28.9.09

"La capoeira es una forma de transmitir conocimiento"

El próximo domingo se celebrará el primer Campeonato de Capoeira de Vizcaya, un evento que congregará a más de cien atletas. Allan Jordao, presidente del grupo que organiza el certamen, señala que este deporte, al igual que el jiu jitsu, «despierta mucho interés entre los vascos» y «favorece la convivencia y la integración cultural con Brasil».

Faltan pocos días para que se celebre el primer Campeonato de Capoeira de Vizcaya y, en medio de esa cuenta atrás, el ordenador de la Asociación Amigos de Brasil bulle de actividad. Correos electrónicos, fotos, carteles y formularios de inscripción van y vienen al otro lado de la pantalla mientras Allan Jordao, el organizador del certamen, intenta abarcarlo todo. «Estamos muy ilusionados con este proyecto. No ha sido fácil llegar hasta aquí, pero ya está todo dispuesto para la competición», dice con visible entusiasmo. Desde que se creó la asociación, la actividad deportiva ha sido el eje fundamental de su trabajo.

«La capoeira y el jiu jitsu son dos disciplinas muy importantes en Brasil y notamos que despiertan mucho interés entre los vascos. Quizá el jiu jitsu engancha más, porque es más fácil de aprender cuando eres adulto. Los movimientos de la capoeira son algo más complicados y, aunque puedes aprenderlos, llevan tiempo; el progreso es lento. Por ello la gente a veces se desanima», explica. Lento o no, el deporte es un lenguaje universal y a él apelan los miembros de esta asociación, que cuenta con profesores para aprender cada disciplina. «Alessandro enseña la capoeira, Yair da clases de jiu jitsu y Paulo Sergio se encarga del fútbol», enumera Allan, que no quiere olvidarse de nadie. «Cada asociación encuentra un modo de contar cómo es el país que representa. En nuestro caso, ha sido el deporte. Creemos que favorece la convivencia entre quienes lo practican y, también, la integración social y cultural con Brasil».

Pero, de todas las disciplinas, probablemente sea la capoeira la que despierta más curiosidad. Mezcla de arte marcial, historia, música y danza, en cuanto empiezan a sonar los acordes del atabaque y el pandeiro (dos instrumentos de percusión) y, por supuesto, del birimbau (el instrumento de cuerda típico), nadie queda indiferente: ni quienes practican la disciplina, ni quienes admiran desde fuera la flexibilidad y el ritmo de los atletas.

De ahí que la asociación de Allan haya decidido organizar este campeonato. «Ya hemos inscrito a un centenar de personas y esperamos que acudan más, porque la participación es gratuita y libre». Igual que la entrada del público, que está abierta a todo el mundo y no tiene coste alguno. «El que quiera disfrutar del espectáculo sólo tiene que acercarse al Instituto Municipal del Deporte de Barakaldo. Será el 4 de octubre, a partir de la una de la tarde», invita.

El proyecto social
No es la única invitación que hace Allan. «Me gustaría que participaran todas las personas que practican la capoeira, más allá de lo avanzadas que estén en su técnica. El torneo no es para grupos cerrados, sino para todos los que disfrutan de esta actividad», dice el organizador, y añade que el correo de contacto es asociacionamigosdobrasil@hotmail.com.

Para él, además del deporte en sí, de la jornada en Barakaldo, del título y del premio (una motocicleta), lo más importante es «el proyecto social, cultural y espiritual» que sostiene el certamen. «La capoeira nos ayuda a difundir nuestras costumbres», dice. O, al menos, una parte importante de ellas. En cualquier caso, «siempre llama la atención y consigue que la gente se haga preguntas. Y lo interesante es que, en las respuestas, siempre hay más que cuestiones técnicas».

Esto ocurre porque el arte marcial más antiguo de Brasil encuentra sus raíces en la época de la conquista portuguesa, en un marco de esclavitud, supervivencia y lucha por la igualdad. La capoeira siempre fue, ante todo, «una manera de transmitir conocimiento». Hoy en día, «es una actividad muy inclusiva; tanto que hasta los discapacitados pueden practicarla» ¿Cómo? «Con los instrumentos, pues sin música no existe», mantiene.

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