27.7.10

Cómo proteger la casa en vacaciones

Planificar bien la partida es la clave para evitar incidentes en el hogar durante las ausencias de verano

Ausentarse de casa durante varios días o semanas aumenta las probabilidades de que ocurran contratiempos. Además de los robos, que se incrementan de manera notable en verano, hay otros problemas asociados. Uno de ellos es que, al no haber nadie en el hogar, las pequeñas incidencias pueden transformarse en catástrofes domésticas. ¿Un ejemplo? Las fugas de agua: no es lo mismo hacer frente a la rotura de una cañería de inmediato, que paliar sus consecuencias al cabo de un mes. Para evitar sorpresas y disgustos, la solución no es quedarse en casa, sino planificar bien la salida.
Suministros
Más allá del ahorro energético y de dinero, cortar de manera selectiva las llaves de luz, agua y gas evita unos cuantos problemas.
  • Agua: cerrar la llave general es la mejor opción, tanto por los goteos y las fugas que pueda haber en las instalaciones sanitarias, como por los cambios repentinos de presión, capaces de dañar la resistencia de los grifos y las cañerías. De este modo se previenen las pequeñas pérdidas y, también, los desbordamientos de agua que pueden dañar la estructura de la vivienda, el mobiliario y afectar a los vecinos.
  • Gas: al igual que sucede con el agua, conviene cerrar la llave general o apagar la caldera. El suministro debe interrumpirse por completo. Si se utilizan bombonas de butano, tienen que quedar cerradas y, en lo posible, fuera de la casa para minimizar los daños en caso de fuga. No obstante, por seguridad, está prohibido almacenar más de dos bombonas en el hogar.
  • Luz: lo más fiable es cerrar la llave general, aunque eso impedirá que funcionen ciertos dispositivos, como los timbres, los teléfonos y los contestadores. Por esta razón, algunas empresas de seguridad recomiendan no cortar el suministro de la luz por completo. En las viviendas con sistemas nuevos y cuadros eléctricos diversificados, esto es más sencillo. En los hogares con instalaciones antiguas, no tanto. La solución, además de una medida de seguridad aplicable en todos los casos, es desenchufar los electrodomésticos y las lámparas, excepto los aparatos que se quieran dejar en funcionamiento: así se evitarán daños por picos de tensión. Conviene vaciar, limpiar y desconectar la nevera, ya que un corte de luz prolongado puede estropear los alimentos, causar malos olores y atraer insectos al hogar.
Estructura
Es habitual que quienes utilizan el coche para irse de vacaciones lo lleven al taller antes de partir. La idea es ponerlo a punto y arreglar los desperfectos para evitar percances. La misma rutina puede aplicarse al hogar. No hay que acometer reformas faraónicas en las semanas previas a un viaje, sino cerciorarse de que todo funciona bien. Resulta de gran utilidad revisar puertas y ventanas, grietas en los techos y en las paredes, humedades en la estructura u obstrucciones en los desagües.

En las viviendas con jardín, balcón o terraza, hay que vigilar que no queden macetas sin sujeción, toldos desplegados o mobiliario ligero suelto, ya que una ráfaga fuerte de viento podría desplazarlos de su sitio y causar estropicios serios.

Higiene
Así como es preferible dejar la nevera limpia y vacía, también es imprescindible que no queden alimentos perecederos en casa, ni paquetes abiertos ni basuras. A menudo, con las prisas del viaje y los asuntos de última hora, se queda algo sin fregar, vajilla en el lavaplatos, fruta en alguna cesta o comida en el horno.

También es usual olvidarse de la basura, en especial, de los envases plásticos que en apariencia no suponen un problema, pero que conservan restos orgánicos. Todos estos elementos, además de descomponerse, son fuente de alimento para insectos, roedores y cucarachas. Conviene, además de revisar estas cuestiones puntuales, hacer una limpieza a fondo en el hogar y aprovechar que no habrá nadie en casa para aplicar insecticidas.

Seguridad
La incidencia de los robos se multiplica durante el verano. Según datos policiales, cuatro de cada diez hurtos tienen lugar en esta época del año. Casas deshabitadas, edificios vacíos y ciudades con poca gente incentivan a los amigos de lo ajeno a cometer sus fechorías. La primera regla para combatir esto es muy simple: hay que verificar que todas las vías de acceso a la vivienda están cerradas con candados, llaves y cerrojos. Aunque el consejo resulta obvio, no es raro que quede alguna puerta, ventana o tragaluz sin asegurar, sobre todo, cuando en la casa viven varias personas y es más difícil organizar la partida. Por ello es conveniente que, al salir, un miembro de la familia se encargue de revisar las aberturas con detenimiento mientras el resto espera fuera.

Los elementos de seguridad, como las cerraduras, las rejas y las alarmas, disuaden a los ladrones, pero no son las únicas barreras. Tan desalentador como un inmueble protegido es una vivienda donde hay gente o, al menos, donde parece haberla. Una serie de trucos útiles se relacionan con las apariencias y la información que se aporta.

