El 31 de diciembre se acaba el año, pero no el mundo. Aunque es una fecha especial, de celebración, reuniones y fiesta, también es un día más; uno como cualquiera. Y por ello, hay personas que trabajan en Nochevieja. Unas lo hacen para que otras puedan divertirse. Otras, para que todo funcione con normalidad. Y también hay personal de guardia, por si ocurre alguna eventualidad. En cualquier caso, mientras la mayoría de los ciudadanos alza una copa, brinda con sus amigos, saluda a los vecinos o se enfrenta al reto de las uvas, no son pocos quienes reciben el año en solitario o con sus compañeros de faena porque escuchan las campanadas en sus puestos de trabajo.
Personal sanitario
Nochevieja. Bien lo saben, entre otros, los médicos de urgencias, los enfermeros de planta, los conductores de ambulancias, los cirujanos, las matronas, los traumatólogos y los obstetras. Además del cuidado de los enfermos que ya están hospitalizados, hay un sinfín de actividades sanitarias que no se interrumpen en esta fecha. En especial, las que están relacionadas con las urgencias. Los accidentes, los infartos o los partos no obedecen al calendario, ni tienen hora y lugar, sino que ocurren. Por esa razón, cientos de profesionales de la salud de todas las especialidades deben estar de guardia en las ambulancias o en los centros sanitarios de las grandes ciudades y los pequeños pueblos.
Agentes de seguridad
Otros oficios donde no hay tregua están relacionados con la seguridad, tanto a nivel ciudadano como en el ámbito privado. Todos trabajan también esta noche. Bomberos -que deben estar de guardia para responder a cualquier emergencia-, funcionarios de prisiones -que no pueden dejar sin vigilancia a los recintos penitenciarios-, escoltas y militares no reciben el año en familia, sino dedicados al trabajo. En el caso de los militares, cabe destacar los que se encuentran lejos, destinados en misiones que tienen lugar en diversas partes del mundo. Por citar un caso concreto, sólo en Afganistán, el contingente español está formado por 1.070 efectivos.
En la esfera empresarial o privada también hay empleados de seguridad que están de guardia en Nochevieja. ¿Un ejemplo? Los que trabajan en las empresas de alarmas, tanto en los coches de respuesta como en la central donde se monitorizan las señales que llegan.
Operarios de mantenimiento
En este apartado caben muchas personas y oficios. Y un buen método para visualizarlos es pensar en ámbitos municipales y provinciales. Además del personal sanitario y de seguridad, hay muchos otros profesionales que deben trabajar en la noche del 31 para que las ciudades funcionen con normalidad a pesar de cualquier contratiempo o festividad. Los suministros de agua y energía (tanto de gas como eléctricos) son de primera necesidad y resultan indispensables para la vida cotidiana. Por este motivo, en las empresas privadas y los servicios públicos se cuenta con cuadrillas de guardia cuya función primordial consiste en reparar posibles desperfectos, desde una fuga de agua en la acera hasta el corte de luz en un barrio o zona de la ciudad.
Tráfico
La vía pública y, en particular, los desplazamientos en coche ocupan a un buen número de personas en Nochevieja. Los conductores de grúas y máquinas quitanieves acaparan el protagonismo -sobre todo en días con climatología adversa, que propician atascos, averías y accidentes-. Pero hay otras tareas que requieren atención, como las taquillas de los peajes, donde trabajan decenas de personas, o las salas de control de tráfico de la DGT, que vigilan el estado vial de las grandes ciudades. Es una noche en la que se producen muchos desplazamientos en coche dentro de la ciudad y suele haber bastantes incidentes, como señalan desde el Departamento de Tráfico de una empresa de tecnologías de la información que provee de soluciones y servicios a este sector.
Personal de transporte urbano y estatal
Al margen de los coches particulares hay otras formas de desplazarse, y en todas ellas habrá un operario o conductor que trabaje el 31 por la noche. Es el caso de algunas redes de metro (no todas), que mantienen sus horarios habituales de servicio y donde la única modificación pasa por la cantidad de accesos abiertos a los andenes. Menos puntos de acceso suponen menos personal de guardia.
Al margen de los coches particulares hay otras formas de desplazarse, y en todas ellas habrá un operario o conductor que trabaje el 31 por la noche. Es el caso de algunas redes de metro (no todas), que mantienen sus horarios habituales de servicio y donde la única modificación pasa por la cantidad de accesos abiertos a los andenes. Menos puntos de acceso suponen menos personal de guardia.
