medellín (una ciudad hermanada con la capital vizcaína), tienen entre 12 y 21 años y un talento que, el año pasado, les convirtió en ganadores del festival musical de Antioquía.
La carta de presentación es buena, aunque falta añadir un detalle: todos estos chavales proceden de barrios marginales con tasas de delincuencia muy elevadas y han logrado construir una realidad diferente, lejos del vandalismo y las drogas, gracias a los planes de fomento a la cultura. «La idea es cambiar bandas de sicarios por bandas de música», resume la psicopedagoga Libia Solorzano, que colabora con la asociación ASOCOLVAS en la organización del evento.
Por esa razón, el colectivo colombiano vive el certamen como una doble fiesta. Además del espectáculo en sí, que se enmarca en la celebración del bicentenario, la recaudación de las entradas se destinará a instaurar otra escuela de música en la ciudad de Cali para combatir la violencia con cultura. «La iniciativa en Medellín ha dado grandes resultados y queremos reproducirla en otras ciudades del país -explica Libia-. No se trata sólo de recordar una fecha importante con música, sino de que el evento tenga un fondo social».
Para ella, que vive aquí desde hace nueve años, los proyectos de este tipo, que involucran esfuerzos institucionales a ambos lados del Atlántico son fundamentales para estrechar los lazos sociales. «Siempre he destacado la calidad humana de los vascos, la calidez de las personas y su carácter acogedor, pero también depende de nosotros cambiar la percepción que hay sobre nuestro país», dice.
En ese sentido, Libia destaca que «es importante derribar el estereotipo negativo» que recae sobre la mujer inmigrante en general, la latinoamericana en particular y la colombiana en concreto. «Hay muchísimas personas con experiencia sociopolítica y talento humano que pueden aportar infinidad de beneficios a la sociedad de acogida», remarca.
Imaginario colectivo
«En el imaginario colectivo, parece que somos una carga, que sólo venimos a vivir de las ayudas, pero eso no es real. Uno de los requisitos para renovar los permisos de residencia y tener los 'papeles' en regla es aportar a la Seguridad Social, y eso supone estar trabajando», razona Libia, que vino a Euskadi a estudiar y, cuando decidió quedarse en Bilbao, prefirió «hacer las cosas bien». Inició los trámites de residencia y volvió a Medellín mientras se aprobaban.
«En el imaginario colectivo, parece que somos una carga, que sólo venimos a vivir de las ayudas, pero eso no es real. Uno de los requisitos para renovar los permisos de residencia y tener los 'papeles' en regla es aportar a la Seguridad Social, y eso supone estar trabajando», razona Libia, que vino a Euskadi a estudiar y, cuando decidió quedarse en Bilbao, prefirió «hacer las cosas bien». Inició los trámites de residencia y volvió a Medellín mientras se aprobaban.
Tenía claro que «no quería quedar en una situación irregular o de vulnerabilidad legal». Y, también, que «si dejaba su país sería para mejorar, no para estar lejos, sola y de cualquier manera». Aunque los proyectos migratorios son personales y pueden variar mucho, en su caso había unas prioridades muy claras. «No vine por dinero; ya tenía trabajo en Colombia. Vine por la cultura y para ampliar mis conocimientos profesionales», afirma.
Buena parte de ese recorrido lo ha cumplido vinculándose a iniciativas como la que tendrá lugar este miércoles. «He vivido la primera etapa de la inmigración en el País Vasco y veo que ha habido avances, pero aún queda mucho por hacer, tanto aquí como en los países de origen. Por ello celebraremos los 200 años de la independencia de Colombia con jóvenes talentos de nuestro país y, también, valorando el papel que desempeñan algunos residentes en Euskadi», adelanta. Por lo pronto, mañana, a las 18.00 horas, habrá un 'aperitivo' informal de lo que será el concierto: una muestra al aire libre, en la explanada del Arriaga.
8 comentarios:
Me parece el colmo este tipo de comentario!
O sea que acá en Colombia la única forma de salir a delante es ser desmovilizado o dejar las drogas?
La banda sinfónica de La ceja! es una banda de un municipio de Antioquia, que lo conforman jóvenes normales de diferentes colegios, universidades entre otros; ninguno de ellos es drogadicto ni mucho menos SICARIO, aparte si hubiese sido una banda de margines tal vez hasta nos hubiesen prestado mas atención.
En resumen no falto añadir ese detalle, mas bien nunca ha existido, cuando vayan a hacer ese tipo de publicaciones es mejor que indaguen mas sobre las personas de las cuales están hablando y no las hagan quedar como unos ex-delincuentes o mas bien no hacen el comentario y dejan de difamar a las personas.
Soy profesional en Trabajo Social y soy del Municipio de La Ceja, Antioquia (COLOMBIA) y para la autora de este artículo, me parece que tiene una información errada, ya que todos estos muchachos son excelentes personas y jóvenes que por el contrario provienen de familias bien conformadas y prestigiosas de esta hermosa población. A todos los integrantes los conozco y soy además hermana de uno de ellos (RICARDO LÓPEZ MARULANDA - TROMPETISTA), Profesional graduado en la Universidad de Antioquia. Y una sobrina, estudiante de grado 8º, colegio salesiano y un excelente músico. Y para ella (Libia Solórzano), el imaginario de nuestro presidente ALVARO URIBE, cuando inició este proyecto en Medellín, siendo Gobernador de Antioquia, ese fue el argumento principal, pero los muchachos y jóvenes de La Ceja, que estuvieron en Bilbao, NO SON DROGADICTOS, NI SICARIOS. Por favor respete. Marisol López Marulanda.