  • Apariencias. Hay señales muy claras de que una casa está deshabitada, como las persianas bajadas por completo o la correspondencia acumulada en el buzón. Sólo este último indicador permite determinar, con un simple vistazo, dónde hay gente y dónde no en un edificio. Dejar la llave del buzón a algún amigo, pariente o vecino para que lo vacíe con regularidad resuelve este problema.
    En cuanto a las ventanas, es preferible dejar las persianas bajadas hasta una altura media, con las cortinas corridas, para generar dudas a los potenciales ladrones. Si se opta por cortar la electricidad de manera parcial, lo idóneo es comprar un enchufe temporizador, conectar a él una pequeña lámpara o una radio y programar los momentos del día en que se encenderá. De ese modo, simulará cierto movimiento en el interior de la vivienda. Otra opción es dejar las llaves de casa a alguien de confianza para que acuda de forma periódica.
    La tecnología es una gran aliada. Además de los enchufes programables, se puede solicitar a la compañía de teléfonos que desvíe a un móvil las llamadas entrantes al fijo de casa. De ese modo, cualquier persona que llame desconocerá que la vivienda está vacía.
  • Información. La mayor parte de las veces, con el entusiasmo de un viaje o unas merecidas vacaciones, se habla más de la cuenta. Da igual si es con un vecino, un comerciante del barrio, un compañero de trabajo o un amigo: nunca se sabe quién puede escuchar o retener los datos y las fechas que se aportan. Hay que ofrecer la menor cantidad de información posible y a un escaso número de personas. Es preferible hablar sobre el viaje y mostrar fotos a la vuelta. La recomendación es fundamental para los adolescentes y para quienes utilizan redes sociales: no conviene publicar en Internet el lugar de destino ni las fechas. Siempre es conveniente compartir esa información al regreso.
Organización
Organizarse antes de partir es fundamental, no sólo en cuanto a las maletas o a los documentos necesarios para el viaje. Para marcharse con tranquilidad, conviene confeccionar una lista con todas las revisiones que deben hacerse antes de partir: luz, agua, ventanas, basura... A medida que se verifican, se marcan en el papel. Es el modo más simple de recordar y seguir todos los pasos importantes.

Es útil llevar anotados los teléfonos de algún vecino y, si es posible, dejar un juego de llaves a alguien responsable que pueda acercarse al hogar en caso de emergencia.

26.7.10

"La inmigración se ha convertido en sinónimo de delincuencia"

«Crecí hablando con personas de Europa; escucharlas era fascinante», afirma el músico ecuatoriano Eduardo Mena, residente en Euskadi desde hace 17 años



Eduardo Mena es músico. Lleva diecisiete años en Bilbao y tres al frente de Amaru, una iniciativa que busca promover la música andina y la fusión con otros estilos del mundo. El proyecto cuenta con 38 miembros habituales, varias agrupaciones y una decena de talleres orientados al crecimiento intercultural, un concepto que hoy está de moda, pero que él ha vivido desde que era un niño.
En Ecuador, su país de nacimiento, participaba en festivales y encuentros donde abundaban los artistas extranjeros. «Yo era un chaval y ese fue mi primer contacto con la diversidad -cuenta-. Crecí hablando con personas que procedían de otros lugares, sobre todo de Europa, y me contaban cosas de sus países. Escuchar sus historias me resultaba fascinante».
Los primeros viajes de Eduardo fueron imaginarios. Comprendió a través de aquellos relatos que había mucho por descubrir y no tardó en llevar su interés a la práctica. Un proyecto de la UNESCO, que enlazaba músicos de distintas nacionalidades, le dio esa oportunidad. «En total, pasé casi doce años viajando, aunque siempre regresaba a Quito».
Un festival de folk en Alemania fue la puerta de entrada a la cultura vasca. «Estaba allí y, de pronto, oí a un grupo de músicos hablando en castellano. Eran los únicos, aparte de nosotros, así que me acerqué. Estuvimos charlando un rato, me dijeron que eran vascos y me hablaron bastante de Euskadi. Después, actuaron y quedé maravillado con lo que hacían. Es muy rica la música autóctona de aquí».
Si bien aquello le cautivó y, de algún modo, le impulsó a venir al País Vasco, fue otra cosa la que consiguió enamorarle. «Volví a Ecuador y allí conocí a una mujer. Era vasca, nos hicimos amigos y... bueno, han pasado 17 años», resume Eduardo con una sonrisa. Casi dos décadas es tiempo más que suficiente para formar una familia y ver lo mucho que ha cambiado la ciudad.
«No sólo la ciudad -corrige-. La sociedad también ha cambiado. Cuando yo vine, no había tantos extranjeros. Éramos como bichos raros y teníamos menos derechos que ahora. Los títulos académicos, por ejemplo, no valían nada», recuerda. «Con el tiempo, eso ha mejorado, pero ha empeorado la percepción social sobre los inmigrantes. Ya no se nos considera personas con capacidad de enriquecer la cultura, sino mala gente. La inmigración, por desgracia, se ha convertido en sinónimo de delincuencia».
«Esa música de indios»
Eduardo reconoce que «parte de la responsabilidad la tienen los propios extranjeros», ya que «no todos vienen con idea de trabajar y salir adelante». En su opinión, la honradez personal no va ligada a su lugar de nacimiento. Sostiene que «es un error meter a todo el mundo en el mismo saco». Lamenta que «a muchas mujeres se las considere prostitutas sólo por ser sudamericanas. Una mujer sola, si es inmigrante, lo tiene difícil», apunta.