El ejemplo más extremo de esto se encuentra en el kilómetro cero de España, la Puerta del Sol, donde las entradas a la red de metro se cierran entre las 21.00 y las 00.30 horas, coincidiendo con la celebración de las campanadas. Los trenes también mantienen sus horarios, hay servicios de autobuses de emergencia y, por supuesto, taxis. Las personas que los conducen mantienen comunicada a la ciudad y, en el caso de los taxistas, aunque merma la cantidad de coches disponibles, estas fechas son una buena oportunidad para hacer algo de dinero extra. Eso sí: el brindis con la familia y el festejo con los amigos se adelanta, se pospone o se cancela.
Personal de transporte internacional
Aunque los vuelos domésticos no suelen concentrarse en las madrugadas, los hay, y alguien tiene que pilotarlos. No sólo eso. Es necesario que haya personal tras los mostradores de las compañías, profesionales que facturen las maletas, que expidan los billetes, que controlen el equipaje y el acceso de los pasajeros. Además de personas que cumplan la función de asistente de vuelo y atienda a las personas que acaban de embarcar. Este esquema se magnifica cuando se trata de vuelos internacionales donde, además de todos estos oficios, hay que contar al personal de aduanas y al que revisa la documentación, los visados y los pasaportes. Además, no hay que olvidar al resto de trabajadores de los aeropuertos, desde los controladores aéreos -sin los cuales no podría despegar ni aterrizar ningún avión-, hasta los acomodadores de equipaje, los conductores de vehículos en pista, los mecánicos, los empleados de las empresas de catering, los dependientes de las tiendas y los bares y los encargados de recargar combustible, entre otros.
Aunque los vuelos domésticos no suelen concentrarse en las madrugadas, los hay, y alguien tiene que pilotarlos. No sólo eso. Es necesario que haya personal tras los mostradores de las compañías, profesionales que facturen las maletas, que expidan los billetes, que controlen el equipaje y el acceso de los pasajeros. Además de personas que cumplan la función de asistente de vuelo y atienda a las personas que acaban de embarcar. Este esquema se magnifica cuando se trata de vuelos internacionales donde, además de todos estos oficios, hay que contar al personal de aduanas y al que revisa la documentación, los visados y los pasaportes. Además, no hay que olvidar al resto de trabajadores de los aeropuertos, desde los controladores aéreos -sin los cuales no podría despegar ni aterrizar ningún avión-, hasta los acomodadores de equipaje, los conductores de vehículos en pista, los mecánicos, los empleados de las empresas de catering, los dependientes de las tiendas y los bares y los encargados de recargar combustible, entre otros.
Teléfonos de interés:
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea(Aena):902 404 704
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Guías turísticos y personal de hoteles y cruceros
Las vacaciones de invierno representan, para muchos, la oportunidad de viajar. Y allí donde haya un turista, habrá un guía, un trabajador del sector de la hostelería o un empleado a bordo de un crucero. Cuando una pareja, una familia o un grupo de amigos decide recibir el año en otro país o a bordo de un barco, la maquinaria del sector turístico se pone en marcha. Y con ella, sus operarios. Los guías turísticos que acompañan a los viajeros en estas fechas, pasan la Nochevieja en la ciudad a la que han sido destinados. Los empleados de los hoteles, desde el conserje y las asistentes de planta hasta quienes cocinan y los camareros, también están de servicio.
Quizá sean menos de los habituales, pero siempre se forma una cuadrilla de servicios mínima para atender a los huéspedes. En cuanto a los cruceros... se dice que son ciudades flotantes, y es cierto porque, dada la variedad de servicios, engloban todo lo anterior. Aunque la tripulación puede ser más o menos numerosa en función del tamaño del barco y de la cantidad de pasajeros, ronda las trescientas personas, o incluso más. Aquí hay que contar, además del capitán, a los marineros, los técnicos e ingenieros que mantienen el buque en marcha. Y también hay que sumar a todo el personal del alojamiento, la restauración y el entretenimiento. Todos ellos reciben el nuevo año en su puesto de trabajo.
