28.3.11

"Los diálogos interculturales derriban mitos y prejuicios"

«Cuando hablas con otra gente en un clima de cordialidad hallas semejanzas y te enriqueces con nuevos enfoques», afirma la psicóloga Norma Vázquez. Este jueves, en el Aula de Cultura de Villamonte (Algorta), tendrá lugar una nueva edición de los Diálogos Interculturales entre Mujeres, una iniciativa de intercambio y reflexión conjunta impulsada por el Servicio de Igualdad del Consistorio getxotarra. La reunión, en la que participarán mujeres extranjeras y vascas, abordará en esta ocasión el tema de la autoestima y el empoderamiento, dos cuestiones que evidencian «que aún queda mucho camino para alcanzar una igualdad real».


Y es que «las igualdades no corren parejas en todas las áreas», indica Norma Vázquez, la psicóloga mexicana que dinamizará el próximo encuentro. «Aunque hemos mejorado mucho en cuanto a la participación social, el terreno laboral sigue siendo tan difícil como el ámbito de la familia, donde también hay dificultades». ¿La razón? «Que las expectativas que tenemos sobre la convivencia y el amor no han cambiado tanto. Las mujeres -observa- seguimos depositando gran parte de nuestra valía en las relaciones de pareja».


Los diálogos interculturales, que se celebran todos los meses, han sido concebidos por la Escuela de Empoderamiento para pensar y conversar sobre estos aspectos, que «son comunes a todas las mujeres», más allá de sus diferencias étnicas, culturales o académicas. «Cuando hablas con otras personas en un ambiente contenido y cordial eres capaz de encontrar semejanzas y enriquecerte con los distintos enfoques de un tema. Al compartir ideas y vivencias, y al escuchar con atención las opiniones de las demás, tienes la oportunidad de discutir cosas como el etnocentrismo o la supuesta superioridad cultural».


Norma señala que el simple hecho de escucharse permite descubrir que la realidad es más compleja, rica, diversa e interesante de lo que se cree. «Muchas veces se asocia a la mujer extranjera con la sumisión y la falta de estudios -dice a modo de ejemplo- pero esa idea no se ajusta al escenario actual». Un escenario que «se puede cuestionar porque no migran las mujeres más sumisas, sino las más fuertes. La importancia de los diálogos interculturales es que derriban mitos y prejuicios», apostilla.


Los estereotipos ligados a la procedencia o la cultura no son los únicos que acaban cayendo en estos encuentros. También caen otros, como los que están relacionados con la violencia machista. «No existe la típica mujer maltratada ni hay un único perfil, aunque tendamos a pensar que siempre son personas de bajos recursos, con varios hijos, sin estudios e incapaces de mantenerse por sí mismas», expone esta psicóloga de Monterrey, especialista en violencia contra las mujeres.


En su opinión, los casos de agresión no tienen tanto que ver con la nacionalidad, sino con la manera en que se constituye una pareja. «Muchas personas sostienen situaciones que no son sanas y soportan la crueldad en la pareja por miedo». Está el miedo al qué dirán, a la incertidumbre, a estar sola, a defraudar a la familia... Y en cada mujer eso incide de un modo distinto».


Falta de garantías legales

«La decisión de hacerlo público es difícil. Todavía se oyen frases de disculpa que excusan a los maltratadores diciendo que 'los hombres son así', que 'tienen carácter fuerte' y que 'no te lo tomes en serio'; unas respuestas que se parecen mucho a la visión de nuestras abuelas. Incluso cuando reflexionamos sobre este problema, lo enfocamos mal. La pregunta no es por qué hay mujeres que se dejan maltratar, sino por qué hay hombres que maltratan». ¿Y la respuesta? Tan sencilla como aplastante: «Lo hacen porque pueden y porque no todas las culturas condenan igual las actitudes violentas. En algunas, las mujeres somos más prescindibles; cambia la conciencia de derecho y no hay tantas garantías para denunciar a los agresores».

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