En cuanto al «desprecio cultural», señala que también se produce entre los propios extranjeros. «Muchos problemas los causamos nosotros al marcar diferencias entre los que tienen más y los que tienen menos, al comparar orígenes, formación o raza. Y ese es un problema muy grave», subraya.
Para ilustrar esto último, habla de la escuela de música andina que ha puesto en marcha en Bilbao. «El proyecto está dirigido a los niños. A todos los niños. Pero sólo asisten chavales vascos. En la clase no hay ni un solo pequeño de origen sudamericano. Y he oído cómo un padre le decía a su hijo que no le permitía apuntarse porque no valía de nada aprender 'esa música de indios'. ¿Te lo puedes creer?'.

Eduardo se queja de que su cultura y su música estén tan denostadas. Por un lado, porque es «un género milenario que vale la pena preservar». Por otro, porque «si sabes música, siempre podrás hacerle frente a la adversidad. Este instrumento -afirma señalando al charango- me lo ha dado todo. ¿Cómo no voy a difundirlo?», sostiene.

19.7.10

"Ir a una buena tienda de ropa y diseño es como ir a un museo"

La diseñadora de moda uruguaya Wendi Hauser Dupuy cambió su país por Euskadi hace un lustro y, tras compaginar varios trabajos, tiene su propia firma de ropa

Wendy Hauser Dupuy nació en Foz de Iguazú (Brasil) pero creció en Flores, un pequeño pueblo de Uruguay donde gran parte de la población es de ascendencia vasca y «la gente juega mucho al frontón. Recuerdo que en la escuela, cuando la maestra pasaba lista, casi todos los apellidos de mis compañeros eran como los de aquí, pero en aquel entonces, yo no tenía ni idea del origen, claro. Lo descubrí al venir a Bilbao», relata en una cafetería del Casco Viejo, uno de sus barrios favoritos.

Su llegada, en 2005, supuso un punto de inflexión importante. Si bien ya había viajado antes a otras partes del mundo y había vivido, incluso, un año en Estados Unidos, el motivo que la trajo hasta Euskadi fue de todo menos placentero. «Mi padre vivía aquí desde hacía algunos años y yo vine porque sufrió un infarto -cuenta-. Me subí al avión con un equipaje improvisado y sin saber en qué condiciones lo encontraría al aterrizar».
El susto dio paso a la calma y a una nueva contingencia que cambió el curso de las cosas: tras recuperarse de la dolencia cardíaca, el padre de Wendy fue intervenido de apendicitis. Por esa razón, ella decidió prolongar su estancia. No contaba con que, en ese tiempo, conocería a quien sería su chico.
«Confluyeron varias cuestiones -explica-. Además del estado de salud de mi padre o de que yo empezara una relación de pareja, el proyecto laboral que tenía en Uruguay se había quedado en pausa. Me iba bien con mis diseños, pero no podía vivir de ello porque todo lo que ganaba lo tenía que reinvertir», sintetiza esta joven creadora, que vio en su viaje a Bilbao la oportunidad de iniciar un cambio.
Y lo logró, aunque lo primero que cambió fue ella misma. «Vine con mil pájaros en la cabeza, como una niña malcriada. Desde el principio sólo pensaba en trabajar en lo mío, no contemplaba otra posibilidad... pero la realidad se encargó de centrarme. Nunca dejé de diseñar prendas ni de confeccionarlas. No obstante, al principio tuve que buscarme la vida como cualquiera y compaginar distintos trabajos», dice a modo de repaso.
En la actualidad, tiene su propia firma de ropa -Wën Häuser- y vende sus prendas en las tiendas multimarca de Euskadi donde apuestan por los jóvenes diseñadores. El año pasado ganó el concurso de moda y tendencias del Festival Jet Lag Bio , y ahora se plantea crear una colección entera para chicos. Parece ser que aquellos «pájaros en la cabeza» tenían claro el rumbo del vuelo.
Tango, fútbol y montañas
Otras cosas más personales han ocurrido en estos cinco años. Una de ellas es que, al estar lejos, se ha reencontrado con su identidad cultural. «Parece raro o contradictorio, pero no lo es -dice-. Cuando vivía en Uruguay, me aburría muchísimo el tango. Mi abuela lo cantaba todo el tiempo y a mí me parecía algo pesado. Tampoco hacía mucho caso de otras expresiones típicas, ni del folclore, ni del fútbol... Ahora eso ha cambiado. No sólo he visto todos los partidos de mi país en el Mundial; si escucho un tango, me emociono. Las letras, las melodías, todo lo que significan me llegan mucho más que antes».

Aun así, Wendy confiesa que el País Vasco la ha «enganchado». Además de la gastronomía, cuenta que el paisaje ha conseguido enamorarla. «Uruguay es un país llano, no tiene montes como los que hay aquí. Personalmente, me siento más contenida, más protegida con esta orografía. Tiene algo que me reconforta», señala.
Otro aspecto que la cautivó fue la arquitectura: tanto la moderna como la antigua. «Yo estudiaba los monumentos y las obras de arte de Europa en unos fascículos fotocopiados... ¿te imaginas el impacto al verlos de verdad?», pregunta, antes de agregar que Euskadi empieza a tener muy buenos locales de moda y tendencias. «Me gusta mucho el diseño alemán y siempre prefiero la creatividad a las marcas. Para mí, ir a una buena tienda de ropa y diseño es como ir a un museo. No hay nada que me guste más».