Empleados de hostelería y restauración
Al igual que los cruceros, los cotillones de fin de año constituyen un buen ejemplo de quienes trabajan en este sector de servicios. Camareros, cocineros y personal de limpieza son muy demandados para esta fecha; incluso de modo puntual. En el terreno de la hostelería, muchas ofertas de trabajo son de carácter temporal y están dirigidas a personas con experiencia que tengan interés en trabajar en días de fiesta. Para quienes no tienen familia, suele ser un buen plan, ya que la contraprestación por estar de servicio de noche y en una fecha festiva es un incremento en el sueldo. El incentivo monetario compensa. A estos roles profesionales -ligados a la restauración- hay que añadir también los oficios relacionados con el alojamiento y la recepción de huéspedes, desde los conserjes a los aparcacoches.
Al igual que los cruceros, los cotillones de fin de año constituyen un buen ejemplo de quienes trabajan en este sector de servicios. Camareros, cocineros y personal de limpieza son muy demandados para esta fecha; incluso de modo puntual. En el terreno de la hostelería, muchas ofertas de trabajo son de carácter temporal y están dirigidas a personas con experiencia que tengan interés en trabajar en días de fiesta. Para quienes no tienen familia, suele ser un buen plan, ya que la contraprestación por estar de servicio de noche y en una fecha festiva es un incremento en el sueldo. El incentivo monetario compensa. A estos roles profesionales -ligados a la restauración- hay que añadir también los oficios relacionados con el alojamiento y la recepción de huéspedes, desde los conserjes a los aparcacoches.
De interés:
Paradores de Turismo
Paradores de Turismo
Músicos, pinchadiscos y técnicos
Nochevieja es sinónimo de fiesta, tanto en salas y discotecas como en pubs y restaurantes. En estos recintos, además del personal de hostelería, muchas otras personas trabajan; entre ellas, decenas de pinchadiscos, que animan los festejos en todos los rincones del país. Al igual que los DJ, cientos de músicos profesionales despiden el año sobre pequeños y grandes escenarios. Y, en este último caso, no están solos. Cuando se trata de ofrecer un concierto, los músicos y los cantantes comparten trabajo con los técnicos de iluminación y sonido, el personal de seguridad y el personal de transporte de los instrumentos y los equipos.
Nochevieja es sinónimo de fiesta, tanto en salas y discotecas como en pubs y restaurantes. En estos recintos, además del personal de hostelería, muchas otras personas trabajan; entre ellas, decenas de pinchadiscos, que animan los festejos en todos los rincones del país. Al igual que los DJ, cientos de músicos profesionales despiden el año sobre pequeños y grandes escenarios. Y, en este último caso, no están solos. Cuando se trata de ofrecer un concierto, los músicos y los cantantes comparten trabajo con los técnicos de iluminación y sonido, el personal de seguridad y el personal de transporte de los instrumentos y los equipos.
Presentadores de televisión y periodistas
En este ámbito, al plantear quiénes trabajan en Nochevieja, es casi imposible olvidar el glamour de los presentadores que acompañan las famosas campanadas. Sin embargo, aunque ellos no comen las uvas junto a sus familias, están rodeados por muchos otros compañeros de trabajo, desde técnicos de sonido, especialistas en iluminación y cámaras, hasta maquilladores, estilistas y encargados de vestuario. Algo parecido ocurre con los periodistas y fotógrafos; en especial, con los que trabajan para agencias de noticias o llevan alguna corresponsalía.
Call Centers, aseguradoras y servicios de atención al cliente
Tanto en las centralitas como en los servicios de atención al cliente, numerosos operarios y operadores "invisibles" trabajan en Nochevieja. En este entorno hay dos tipos de profesionales que trabajan los días de fiesta: los agentes que recogen las llamadas y el personal que mantiene la maquinaria en marcha. Entre los primeros están, los agentes de los call centers de siniestros, que están toda la noche atentos por si se rompe una tubería o la caldera en casa y empieza a hacer frío, o el cliente tiene un accidente con su coche.
Detrás de estas personas están los técnicos, pendientes del móvil y del portátil por si se caen las máquinas, o el servicio automático para dar de alta una avería, o si falla el casco o el teléfono de un operador. En esta misma línea, también trabajan las aseguradoras, los bancos (con todos sus servicios automáticos para mandar dinero) y los teleoperadores de contenidos de televisión (como los que gestionan los sistemas de televoto de los concursos). Todos ellos responden a dos perfiles: el agente mileurista, que para hacer un poco más de caja, se queda en Nochevieja, y los técnicos encargados de mantener los servicios.
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