Señora Libia... que comentario tan de mal gusto. Después de tantos preparativos e ilusiones de no solamente de los jóvenes, sino de sus familias y de todo el municipio, y de todo el departamento y de todo un PROYECTO SERIO CON LA MÚSICA, como es posible que deteriore la imagen y la dignidad de COLOMBIA.
Le pido el favor rectificar y averiguar primero quienes son y quien los dirige y acompaña -Maestro JUAN FELIPE ARIAS VILLA-.
Indignante e IGNORANTE su artículo. Se nota por encima su falta de profesionalismo y seriedad, realmente nada se gana con decir cosas que no tienen nada de ciertas y con el hecho de hacer quedar así a estos jóvenes talentosos que provienen de familias decentes y formadas.
Respete, infórmese y por favor, Madure.
Buenos días a todos los que han comentado la nota. Soy Laura, la autora, y ante todo les agradezco el tiempo que han dedicado en leerla y reflexionar sobre ella.
Lamento que haya sentado mal el tema de las drogas y la violencia. Nada más lejos de mi intención. En ningún momento he querido decir que los chicos de la banda son ex drogradictos o delincuentes. Y, de hecho, en ningún momento lo he dicho.
Lo único que se dice en la nota es que la ciudad tiene una tasa de delincuencia importante y que este tipo de proyectos funcionan como una alternativa para que los jóvenes no sigan el camino de la violencia, nada más.
En cuanto a la especificidad de los barrios de cada niño... qué decir. El artículo y su contenido es fruto de una larga charla con la protagonista, en la que también estuvo presente el presidente de ASOCOLVAS.
Pido disculpas a quienes se hayan sentido agraviados de algún modo con el texto, aunque reitero que, lejos de desprestigiar a la iniciativa, la banda o los jóvenes que la componen, el objetivo es justamente el contrario.
Un saludo para Tutti, Marisol y Docente. Gracias por las críticas constructivas. También saludo a quien firma como anónimo, aunque no tomo en cuenta su comentario. Prefiero que los consejos de respeto y madrurez me los dé alguien con nombre y apellido.
Respetuosamente me dirijo al administrador de este blog... es evidente Señora Laura Caorsi... usted debe reconocer que esta desinformada... que usted confunde la ciudad de Medellín, con el municipio como La Ceja... son dos urbes bien diferentes... aunque cercanas, históricamente con desarrollos y acontecimientos diferentes...
Reitero mi respeto por su derecho a opinar y publicar lo que usted crea conveniente dentro de su blog, y aún, en cualquier medio. Pero usted se debe retractarse por utilizar información sin fundamento, información irreal y falsa, que puede ser interpretada de manera negativa por cualquier lector (internauta). No por su intención, que no dudo parece ser bien intencionada (el de informar el hecho novedoso¡¡). Me refiero concretamente a: "todos estos chavales proceden de barrios marginales con tasas de delincuencia muy elevadas y han logrado construir una realidad diferente, lejos del vandalismo y las drogas, gracias a los planes de fomento a la cultura". Esta aseveración es una mentira. Esto viola su propio derecho (y solo el suyo) a contar realidades y atenta contra la moral de de esos jóvenes músicos.
Si bien, no trato con este simple comentario, disculpar los índices de violencia en Colombia. En el caso concreto de su publicación no es Colombia, ni aún Medellín (como erróneamente usted cree). Es el del La Ceja, y directamente la historias detrás de cada uno de los músicos de la Banda del Municipio de La Ceja. Ellos no vienen de esa ciudad irreal que su imaginación plantea, con barrios marginales, llena de violencia y drogas. Por el contrario aquí, en La Ceja, se cultivan flores y se exportan... aún sus calles huelen a pueblo... hay músicos y música de todas las clases... hay poetas y escultores... científicos y letrados... ricos y pobres, gente humilde y bonita... este no es el espacio para recrearle una imagen literaria y mental... ...a veces las situaciones son difíciles y enrarecidas por falta de oportunidades y opciones "en La Ceja"... pero nada parecido con lo que usted cree y relata dentro de su blog.
Por ello, usted le debe una disculpa a los músicos de La Ceja o al menos una corrección de su blog, una retractación... y la invito a conocer La Ceja, en el departamento de Antioquia... no se quede con la imagen errada y fantasiosa.
Fuerte abrazo,
Wilmar M.
Han interpretado mal mis palabras, soy la persona que entrevistaron para este articulo, libia, pido disculpas por la mala interpretacion de los hechos, en ningun momento dije que la banda de musica estuviera conformada por delincuentes ni mucho menos, lo que dije es que el arte, la educacion y las expresiones artisticas forman otras mentalidades en los jovnes que los aleja de formar parte de bandas de delincuencia o de la droga y que por ello se viene apostando desde hace tiempos en todo el departamento de antioquia, es dar otras alternativas de desarrollo humano solo que en una entrevista a uno le preguntan unas cosas y ellos acomodan las cosas como creen que son, y de verdad tampoco se resalta que hagan parte de esos grupos si no esta mal interpretado el artciculo.
gracias libia
Libia,
Me sorprende tu frase: "en una entrevista a uno le preguntan cosas y ellos acomodan las cosas como creen que son".
Y me molesta, la verdad, porque yo no 'reacomodé' nada de lo que tú me contaste, porque fui fiel a la charla y porque, como dije antes, jamás escribí que la banda de música estuviera conformada por ex drogadictos o delincuentes.
Una cosa es que la elección de mis expresiones haya sido poco afortunada, que no se entiendan bien o que un lector quiera ver en ellas cosas negativas que no hay.
Otra cosa es que tú, que hablaste conmigo, sugieras que los periodistas hacemos los que nos da la gana y ponemos las cosas donde mejor nos parece. No es así. Por lo menos, en lo que a mí respecta. Y lo sabes.
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