"Los antecedentes del infractor pueden incidir en la cuantía de las sanciones"

El pasado 25 de mayo entró en vigor la nueva Ley de Tráfico. Su prioridad es aumentar la seguridad vial, agilizar los procesos administrativos y lograr que los conductores sepan con mayor precisión cuáles son sus derechos y, también, sus obligaciones. Con esos propósitos en mente, la normativa ha introducido unos cuantos cambios con respecto a la anterior legislación. En las últimas semanas, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha repartido miles de folletos para informar a los ciudadanos de estas modificaciones, aunque no todo el mundo termina de aclararse con las novedades. En esta entrevista, el subdirector general adjunto de Normativa de la DGT, Javier Villalba, despeja las dudas.

La nueva ley endurece algunas sanciones y atenúa otras. ¿A qué se debe este cambio?
Se debe a que la prioridad hoy está puesta en la seguridad vial. La ley se adapta a sus requerimientos. Con respecto a las infracciones, el objetivo es dejar claro qué está prohibido y qué no. En ese marco, es importante tipificar como más graves las que están relacionadas con la seguridad vial. Por ejemplo, hace unos años, circular sin cinturón de seguridad era una infracción leve. Hoy, sin embargo, es grave. En contrapartida, la falta administrativa de circular con el carné caducado, que antes se consideraba grave, hoy es más leve.
En cuanto a las sanciones, el cambio es correlativo a esta política; se ha unificado el criterio. Desde 1990, las cuantías eran las mismas. Había aumentado el poder adquisitivo, pero no el monto de las sanciones. También había una gran dispersión: estacionar de manera indebida en Madrid no se sancionaba igual que hacerlo en Monforte de Lemos. Por eso se han establecido unas cuantías fijas que abarcan a toda España.
¿Cómo funciona la unificación territorial de las multas?
La idea es sencilla: a igual infracción, igual sanción. El objetivo es simplificar el mecanismo, y en esto hemos estado de acuerdo todos los organismos e instituciones públicas. No se puede marear al ciudadano y la forma de evitarlo es aplicar sanciones uniformes desde todas las administraciones.
Además del dinero, están los puntos. ¿Por qué ya no resta puntos la conducción negligente y sí lo hace conducir con el permiso suspendido?
Porque la idea es graduar la sanción en función de lo que haya hecho el conductor; que el criterio sea selectivo, en lugar de quitar puntos por todo. El permiso por puntos ha cumplido cuatro años hace poco. En ese tiempo, más allá del papel, la realidad nos ha ido diciendo qué es lo más grave y qué no. Además, hay que tener en cuenta que la conducción negligente puede ser considerada como conducción temeraria en función de su peligrosidad y, en ese caso, es un delito.
En la aplicación de sanciones, ¿se consideran los antecedentes del infractor?
Sí, se tienen en cuenta los antecedentes y ello puede incidir en la cuantía de las sanciones. Si el instructor que lleva el expediente ve que los hechos revisten un peligro importante o que el conductor ha cometido las mismas faltas con anterioridad, la sanción se puede agravar hasta un 30%.

El uso de inhibidores de radares se castiga con dureza. ¿Esa norma abarca también a los detectores?
La ley, tal y como está redactada ahora mismo, es un tanto confusa en este aspecto, pues los detectores han quedado en un limbo jurídico. De momento, no los incluye, pero estamos trabajando en introducir las modificaciones legales para que los abarque también. La previsión es que ocurra en los próximos meses.
Permitir que una persona sin carné conduzca nuestro coche se considera una infracción grave, aunque no resta puntos. ¿Cómo se sanciona al dueño del vehículo, y qué pasa con el conductor?
La premisa de esta modificación es que, si una persona tiene un coche, tiene que saber quién lo conduce. A nadie en su sano juicio se le ocurre dejárselo a alguien sin carné o a un menor, pero la idea es también dar un mensaje claro y directo sobre la responsabilidad del titular del vehículo. Lo importante es introducir un cambio de cultura. En cuanto a las sanciones, dependerán de cada caso. La sanción al titular es económica, administrativa. Y conducir sin carné está tipificado en el artículo 384 del Código Penal como un delito.
¿Es verdad que ahora hay tolerancia cero con el exceso de velocidad?
No, eso es incierto. Está claro que hay un límite -50 km/h en ciudad y 120 km/h en autovía- y que no se puede correr más, pero para empezar a denunciar se tiene en cuenta el margen de error. Si el conductor tiene un cinemómetro antiguo, el margen de error es de hasta un 10%, con lo cual hay tolerancia hasta los 133 km/h. Si tiene uno moderno, cuyo margen de error es sólo del 3% o el 4%, las sanciones se aplican a partir de los 126 km/h.
Algunos conductores opinan que estar pendientes del velocímetro es un elemento de distracción...
Pues quien crea que eso le distrae, que ponga el limitador de velocidad. No podemos olvidar que este es un tema muy importante, porque la velocidad inadecuada concurre como un factor desencadenante en gran parte de los accidentes. Aun así, lo cierto es que la percepción al respecto ha cambiado mucho: la gente corre cada vez menos. Esto es algo que se debe destacar, pues la norma más importante, la que más se respeta, es la social. Que su familia vea mal que beba y conduzca disuade más que cualquier otra cosa.
¿Por qué una persona que paga muy rápido una multa y se beneficia de la bonificación del 50% no puede recurrir después la sanción?
Porque quien paga la multa, asume que está conforme con la sanción. A su vez, el 50% de bonificación es lo que se ahorra la Administración al no tener que movilizar el expediente sancionador. El mecanismo se enmarca en la filosofía de los juicios rápidos. Si usted está de acuerdo con la sanción, paga, y todos nos evitamos meternos en la dinámica de mandar escritos y alargar las cosas. Se llega a un pacto, y el conductor se beneficia al evitar que ese expediente "se maree".

Aparcar en plazas para discapacitados o programar el GPS conduciendo son nuevas sanciones graves. ¿Somos poco cívicos y distraídos al volante?
Las distracciones son más frecuentes ahora que hace cuarenta años, cuando sólo podíamos entretenernos con el paisaje. En los vehículos actuales hay cada vez más artilugios que pueden despistar al conductor. Los elementos nuevos, como los móviles y los navegadores, inciden mucho en los accidentes con víctimas; están presentes en las estadísticas. Para solucionar eso, la DGT pide a los fabricantes que introduzcan cambios técnicos para que los aparatos no puedan manipularse mientras se conduce. Y las empresas responden. El problema son los modelos anteriores, que ya están hechos. Para prevenir su uso al volante es necesaria la ley.
En cuanto al estacionamiento, es complicado en la mayor parte de las ciudades, porque hay pocas plazas. Y a veces no somos todo lo solidarios que deberíamos. Hay que respetar el derecho que tienen los discapacitados y sancionar de forma tajante a quien no lo haga.

¿Es más fácil que antes recuperar los puntos perdidos?
A diferencia de lo que ocurría antes, si un conductor ha perdido puntos y hace un curso, en lugar de 4 puede recuperar hasta 6. Hemos decidido incentivar esta vía porque es muy positiva: los cursos están orientados a los infractores y son intensivos.
Por otra parte, hay un elemento muy importante que deviene del proceso abreviado, y es que la ley introduce un elemento de certidumbre para el conductor. Si la infracción que ha cometido detrae puntos y paga hoy, sabe que mañana los pierde. Si sabe cuándo los ha perdido, sabe cuándo los recuperará. Antes, los puntos quedaban a merced de la vorágine administrativa y podían perderse al cabo de un año de haber cometido la infracción. Ahora no. Las cosas son más claras.
¿Se pierden puntos en el extranjero?
No. Aún no hay un sistema de comunicación de puntos a nivel europeo. No obstante, ya se trabaja para instaurarlo en un medio plazo.

12.7.10

"Sí hay racismo y discriminación aquí, pero son muy discretos"

El colombiano Jesús María Sinisterra es profesor de inglés, vive en Bilbao desde hace tres años y lamenta que «las personas mayores y los negros» no siempre tengan «cabida»



Jesús Sinisterra llega a la cita con un libro bajo el brazo. El título: 'Vida y voz de un hombre negro'. El autor: Malcom X. Lo apoya sobre la mesa y el gesto habla por él. No hace falta que pronuncie ni una frase para intuir cuál será el tema de arranque. Residente en Euskadi desde hace casi tres años, con la familia repartida entre Estados Unidos y Europa y un pequeño nieto vasco, nacido en Mondragón, este colombiano de 52 años denuncia la «falta de oportunidades» laborales y el «rechazo» social derivados de la edad y el color de la piel.
Es negro, inmigrante y mayor, tres rasgos que, como asegura, le juegan todo el tiempo en contra. Hace unas pocas semanas, en un bar de Bilbao, vivió la primera afrenta xenófoba y racista de su vida. «Había quedado a tomar café con un amigo y, como no lo vi en la calle, me asomé a la ventana del bar para ver si estaba dentro -cuenta-. En ese momento, uno de los responsables me gritó: '¡Lárgate de aquí, africano!'. Yo le dije que no era africano, sino afrocolombiano, y el hombre me respondió que le daba igual. Me dijo: 'Eres un negro más', e insistió en que me fuera».
Jesús no quiso «problemas» y se marchó. Tenía «ganas de llorar», un poco de «rabia» y otro poco de «pena». No oculta que estas cosas le afectan y le duelen a pesar de ser un hombre grande que ya ha atravesado el meridiano de su vida. «En todos los años que tengo, esta es la primera vez que me pasa algo así, que una persona se meta frontalmente conmigo porque soy negro», dice, y subraya que este hecho le ha dejado «estupefacto».
No es que él sea precisamente ingenuo o que nunca haya notado diferencias desde el punto de vista social. En Colombia, cuando era joven, no había mucha mezcla racial. «Yo no supe lo que era una mujer blanca y europea hasta que fui al barrio donde vivían», desliza. No obstante, lo que a Jesús le sorprende es haber residido dos décadas en Norteamérica sin contratiempos y que sea justo en Europa donde tropieza con el primero.

«He vivido en Houston, Louisiana y Nueva York y jamás me he sentido discriminado. El control sobre el racismo es más palpable allí, donde todo el mundo está muy pendiente de quién dice qué y uno encuentra canales legales para defenderse», explica Jesús, antes de añadir que echa en falta esos recursos a este lado del Atlántico.
Asesoramiento legal
«Aquí sí hay racismo y discriminación, pero son muy discretos», afina. Y además, «los recursos para combatir estas actitudes son escasos -opina-. No puede ser que, de todas las asociaciones e instituciones que hay en este país, sólo una me haya brindado asesoramiento legal para denunciar lo que me pasó. Los extranjeros, según de dónde seamos, estamos expuestos a muchas calamidades. Y las asociaciones, en lugar de ventilar ese problema social, se conforman con hacer fiestitas. Eso es una distracción más», lanza, visiblemene indignado.
Otra cuestión que le «quema» tanto como el racismo es la «discriminación» que ha sentido por ser un hombre mayor. «Desde que vine a Bilbao, he hecho 17 cursos de formación -precisa-, pero no he conseguido trabajo. Una de las últimas veces, me presenté a un puesto como cocinero y me dijeron que no, que era demasiado viejo. ¿Dónde se ha visto eso? Además de que tengo experiencia, porque he trabajado en varios países, ¿qué le impide a una persona de cincuenta años ponerse a cocinar?», se pregunta, comparándose con los «chefs canosos que aparecen en la tele».

Para vivir, Jesús imparte clases de inglés, aunque reconoce que eso no es suficiente como para completar los años que le restan de aportes a la Seguridad Social antes de jubilarse. «Pero tampoco pienso en volver a Colombia -confiesa-. ¿Qué voy a hacer allí, después de tantos años? Como mucho, ser un desconocido con bienes». ¿Y aquí? «Tengo a mi familia -responde-. También tengo presente que el hombre negro es la sombra del blanco, y que debemos luchar contra eso».


5.7.10

"Celebraremos los 200 años de Colombia con jóvenes talentos"

Más de 60 chavales procedentes de Medellín ofrecerán un concierto benéfico en Bilbao para «combatir la violencia con cultura», adelanta la psicopedagoga Libia Solorzano.

A partir de esta semana, los colombianos residentes en Euskadi celebrarán el bicentenario de la independencia de su país con una serie de actividades que empezarán por todo lo alto. El miércoles por la tarde, la Banda Sinfónica Infantil y Juvenil de La Ceja ofrecerá un concierto en el Conservatorio de Música de Bilbao. Los 62 chavales que componen esta agrupación vienen de Medellín (una ciudad hermanada con la capital vizcaína), tienen entre 12 y 21 años y un talento que, el año pasado, les convirtió en ganadores del festival musical de Antioquía.
La carta de presentación es buena, aunque falta añadir un detalle: todos estos chavales proceden de barrios marginales con tasas de delincuencia muy elevadas y han logrado construir una realidad diferente, lejos del vandalismo y las drogas, gracias a los planes de fomento a la cultura. «La idea es cambiar bandas de sicarios por bandas de música», resume la psicopedagoga Libia Solorzano, que colabora con la asociación ASOCOLVAS en la organización del evento.
Por esa razón, el colectivo colombiano vive el certamen como una doble fiesta. Además del espectáculo en sí, que se enmarca en la celebración del bicentenario, la recaudación de las entradas se destinará a instaurar otra escuela de música en la ciudad de Cali para combatir la violencia con cultura. «La iniciativa en Medellín ha dado grandes resultados y queremos reproducirla en otras ciudades del país -explica Libia-. No se trata sólo de recordar una fecha importante con música, sino de que el evento tenga un fondo social».
Para ella, que vive aquí desde hace nueve años, los proyectos de este tipo, que involucran esfuerzos institucionales a ambos lados del Atlántico son fundamentales para estrechar los lazos sociales. «Siempre he destacado la calidad humana de los vascos, la calidez de las personas y su carácter acogedor, pero también depende de nosotros cambiar la percepción que hay sobre nuestro país», dice.
En ese sentido, Libia destaca que «es importante derribar el estereotipo negativo» que recae sobre la mujer inmigrante en general, la latinoamericana en particular y la colombiana en concreto. «Hay muchísimas personas con experiencia sociopolítica y talento humano que pueden aportar infinidad de beneficios a la sociedad de acogida», remarca.
Imaginario colectivo
«En el imaginario colectivo, parece que somos una carga, que sólo venimos a vivir de las ayudas, pero eso no es real. Uno de los requisitos para renovar los permisos de residencia y tener los 'papeles' en regla es aportar a la Seguridad Social, y eso supone estar trabajando», razona Libia, que vino a Euskadi a estudiar y, cuando decidió quedarse en Bilbao, prefirió «hacer las cosas bien». Inició los trámites de residencia y volvió a Medellín mientras se aprobaban.
Tenía claro que «no quería quedar en una situación irregular o de vulnerabilidad legal». Y, también, que «si dejaba su país sería para mejorar, no para estar lejos, sola y de cualquier manera». Aunque los proyectos migratorios son personales y pueden variar mucho, en su caso había unas prioridades muy claras. «No vine por dinero; ya tenía trabajo en Colombia. Vine por la cultura y para ampliar mis conocimientos profesionales», afirma.

Buena parte de ese recorrido lo ha cumplido vinculándose a iniciativas como la que tendrá lugar este miércoles. «He vivido la primera etapa de la inmigración en el País Vasco y veo que ha habido avances, pero aún queda mucho por hacer, tanto aquí como en los países de origen. Por ello celebraremos los 200 años de la independencia de Colombia con jóvenes talentos de nuestro país y, también, valorando el papel que desempeñan algunos residentes en Euskadi», adelanta. Por lo pronto, mañana, a las 18.00 horas, habrá un 'aperitivo' informal de lo que será el concierto: una muestra al aire libre, en la explanada del Arriaga.


1.7.10

Subida del IVA: cómo afectará en el día a día

Las estimaciones sitúan el gasto adicional entre 150 y 350 euros anuales por familia, aunque puede variar según el tipo de consumo familiar y del sector comercial

El aumento del IVA es un hecho. A partir de hoy, el gravamen general de los productos y servicios es un 2% más alto, y el gravamen reducido un 1% mayor. Atrás han quedado los días de anticipar ciertas compras para ahorrar algo de dinero: desde ahora, en la mayor parte de los desembolsos, por cada 100 euros gastados, 18 u 8 (según el caso) irán a parar a las arcas del Estado. La medida intenta reducir el déficit en las cuentas públicas. Más allá de los indicadores macroeconómicos, la pregunta que ahora se hacen miles de ciudadanos es cómo les afectará este cambio en su vida cotidiana; cuánto se encarecerá el día a día. Las estimaciones son diversas y sitúan ese gasto adicional entre los 150 y los 350 euros anuales por familia, aunque lo cierto es que la cifra puede variar mucho en función del tipo de consumo que haga el núcleo familiar y, sobre todo, del sector comercial. Algunos vendedores se han planteado asumir ese coste y reducir sus márgenes de beneficio para evitar una subida de los precios que impacte en el bolsillo de los clientes. Otros no. Y, salvo los casos en los que la decisión se ha anunciado públicamente, es imposible distinguirlos entre sí.

Repercusión diversa
El incremento del IVA no repercute en todos los sectores por igual. De hecho, en algunos no plantea modificaciones y en otros ni siquiera los hay. La razón es que hay tres tipos de este impuesto, y una serie de productos y servicios que están exentos de pagar este impuesto. El criterio para separarlos es el grado de necesidad: cuanto más imprescindibles son, menor es la carga impositiva que recae sobre ellos.
  • No tienen IVA la educación, los servicios culturales (como los museos y las bibliotecas), la asistencia sanitaria y la asistencia social. Tampoco están gravadas las primas de los seguros, las operaciones financieras, algunas operaciones inmobiliarias (no todas) y los servicios postales.
  • Tienen IVA superreducido (4%) los bienes y servicios de primera necesidad. Estos son, entre otros, los medicamentos, los libros, la prensa, las VPO y los alimentos básicos como la leche, el pan, las frutas y las verduras, los quesos, los huevos y las hortalizas, siempre que sean naturales (las conservas o la comida procesada tienen un gravamen distinto). Este tramo representa el 5,45% de la recaudación total.
  • El IVA reducido (8%) se aplica a todos los demás alimentos. También grava el transporte público, la vivienda, la atención odontológica, los servicios funerarios, los servicios de hostelería y buena parte de las actividades de ocio, esparcimiento y cuidado personal: desde las peluquerías hasta los cines, los teatros y los conciertos, por citar algunos. Representa el 20,67% de la recaudación total.
  • El IVA general (18%) es, como indica su nombre, el que grava la mayor parte de bienes y servicios. Supone el 73,88% de la recaudación total de este impuesto. La ropa, los electrodomésticos, los muebles y los artículos de decoración entran en esta categoría, al igual que los productos fungibles que no son de primera necesidad, como las bebidas alcohólicas y el tabaco.

La reforma tributaria sólo atañe a estos dos últimos grupos, que suman casi el 95% de las recaudaciones por IVA y que, hasta ayer, eran del 7% y del 16%. Todo lo demás se mantiene igual. Así, mientras algunos objetos, servicios y actividades cuestan lo mismo que antes, otros son hoy un 1% o un 2% más caros.

¿Dónde se notará más el aumento? En las compras que exigen grandes desembolsos (una vivienda o un coche) y en aquellas que, sin ser tan cuantiosas, son constantes, como los viajes diarios en metro o las facturas habituales del hogar. Los suministros energéticos (luz y gas) subirán un 2%, y los del agua, un 1%. Si alguien compraba antes un paquete de tabaco al día y gastaba en ello 90 euros mensuales, a partir de ahora gastará 91,8 euros. Son pequeñas cantidades, pero suman.

¿Quiénes notarán más el aumento? Los colectivos con menor poder adquisitivo como los pensionistas, los asalariados y los autónomos mileuristas, que suman 18,4 millones de personas. A su vez, según los técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA), cerca de 26 millones de ciudadanos con unos ingresos por debajo de 30.000 euros (el 88,76% del total) pagarán buena parte de la subida de este impuesto, algo que "retraerá el consumo que es, a su vez, una de las causas del desplome de la recaudación del IVA en este último año".

El impuesto, día a día
La reforma tributaria que se acaba de estrenar tiene, sin duda, repercusiones, tanto económicas como sociales. El problema es que todavía resulta difícil cuantificarlas. De momento, sólo hay proyecciones; estimaciones de cuáles podrían ser los diferentes escenarios. Y, en esta línea, hay posiciones contrapuestas. Además del Gobierno, impulsor de la medida, algunos analistas sostienen que el aumento del IVA es necesario y beneficioso para la reactivación económica. Otros opinan lo contrario. No obstante, un buen modo de aventurar cómo incidirá el incremento del impuesto en la vida cotidiana es desglosar su impacto por sectores.

  • Vivienda. A partir de hoy, adquirir una vivienda de nueva construcción cuesta un 1% más caro. Las viviendas de segunda mano se mantienen tal y como estaban porque no están gravadas con el IVA sino con el Impuesto de Transmisión del Patrimonio (ITP), que es de un 7%. Las Viviendas de Protección Oficial (VPO) tampoco aumentan de precio, ya que se les aplica el gravamen superreducido del 4%. En cuanto a los alquileres de viviendas, no se ven afectados por este aumento porque el pago mensual de la renta no está gravado con IVA. Sin embargo, sí están gravados los alquileres con opción a compra y los de aquellas viviendas o edificios que se subarriendan.
  • Alimentación. Hacer la compra diaria o semanal será un poco más cara que ayer. Si bien los alimentos básicos han quedado fuera de la reforma tributaria, el resto de los productos (como las conservas, los congelados, los derivados y los alcoholes) aumentan su coste en un 1%.
  • Ocio. La mayor parte de las actividades de esparcimiento y culturales llevan algún tipo de impuesto, con excepción de las bibliotecas, los museos y los zoológicos, que están exentos de IVA. El precio de los libros, que tienen un IVA del 4%, no sufre modificaciones, de modo que disfrutar de la lectura este verano costará lo mismo (otra cosa es que los medios de producción e impresión se encarezcan y eso acabe reflejándose en el precio final). Donde sí se notará la subida es al comprar entradas para el cine, el teatro y los conciertos. Los 20 euros de ayer, hoy son 20,2.
  • Hostelería, restauración, turismo y transporte. Las vacaciones están a la vuelta de la esquina, y muchas personas se preguntan cómo afectará la subida del IVA a sus planes veraniegos. Quienes ya hayan contratado los paquetes y servicios turísticos pueden estar tranquilos, pues habrán "congelado" sus precios. No obstante, a partir de hoy, los costes serán distintos. Eso sí, el aumento no incidirá en todas las actividades por igual. Salir a comer y hospedarse será un 1% más caro. Los desplazamientos en coche, barco o avión, en cambio, costarán un 2% más debido a la subida del impuesto al combustible. No es el caso del transporte público, que está gravado con un IVA reducido. Desde hoy, viajar en metro o autobús es un punto más caro.
  • Vestimenta, decoración, vehículos y artículos electrónicos. Comprar ropa, amueblar la casa, adquirir un coche o cualquier electrodoméstico cuesta un 2% más caro que ayer aunque, en este apartado, el papel de los comerciantes es protagonista. Muchos han decidido mantener los precios que había antes -y utilizar la estrategia, incluso, como un reclamo- para no perder clientes y competir en el mercado.

Alternativas a la subida del IVA
Los técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) presentaron esta semana un extenso informe que analiza lo que ocurre con el IVA en relación con el consumo de los hogares. Según este documento, por cada 100 euros que gasta una persona, Hacienda recauda algo menos de 7; una situación preocupante que no se daba desde 1995 y que, a juicio de los expertos, refleja los estragos de la economía sumergida y el fraude fiscal.

Las pérdidas anuales son multimillonarias y obedecen no tanto a las complejas operaciones de evasión fiscal o a la colocación de fortunas en Suiza como al "fraude de andar por casa", ese que instala la vieja pregunta de "¿con IVA o sin IVA?". En comparación a los vecinos Europeos, España es, junto con Grecia, el país que menos partido le saca al IVA, pues el fraude se sitúa en el 23%. Para los técnicos que realizaron la investigación, si se redujera en diez puntos, el Estado recaudaría unos 38.000 millones de euros más.

Por ello creen más efectivo combatir la evasión que aumentar el porcentaje del impuesto, entre otras cosas porque el IVA es muy regresivo: gravar el consumo afecta a las personas con rentas más bajas, pues son estos ciudadanos quienes destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a consumir. Por tanto, en opinión de los técnicos, la medida estrella sería la lucha contra el fraude. Otras alternativas serían la recuperación del Impuesto de Patrimonio de las grandes fortunas o la creación de nuevos gravámenes, como tasas medioambientales sobre las emisiones de CO2 de las empresas y particulares, el uso de combustibles fósiles, los residuos contaminantes o el empleo de bolsas de plástico, con importantes deducciones que favorezcan la innovación y la inversión en sistemas productivos más limpios.